Cultura

Vasconcelos; anhelos y paradojas en su ideal de una “raza cósmica”

  • “Sería fruto de la recuperación de valores que alimentarían la unidad latinoamericana”, señaló Liliana Weinberg, especialista de la UNAM 
  • Al destacar el pensamiento visionario de quien fue primer secretario de Educación Pública en México 
  • Dentro de coloquio organizado por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana  

 

El docente e investigador del IIL-L, Rodrigo García de la Sierna, al momento de presentar a la ponente

El docente e investigador del IIL-L, Rodrigo García de la Sierna, al momento de presentar a la ponente

 

Jorge Vázquez Pacheco

19/09/2025, Xalapa, Ver.- Como parte de la jornada inaugural del coloquio virtual “Este atardecer sinfónico: nuevas lecturas de la obra de José Vasconcelos. A cien años de La raza cósmica”, Liliana Weinberg Marchevsky destacó el pensamiento del escritor, político y filósofo mexicano, dentro del evento organizado por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L) de la Universidad Veracruzana (UV). 

  En su conferencia magistral “La razón cósmica y la constelación americana”, moderada por Rodrigo García de la Serna, la investigadora y académica del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de México, comentó la obra de José Vasconcelos, su crítica a las condiciones de los países latinoamericanos y su visión para la región. “Claude Fell resume que Vasconcelos marcó un momento culminante en las relaciones entre la juventud universitaria hispanoamericana y él mismo”, enunció la analista de origen argentino. 

Vasconcelos criticó cesarismo, totalitarismo y latifundismo como parte de la problemática que asola nuestros países, al igual que el materialismo anglosajón y su sentido de superioridad étnica. Al denunciar eso, lo contrastó con los valores de la latinidad y la hispanidad. La ponente señaló, además, que los norteamericanos cometieron el pecado de destruir las razas indígenas, a diferencia de los latinos, que las asimilaron. 

Por añadidura, Vasconcelos exhortó a superar actitudes de provincianismo y “espíritu de campanario” que limitaban la unión y el progreso de las naciones latinoamericanas. En lo relacionado al panamericanismo y avance imperialista de Estados Unidos, lo repudió y lo contemplaba como una política de riesgo para América Latina.  

En lo relacionado a condiciones de vida, exigió mejoras especialmente para el sector indígena, abogó por una comunidad americana tejida a partir de redes estudiantiles y educativas, e hizo un llamado a la unidad latinoamericana, a la reconciliación con España en una unidad iberoamericana y enfatizó la necesaria solidaridad latina. 

Al considerar el mestizaje como motor del avance humano, el primer secretario de Educación Pública en México celebró la mezcla de razas como un proceso que culminaría en la “raza cósmica”; entidad capaz de unificar y construir una nueva civilización. 

Liliana Weinberg Marchevsky, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM

Liliana Weinberg Marchevsky, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM

 

También propuso la recuperación de valores de la latinidad y la hispanidad, que alimentarían la unidad latinoamericana. Impulsó la idea de que el subcontinente latinoamericano estaba llamado a liderar un proceso a escala global y de armonización sintética con todas las culturas del mundo. Su defensa de la educación fue planteada como la herramienta clave para superar las divisiones raciales y sociales, así como elemento unificador de los pueblos en torno a una identidad común. 

Weinberg Marchevsky explicó después: “Como dice Martín Bergel, el texto de Vasconcelos tiene que ver también con estas tentativas de intervenir desde Latinoamérica en el escenario de crisis civilizatoria después de la Gran Guerra. De este modo, en sintonía con el espíritu de tintes mesiánicos que animaba su activismo estatal, Vasconcelos impulsó la idea de que el continente latinoamericano está llamado a liderar un proceso de regeneración a escala global y de todas las culturas del mundo”.

¿Utopía y espiritismo en ideales unificadores?
De este modo, explicó Weinberg, el ensayo de Vasconcelos “remonta desde un movimiento ascencional a un estilo que más tiene que ver con un discurso que algunos califican de utopista; otros de mítico o de programático, que es deudor del espiritualismo antipositivista e incluye algunos elementos del espiritismo”. Como otro dato interesante, indicó que el espiritismo fue doctrina practicada por Madero y tuvo creciente aceptación entre sectores populares de base anarquista y obrerista y hasta permeó muchas capas de la sociedad. 

La gran paradoja, entonces, es que muchas veces Vasconcelos atenta contra Vasconcelos entre intenciones insolubles, como se verá en los años posteriores a él. Aunque, al mismo tiempo, su obra es una gran síntesis de toda una etapa y toda una corriente que aboga por la unión de nuestras repúblicas. “Por ello, en conclusión, debemos fomentar una lectura generosamente crítica de esta obra que hoy cumple un siglo, para que salgan a la luz sus mejores propuestas”, concluyó.