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Investigan pandemia desde el Observatorio de Calidad de Vida y Salud Social de la UV

  • Académicos del Instituto de Investigaciones Psicológicas recalcaron que la pandemia ha provocado efectos en la salud que se están normalizando pero no son saludables
  • Con base en sus resultados, destacaron que las mujeres tienen mejor capacidad de adaptación

 

León Felipe Beltrán, coordinador del Observatorio de Calidad de Vida y Salud Social de la UV

León Felipe Beltrán, coordinador del Observatorio de Calidad de Vida y Salud Social de la UV

 

David Sandoval Rodríguez

Fotos: Luis Fernando Fernández Carrillo

08/04/2022, Xalapa, Ver.- El Observatorio de Calidad de Vida y Salud Social (OCVS) de la Universidad Veracruzana (UV) busca generar productos que incidan en la mejora de los estilos de vida de los universitarios y han incorporado a sus trabajos investigar el impacto de la pandemia de COVID-19, con resultados que pueden consultarse en su página oficial: https://www.uv.mx/ocvs/.

León Felipe Beltrán Guerra y Enrique Romero Pedraza, investigadores del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) y el primero coordinador del OCVS, destacaron la importancia de visibilizar los cambios ocurridos en la cotidianidad a raíz del confinamiento.

“Con base en nuestro estudio, podemos decir que a partir de la pandemia las cosas no están bien, hay afectaciones a la salud mental y a los hábitos de consumo, ahora los jóvenes están consumiendo más sustancias ilícitas y más potentes; el confinamiento incrementó el consumo, pero hay que decirlo porque se vuelve cotidiano y dejamos de visibilizarlo”, remarcó Beltrán Guerra.

“Estamos convencidos de que desde la Universidad debemos resignificar las interacciones sociales porque tenemos que convivir, pero también aprender a generar más recursos para facilitar la interacción”, agregó, considerando el gradual regreso a la presencialidad.

En el mismo sentido, Enrique Romero puntualizó que a partir del confinamiento se han generado condiciones que provocan estrés y cuando éste es permanente se convierte en un factor de riesgo para la salud; “por esta razón, estamos tratando de identificar todos aquellos fenómenos que pueden causar daño a nuestra salud, desarrollando propuestas y creando estrategias para cuidarnos”.

Ahora que comenzó el retorno a las clases han notado un fuerte choque para los estudiantes, “están muy cansados y desgastados, regresar al aula tiene muchas implicaciones que no necesariamente están siendo favorables, ahí es donde se debe trabajar, en brindarles los recursos a nuestros alumnos para que puedan reintegrarse de manera adecuada”.

Romero Pedraza destacó que la palabra clave es adaptación y que la normalización vuelve cotidianas prácticas y hábitos, “pero sentirse triste y cansado mucho tiempo no es normal”.

Beltrán Guerra recordó que en el OCVS estudian el bienestar desde la perspectiva de la psicología y los elementos relacionados con la salud física, psicológica y social de las personas.

Ha sido una labor de siete años y tienen como punto de partida que las decisiones que se toman para fomentar el bienestar se basan en indicadores macroeconómicos, que engloban países y a su vez integran escalas globales.

“Pero hay una distancia muy grande entre las decisiones de bienestar, por ejemplo las que se toman en economía, educación y salud a nivel país y que no necesariamente se reflejan en la vida de las personas; por ello, desde la psicología surge la propuesta de complementar este tipo de explicaciones del bienestar, es decir, cómo las personas perciben que cuentan con condiciones para poderse desarrollar y cómo perciben que las decisiones que se están tomando a su alrededor realmente funcionan”, explicó el investigador y agregó que este concepto se conoce como bienestar subjetivo.

“En 2016 nosotros empezamos a estudiar el bienestar subjetivo y las condiciones de vida y tuvimos oportunidad de hacer diagnósticos de la juventud con los Ayuntamientos de Xalapa y de Naolinco; luego el concepto de bienestar ganó mayor presencia y a la fecha está en todas partes, pero no necesariamente se explica qué es o a qué se refiere”. (https://www.uv.mx/prensa/general/jovenes-enfrentan-realidad-compleja-iip/)

Enrique Romero, investigador del OCVS, advirtió que niños y jóvenes pasan más tiempo en redes sociales a causa de la pandemia

Enrique Romero, investigador del OCVS, advirtió que niños y jóvenes pasan más tiempo en redes sociales a causa de la pandemia

 

El proyecto se sumó a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), vinculado al número 3, Salud y bienestar.

“En el inicio de la pandemia decidimos integrar una batería de instrumentos para medir el bienestar subjetivo junto con los estilos de vida, la ansiedad, la depresión y el consumo de sustancias. Ello responde a los cambios que provocó el confinamiento, cambios impresionantes relacionados al distanciamiento social que empezamos a normalizar pero que no controlamos”, abundó.

“Tuvimos la fortuna de que las personas participaran en la encuesta digital desde 2020 y tenemos oportunidad de generar mediciones cuando ocurren los cambios en el semáforo epidemiológico.”

Durante el primer año de la pandemia pudieron observar modificaciones en los estilos de vida respecto a la alimentación y el sueño, y en 2021 comenzaron a identificar comportamientos de adaptación.

“Si bien sufrimos la pandemia y nos acostumbramos, eso no quiere decir que sea bueno, el problema no es la adaptación, el problema es que hoy en día hay afectaciones en la salud mental, física y en las interacciones sociales”, dijo Romero Pedraza.

El investigador se enfocó en analizar los estilos de vida y cómo, junto con otras variables, pueden ser la mejor defensa o también factores de riesgo que conllevan afectaciones a la salud.

Los comportamientos se han ido adaptando a las etapas de la pandemia, adquiriendo y perdiendo pautas en los estilos de vida, por ejemplo la alimentación, apuntó, que ha mejorado al ser percibida como un apoyo a una vida saludable, analizando qué alimentos se consumen y optando por las frutas y verduras.

Entre los hallazgos, Romero Pedraza subrayó: “Nos dimos cuenta de que las mujeres fueron quienes mejor se adaptan a estas condiciones, ello se debe a las pautas culturales y el estilo de vida que enfatiza la vida familiar y el cuidado de los otros, por eso ellas asumieron tal rol”.

Incluso notaron que el cuidado de la salud durante la pandemia fue posible por la presencia de las mujeres y su forma de cuidar la salud en sus hogares.

La actividad física también se afectó y hubo que habilitar recursos para actividades en los hogares, pero el trabajo en línea ha generado ciertos hábitos de consumo, en el que destacan las modificaciones en la alimentación.

El OCVS cuenta con redes sociales donde se pueden conocer sus trabajos que realizan en la actualidad

El OCVS cuenta con redes sociales donde se pueden conocer sus trabajos que realizan en la actualidad

 

El psicólogo recordó que “el estado emocional dentro de la contingencia ha cobrado énfasis por los trastornos de ansiedad, miedo y depresión; al sentirnos tristes o ansiosos no consideramos que alguien puede intervenir para que podamos atenderlos y salir adelante”.

En cuanto a las relaciones sociales con familiares y amigos, Enrique Romero aceptó que la tecnología ha sido de gran ayuda, “pero también nos ha hecho jugar doble porque, a la par de que nos facilitó interrelacionarnos con las personas, nos ha generado problemas físicos y de salud, al pasar tanto tiempo frente a las pantallas de los distintos dispositivos, lo que genera afectaciones en la postura, el desgaste visual y hasta muscular”.

Otro importante impacto ha ocurrido en las horas de sueño, son pocas las personas que dicen dormir siete horas o más y ello es resultado de las adicciones a las redes sociales, “un asunto que hay que tener presente, inclusive para futuras investigaciones”.

Ahora es necesario realizar intervención
Enrique Romero planteó que “en estos años nos hemos abocado a analizar los estilos de vida, pero lo que se necesita es realizar intervención, porque no se requiere solamente la investigación respecto a cómo nos sentimos y hacemos, sino cómo podemos trabajar para atenuar estas formas de adaptarnos a un nuevo modo de vida, pues no solamente no vamos a regresar a cómo era antes, sino que será un mundo totalmente diferente; ahora nos cuidamos de todos y los vemos de manera diferente”.

Agregó que el confinamiento nos ha afectado en varios aspectos y regresar a la presencialidad implicará la generación de un estilo totalmente adaptativo y consciente de vida, “porque hacer todas las cosas de manera consciente como la alimentación, la actividad física y el autocuidado, redundan en el cuidado hacia los demás”.

En igual sentido, Beltrán Guerra acotó que uno de los propósitos de la investigación, planteado como eje estratégico, es poder comunicar a las personas los resultados de las investigaciones.

Entre dichos resultados observaron que las interacciones sociales se han modificado y replanteado, trasladándose a las plataformas digitales.

“Una de las investigaciones que realizamos con niños, en particular de nivel primaria y secundaria, encontró que comenzaron a generar comportamientos adictivos y si no los controlan a tiempo pueden ser un factor que predisponga a otras adicciones como el consumo de sustancias”, precisó Enrique Romero.

Un aspecto que destacó fue el incremento del tiempo e interacciones en videojuegos en línea; “necesitamos primero alertar a la sociedad porque son elementos que se perciben como normales pero no están siendo favorables”, dijo.

“Tenemos la posibilidad de contar en el cuerpo académico Sustentabilidad, Innovación en Educación y Procesos Psico-SocioCulturales, integrado por especialistas en educación como Erika Cortés Flores y Martha Elba Ruiz Libreros, quienes desarrollan productos educativos para compartir con las personas; también se cuenta con la participación de Jorge Luis Arellanez Hernández, actual director del IIP”, comentó Beltrán Guerra.