- La revista de divulgación cultural más longeva del estado de Veracruz empezó a circular en 1957
- En ese marco, se proyectó la película El tren fantasma, filmada en locaciones naturales de la región y protagonizada por actores orizabeños

Mario Muñoz, director de la revista La Palabra y el Hombre
Eduardo Cañedo Lomán
25/08/2025, Orizaba, Ver.- La Universidad Veracruzana (UV), presentó el número 72 de La Palabra y el Hombre, revista emblemática de esta casa de estudios, conformada por textos, ensayos y poemas que dan cuenta de la trayectoria e importancia nacional, sobre todo en el siglo XIX, de esta ciudad que fuera ícono de modernidad en ese tiempo.
En el evento, que tuvo lugar en el Teatro “Ignacio de la Llave” se contó con la participación de Mario Muñoz, director de la revista; Mario Roberto Bernabé Guapillo Vargas, vicerrector; Raquel Velasco González, integrante del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias, y Aina Eleonora Rojí López, presidenta de la Corresponsalía Orizaba del Seminario de Cultura Mexicana, ente organizador.
Mario Muñoz se dijo emocionado de regresar a Orizaba, recordando los años en los que el Teatro “Ignacio de la Llave” era sede de proyecciones de gala en los primeros tiempos del cine en México.
Asimismo, compartió con los asistentes los orígenes de La Palabra y el Hombre, la cual comenzó a circular en 1957 bajo la dirección de Sergio Galindo, quien también estaba al frente del Departamento Editorial de la UV. Desde sus inicios, la revista tuvo un fuerte impacto en la literatura mexicana, convirtiéndose en la publicación de divulgación cultural más longeva del estado de Veracruz.

Sociedad orizabeña se dio cita en el emblemático Teatro “Ignacio de la Llave”, inaugurado en 1875
“A lo largo de su vida la revista ha experimentado tres ciclos; actualmente procuramos que tenga un perfil adecuado a los tiempos que corren, tanto en su contenido como en sus ilustraciones”, detalló Muñoz y destacó el cuidado con el que se elabora cada número.
Por su parte, el vicerrector Mario Roberto Bernabé, quien colaboró con un ensayo sobre los 80 años de la UV en la región Orizaba-Córdoba, recordó los inicios de la máxima casa de estudios en la zona, la cual comenzó en 1944 con la incorporación de la Escuela de Enfermería que, hasta ese entonces, ya contaba con 20 años de experiencia.
Posteriormente, en 1956 se fundó la Facultad de Ciencias para atender la demanda de profesionistas de una industria creciente. “Era pertinente crear una Facultad en esta ciudad que formara con estos perfiles y que se sumara al área de Ciencias de la Salud con la que ya se contaba”, señaló.

Los presentadores reconocieron la importancia histórica de la ciudad de Orizaba en diversos ámbitos culturales, sociales, educativos e industriales
Relató que durante la década de los setenta, gracias a la iniciativa de la sociedad organizada y con el apoyo de diversos sindicatos de obreros y trabajadores –quienes otorgaron los inmuebles– se lograron instaurar las Facultades de Medicina y Comercio, en Ciudad Mendoza y Nogales, respectivamente, consolidando a la institución como un referente académico en una región caracterizada por su importancia geográfica, su riqueza natural y vasta historia industrial, principalmente textil, que permitió el asentamiento de personas que con el paso de los años diversificaron la actividad comercial en otros giros.
Durante su intervención, Raquel Velasco reconoció la importancia de la divulgación histórica y cultural; asimismo, compartió con los asistentes el proceso de realización de este número, el cual llevó dos años desde su concepción hasta su publicación.
“Cuando me invitaron a participar pensamos en un dossier, con pocos ensayos; sin embargo, las colaboraciones fueron creciendo y se volvió todo un número. Fue entonces cuando acudí a Alfonso Colorado –investigador del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la UV– para coordinar de forma conjunta la publicación y dar cuenta de la enorme trayectoria y la importancia nacional, sobre todo en el siglo XIX, de esta ciudad que fuera ícono de modernidad en ese tiempo”.

Aurelio de los Reyes fue el encargado de comentar el filme El tren fantasma
Para finalizar la ronda de participaciones, Aina Rojí se congratuló con el evento, el cual –dijo– es muestra de un merecido homenaje a todos los ilustres que han contribuido para que hoy Orizaba sea reconocida por su importancia histórica y desarrollo regional. Destacó además el inmueble en el que se llevó a cabo la presentación: el Teatro “Ignacio de la Llave”, que este año cumple 150 años de su inauguración en 1875.
En este número se pueden encontrar diversos textos elaborados por ilustres del mundo académico y artístico destacando un estudio sobre la fundación del Manicomio del Estado de Veracruz; un ensayo sobre las fiestas coloniales, disputas entre indios y españoles en la plaza de Orizaba; la historia del Colegio Preparatorio de Orizaba, un proyecto educativo en tiempos inciertos, de 1814 a 1910, así como poemas de personajes orizabeños; y en la parte visual obras pictóricas del Museo de Arte del Estado de Veracruz.
Mención especial merece la proyección –al término de la presentación de la revista– de la película El tren fantasma, dirigida por Gabriel García Moreno y rodada en locaciones naturales de la región en 1926, con la participación de trabajadores ferrocarrileros y actores y actrices orizabeñas como Clara Ibáñez, quien interpreta a Elena del Bosque, protagonista del filme.

Durante la proyección se contó con la musicalización en vivo por parte de José María Serralde Ruiz
En los comentarios participó Aurelio de los Reyes, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, y José María Serralde Ruiz, músico, director de orquesta, pianista y concertista mexicano, especializado en la musicalización de cine mudo, en la musicalización del filme.
Como parte de las escenas se pueden apreciar paisajes del recorrido del ferrocarril, incluyendo tomas de la Plaza de Toros de Orizaba y una breve faena del torero Juan Silveti. Cabe resaltar que en México solo se exhibió en la ciudad de Orizaba, en el puerto de Veracruz y en la Ciudad de México, creyéndose perdida durante varios años hasta que en 2002 la Cineteca Nacional logró restaurarla casi en su totalidad.
En relación con lo anterior, el papel de Aurelio de los Reyes fue clave para lograr la restauración, toda vez que preservó las latas donde se encontraba el filme, propiedad de la empresa William Mayer. En la década de los sesenta, con el consentimiento de la familia Mayer, se hizo la entrega formal a la Filmoteca de la UNAM.
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