- Una gran cantidad de pacientes no tuvieron una recuperación completa y presentan síntomas crónicos de cefalea, mareo, trastornos del sueño y dolores musculares
Texto y fotos: Carlos Hugo Hermida Rosales
21/09/2022, Xalapa, Ver.- “La pandemia de COVID-19 provocó un aumento mundial de los problemas de salud mental, incluidos de forma generalizada el estrés, depresión y ansiedad”, mencionó Tamara Cibrián Llanderal, del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV).
Al impartir la conferencia “¿Qué afectó más nuestra salud mental, el COVID-19 o el aislamiento?”, dentro del programa “Tardes de Ciencia” de la Dirección General de Investigaciones, compartió que al 2020 la pandemia había provocado un incremento de 27.6% de los casos de trastorno depresivo mayor, y 25.6% de los de trastornos de ansiedad.
Las afectaciones fueron mayores entre las mujeres, las personas de 20 a 24 años de edad, y entre quienes habitan en sitios con un alto número de contagios.
La investigadora comentó que en individuos con padecimientos mentales la gravedad de la enfermedad y la mortalidad aumentaban, cuando la edad era temprana y el trastorno más grave.
Aunado a ello, numerosos pacientes con COVID-19 no tuvieron una recuperación completa y presentan una gran variedad de síntomas crónicos durante semanas o meses tras la infección, como cefalea, mareo, trastornos del sueño, dolores musculares, ansiedad y depresión.
Con respecto al suicidio, en la mayoría de los países la tasa no aumentó al comienzo de la pandemia, sin embargo, sí hubo indicios de incremento de riesgo en jóvenes, y el impacto a largo plazo y la recesión económica asociada en la salud mental aún son motivo de preocupación.
Tamara Cibrián compartió que antes de la pandemia sólo una minoría de personas con padecimientos mentales recibía tratamiento, y distintos estudios muestran que después de ella la brecha entre personas con padecimientos y aquellas que se pudieron atender, se amplió.
“Muchas intervenciones psicológicas, basadas en cifras probatorias destinadas a los trastornos de la mente, ya estaban disponibles previo a la COVID-19, y algunas demostraron ser eficaces para prevenir o reducir estos problemas relacionados con la pandemia, aunque los datos sobre el tema aún son limitados”, puntualizó.
Categorías: Ciencia