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Uso de suelo y aguas residuales impactan hábitat de macroinvertebrados  

 

  • Julio César Pérez lo analizó en el proyecto intitulado “Ecología de macroinvertebrados acuáticos en la cuenca alta del río Actopan, Veracruz: influencia de los parámetros fisicoquímicos del agua y uso del suelo” 
  • El objetivo fue obtener datos sobre el uso del suelo agrícola/ganadero, la calidad del agua y su impacto en dichos organismos 

El universitario se interesó en el estudio de los macroinvertebrados acuáticos debido a su relación con la calidad del agua

 

Paola Cortés Pérez 

Fotos: Omar Portilla Palacios y cortesía Julio César Pérez 

09/02/2024, Xalapa, Ver.- Julio César Pérez Hernández, alumno de la Maestría en Ecología Tropical del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV), desarrolló una investigación y una de sus conclusiones es que la calidad del agua y la biodiversidad de los macroinvertebrados acuáticos están estrechamente relacionadas con el uso del suelo y las descargas residuales. 

El proyecto intitulado “Ecología de macroinvertebrados acuáticos en la cuenca alta del río Actopan, Veracruz: influencia de los parámetros fisicoquímicos del agua y uso del suelo”, tuvo por objetivo determinar la influencia de la calidad del agua y del uso del suelo en la biodiversidad de macroinvertebrados en dicha zona. 

Actualmente en México se viven problemas de estiaje y sequía, además la mitad de los ríos están contaminados, siendo pocas las ciudades que se han esforzado en no descargar sus residuos, de ahí la relevancia de estudiar la ecología de estos organismos. 

Los macroinvertebrados acuáticos, explicó, son principalmente insectos, aunque hay de otro tipo que pueden llegar a medir aproximadamente cinco centímetros o menos; están presentes en los ríos y son indicadores de la calidad del agua –buena, media o baja–. 

“Decidí realizarlo en la cuenca alta del río Actopan porque hay vegetación importante y aún se conserva el bosque; son dos las zonas urbanas que atraviesan los ríos estudiados: la localidad de Miahuatlán, con cinco mil habitantes, y Naolinco que tiene aproximadamente 20 mil; aunque son relativamente pequeñas, no cuentan con un tratamiento adecuado de sus aguas residuales, afectan los cuerpos de agua y por ende su biodiversidad.” 

 

Con este proyecto, obtuvo mención honorífica en su examen de grado

 

Para obtener los datos relacionados entre el uso del suelo agrícola/ganadero y su impacto en la calidad del agua y los organismos que la habitan, Julio César Pérez hizo recorrido de campo, es decir, ubicó los ríos que cumplieran con las condiciones de caudal y ancho, que atravesaran zonas con vegetación conservada y zonas urbanas. 

“Entraba a los ríos con un traje impermeable y una red para capturar a los organismos; posteriormente, identificamos y contamos los diferentes tipos que existen, así como la calidad del agua en buena, media o baja. 

”También se trabajó con sistemas de información geográfica e imágenes satelitales para determinar el estado de la cobertura de los bosques, de los árboles y el uso del suelo para actividades agrícolas, ganaderas y zonas urbanas.” 

Fueron tres los sitios de los que se obtuvieron muestras: en la parte alta de la cabecera municipal de Miahuatlán, donde los resultados mostraron que el agua se conserva de buena calidad y existen macroinvertebrados que así lo reflejan, especialmente la familia de organismos llamados plecópteros; por ejemplo, los odonatos –libélulas o trichopteros–, organismos que reflejan la buena calidad del agua. 

El segundo lugar de muestreo fue la cascada de Miahuatlán, donde empieza a descender la calidad del agua; una explicación es la cercanía a la localidad y al suelo dedicado a la agricultura y la ganadería. Cabe señalar que unos dos kilómetros adelante se recuperan la calidad del agua, la biodiversidad y hay más vegetación. 

 

Julio César Pérez (en medio) acompañado de los sinodales de su examen de grado

 

El último fue el río que pasa por Naolinco, donde el agua está más impactada debido a las descargas residuales y prácticamente el 99% de los organismos identificados son larvas de la mosca negra. 

Entonces, apuntó, los resultados obtenidos revelan que existen relaciones complejas entre el uso del suelo, la calidad del agua y la diversidad de familias de macroinvertebrados acuáticos. 

Julio César Pérez resaltó la relevancia de la conservación de los bosques y la implementación de una gestión adecuada de las aguas residuales para salvaguardar la biodiversidad y la calidad del agua en la región de estudio. 

“La reforestación ayuda a conservar el cauce del río, ya que al incrementar la actividad agrícola y/o ganadera se deforesta cada vez más, lo que ocasiona que el agua fluya con mucha fuerza y erosione las orillas. 

”Deseo que esta investigación pueda difundirse porque no sólo considera parámetros físico-químicos del agua, también algunos biológicos, por ejemplo que no tenga organismos ni bacterias que causen enfermedades gastrointestinales o afecten el sistema intestinal”, expresó el entrevistado, quien obtuvo mención honorífica en su examen de grado.