Ciencia

Cuestiones éticas y laborales, implícitas en los riesgos del ChatGPT

  • Especialista en inteligencia artificial enumeró características y problemática 
  • El ChatGPT permanece como “tierra de nadie”, aún no existen reglas 

 

El investigador Guillermo de Jesús Hoyos Rivera disertó sobre el “ChatGPT, verdades y fantasías”

 

Jorge Vázquez Pacheco 

Fotos: Omar Portilla Palacios 

02/05/2023, Xalapa, Ver.- Guillermo de Jesús Hoyos Rivera, investigador del Instituto de Investigaciones en Inteligencia Artificial de la Universidad Veracruzana (UV), disertó sobre el “ChatGPT, verdades y fantasías” e hizo un recuento de las ventajas y riesgos del denominado GPT y de la inteligencia artificial (IA). 

Como parte de la celebración de la Semana de la Innovación Virtual 2023, coordinada por la Dirección General de Vinculación de la UV, a través de la Oficina de Transferencia de Tecnología, el académico indicó que la IA ha sido motivo para la realización de películas como 2001: Odisea en el espacio o D.A.R.Y.L. 

El Doctor en Informática por la Universidad Paul Sabatier de Toulouse, Francia, comentó que el empleo del ChatGPT implica cuestiones éticas, laborales y ambientales, además del control que pudieran ejercer quienes tienen a la mano los hilos de la tecnología. 

Dijo que el avance de la tecnología es tan avasallante que recientemente más de mil directores ejecutivos (CEO, por sus siglas en inglés) advirtieron sobre la necesidad de una “pausa” porque “su desarrollo descontrolado es un riesgo para la sociedad y la humanidad misma”. 

 

La IA ha sido temática en varias producciones de cine y televisión

 

¿Qué es el ChatGPT? 

El Transformador Pre-entrenado Generativo (GPT, por sus siglas en inglés) inicialmente fue un simple predictor de palabras capaz de elaborar secuencias y entrenado para ordenar textos mediante una base probabilista. Pero el ChatGPT se ha configurado para funcionar como mecanismo interactivo conversacional. 

El dominio en que operan estas herramientas es el lenguaje humano o “natural”, mismo que carece de sentido cuando se desconocen sus reglas básicas. 

Su principio es el de las computadoras, dado que son hábiles para procesar datos numéricos es necesario convertir las palabras del texto a representaciones numéricas . La “tokenización” viene a completar el cuadro, al permitir la eliminación de palabras vacías o “stopwords” y en un recurso ideado por él mismo, cada palabra se le asocia un vector de características que facilita la identificación de qué tipo de palabra es, en caso de géneros, animales y cosas inanimadas. 

Hoyos Rivera comentó que su funcionamiento no es IA, en sentido estricto, pero aún hoy continúa como una suerte de “tierra de nadie” en la cual no existen reglas; no queda en claro a quién pertenecen las “creaciones” en este renglón, cuestionó: qué hay con la precarización laboral, lo mismo en términos salariales que en la salud mental de los etiquetadores. 

 

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¿Hacia dónde se encamina? 

Google indica que entrenar el ChatGPT consumió energía eléctrica en cantidades inimaginables (mil 287 megavatios por hora) y arrojó a la atmósfera más de 550 toneladas de carbono. Sus centros de datos son responsables de la emisión del 1% de los gases de efecto invernadero, y ese valor crece continuamente. 

El académico expresó que hasta hoy es imposible crear un chatbot libre de prejuicios racistas o de género; las estafas y engaños están a la orden del día y pesa la duda en torno de una IA en Google que teóricamente ya generó conciencia de sí misma. 

“Pero ese desarrollo se estancará, una vez que hayamos superado el límite de los maquinazos y encontremos problemas no escalables”, auguró Hoyos Rivera; el entusiasmo inicial por el GPT es una burbuja de exaltación que no tardará en reventarse, auguró.

 

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Otro de los riesgos: tomar las cosas a la ligera