La mentada de madre

Texto que tomo de mi cuadernillo de Taller de Lectura y Redacción.

 

Nunca he podido explicarme satisfactoriamente el hecho de que los mexicanos idolatremos a nuestra madre y con suma frecuencia la denostemos aplicándole el verbo chingar dando origen a la mentada de madre.

Mentar es invocar, llamar, nombrar, aludir, referirnos a alguien, en este caso, a nuestra progenitora. Sin embargo, no es así. En el lenguaje cotidiano de los muchachos es frecuente oír expresiones peyorativas como estas: “un madral de cosas” refiriéndose a una gran cantidad de ellas; “me importa madre” despectivo que alude al escaso valor de algo. Y ¿qué decir de las distintas maneras como conjugan el femenino verbo chingar con la sacrosanta palabra madre? … Si quienes así lo hacen reflexionarán lo que están diciendo, estoy seguro que jamás pronunciarían semejante injuria. El ser más querido que Dios nos ha dado sobre la tierra, pues en tanto como declarar “tu violada madre”, “vé a violar a tu madre”.

Con motivo del día de la madre hemos investigado coincidencias del vocablo en varios idiomas. Las etimologías nos ilustran y fijan la significación desde el origen: así tenemos que en sánscrito, tronco de las lenguas indoeuropeas, la raíz “ma” significa: crear, echar al mundo. Y con idéntico sentido aparece en la voz madre en diferentes hablas. Así tenemos “matar” en sánscrito Metee en griego, en latín “mater”; los ingleses “mother”, los filandenses “mathir” y los franceses “meyr”, igual que los catalanes y los provenzales “mar”. Los italianos, españoles e hispanoamericanos decimos con reverencia y amor MADRE y nuestros antepasados dulcemente expresa “nana” aplicando a la mayor del hogar.

¡Ojalá! que padres, mentores, y jóvenes al considerar estas líneas destierren de su vocablo el verbo chingar asociado a la sublime palabra MADRE.