Estudiantes

Alumna estudió vínculos bioculturales entre comunidades afrodescendientes

 

  • Samya Estefanía Lara estudia la Maestría en Ecología Tropical, impartida por el Centro de Investigaciones Tropicales 
  • La relación entre cultura y biodiversidad se manifiesta en los saberes que los pueblos afrodescendientes han construido en torno al uso de la flora local 

 

Samya Estefanía Lara Daza, estudiante ecuatoriana de la Maestría en Ecología Tropical

 

Paola Cortés Pérez 

Fotos: Omar Portilla Palacios 

11/07/2025, Xalapa, Ver.- La relación entre cultura y biodiversidad se manifiesta en los saberes que los pueblos afrodescendientes han construido en torno al uso de la flora local, así lo demuestra la investigación de Samya Estefanía Lara Daza, estudiante ecuatoriana de la Maestría en Ecología Tropical del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV), quien explora los vínculos bioculturales entre las comunidades La Concepción, en Carchi, Ecuador, y Coyolillo, en Veracruz, México, a través del uso y manejo tradicional de las plantas. 

Desarrolló el proyecto “Diversidad biocultural de los pueblos afrodescendientes La Concepción, Carchi, Ecuador, y Coyolillo, Veracruz, México, en función del uso y manejo de la flora”; el objetivo es documentar, comparar y poner en valor el conocimiento que estas comunidades han preservado durante generaciones sobre las plantas nativas de sus regiones. Este análisis busca evidenciar cómo la biodiversidad y la identidad cultural están profundamente entrelazadas en los pueblos afrodescendientes.

 

Samya Estefanía Lara desarrolló un estudio sobre el uso y manejo de plantas tradicionales

 

Samya Estefanía Lara eligió estas dos comunidades por razones históricas y personales: fueron importantes asentamientos de población afrodescendiente durante el periodo colonial, estuvieron insertas en sistemas de hacienda –Almolonga en Coyolillo y La Concepción en Ecuador– y comparten un legado de resistencia y transmisión oral del conocimiento natural. Además, La Concepción es la comunidad de origen del abuelo paterno de la investigadora, permitiéndole un acercamiento más íntimo con la cultura local. 

El estudio se centra en el papel de las plantas como elemento articulador de la vida cotidiana, las prácticas rituales, la medicina tradicional, la gastronomía y la organización comunitaria. Por medio de entrevistas semiestructuradas aplicadas a 100 personas (50 en cada comunidad), documentó la utilidad y asociación de 38 especies vegetales, entre ellas la flor del cocoite (conocido como matarratón en Ecuador), el guaje y la caña, las cuales muestran usos diversos que ilustran tanto la especificidad cultural como la conexión común entre ambas poblaciones.

“El punto de conexión entre La Concepción y Coyolillo son las plantas; estas comunidades hacen un uso intensivo de las especies nativas que siguen presentes en su vida cotidiana, a pesar de los cambios sociales y ambientales”, señaló Lara Daza. 

Por ejemplo, en Coyolillo la flor del cocoite se emplea para elaborar chiles rellenos, mientras que en La Concepción su corteza y hojas se utilizan con fines medicinales, por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19. Otro caso es el guaje, del cual se consumen las semillas en México, pero en Ecuador se usa para delimitar terrenos como cerca viva. 

Asimismo, la investigación considera el significado simbólico y cultural de las plantas; la caña no solo remite a un cultivo, sino a la historia compartida del trabajo forzado y organización comunitaria durante el periodo esclavista, y aparece como un símbolo común en las memorias colectivas de ambas comunidades afrodescendientes.

 

Lo realizó mediante entrevistas semiestructuradas aplicadas a 100 personas, 50 en cada comunidad

 

En agosto próximo, Lara Daza concluirá los dos años de su formación de posgrado y la investigación, que fueron resultado del convenio entre el Herbario del Instituto de Investigaciones Biológicas de la UV y el Herbario “Alfredo Paredes” de la Universidad Central del Ecuador, lo que le permitió integrarse a la comunidad estudiantil del Citro. 

“Elegí México porque es un país con una riqueza biocultural extraordinaria y una comunidad académica interesada en estos temas. Además, existen apoyos para desarrollar investigaciones como esta, por ello decidí venir a estudiar aquí”, explicó.

 

Presentó avances y resultados en evento organizado por la coordinación de posgrados del Citro

 

Su interés por abordar la relación entre cultura y biodiversidad surgió desde la licenciatura, cuando trabajó con la nacionalidad indígena Natabuela en Ecuador, esta experiencia le mostró el valor de aprender desde el territorio y con la comunidad. 

“Cuando visito Coyolillo, La Concepción o Natabuela, les digo a sus habitantes: ‘vengo a aprender de ustedes’. El enfoque de mi trabajo es salir de la zona de confort académica y reconocer realidades sociales que no siempre aparecen en los libros”, concluyó.