Universidad Veracruzana

Blog de Lectores y Lecturas

Literatura, lectura, lectores, escritores famosos



Retrato de poeta en el café

Por Enrique Krauze

Al morir Tomás Segovia recordé dos imágenes suyas de los años setenta. Una pareja camina por la avenida Orizaba, cerca del antiguo Colegio de México. Van abrazados, brincando grandes trechos, borrachos de alegría como novios adolescentes. Ella lleva un vestido color caqui, es rubia, juncal y hermosísima. Él posee el rostro de un noble caballero español y podía haber sido modelo de Velázquez de no ser por el atuendo juvenil y la cuidada cabellera sesentera –oro a veces, otras plata– que ondulaba a su paso. Eran Tomás y Mary. Ella debió de estar en sus veinte y él cerca de sus cincuenta, pero la estela de su amor me ha llegado hasta ahora.

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Escribo por puro gusto, entevista a Tomás Segovia

Por Daniel de  la Fuente

Autor de Anagnórisis, Cantata a solas, Casa del  nómada, es el poeta enorme del desarraigo, el amor y la cotidianidad: Tomás Segovia

«La poesía que siempre he intentado hacer desde los 15 años es transparente, de modo que sirva para estar en el mundo. No para estar en otro mundo. Mi poesía no es de evasión», explicó apenas llegó a suelo regiomontano, previo al homenaje que se le brindó ayer en el Encuentro Internacional de Escritores, organizado por Conarte, en el marco de la Feria Internacional del Libro.

«Yo no necesito crear otro mundo, es este mundo el que quisiera transformar, no desde la poesía, para eso hay otras voces. En la poesía no quiero cambiar nada, al contrario: quiero ayudar a la gente a estar en el mundo y a amarlo y a apreciarlo».

Oriundo de Valencia, Segovia es ganador de cuanto premio literario hay en México y de algunos de su Patria, aunque él, hombre de orillas varias, ha dicho que uno no es de un país en específico, sino de un tiempo.

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Tomas Tranströmer ganó el premio Nobel de Literatura del 2011

Según la academia, distinguió con el premio al poeta sueco «porque, a través de sus imágenes condensadas, translúcidas, aporta un acceso nuevo a la realidad»

El poeta sueco Tomas Tranströmer ganó el premio Nobel de Literatura del 2011 debido a sus obras surrealistas sobre la mente humana, que le han valido elogios como uno de los más importantes escritores escandinavos desde la Segunda Guerra Mundial.

Según la Academia Sueca, el autor de 80 años de edad se merece el galardón «porque, a través de sus imágenes condensadas, translúcidas, aporta un acceso nuevo a la realidad».

En 1990, Tranströmer sufrió un derrame cerebral que lo dejó semiparalizado y le privó del habla, aunque continuó escribiendo y publicando una colección de poemas – «El gran enigma» – en el 2004. «Caminar es un salto en paracaídas de los sueños. Libre de la sofocante turbulencia en la que se hunde el viajero hacia la zona verde de la mañana», escribió en ese poema.

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7 poemas de Tomas Tranströmer

Tomas Tranströmer es una de las grandes placas tectónicas de la poesía mundial. Un gran poeta del amor, un poeta erótico con velocidad y elegancia. También es participe del amor espiritual, una poesía del momento como una oración secular.
No es raro que Tranströmer tenga influencias místicas. La esencia de la poesía sueca, la mejor poesía sueca, es la poesía mística.
Esa visión no ha trascendido a todo al mundo, por el dominio que tuvo la poesía descreída e irónica, la poesía concretista y coloquial y política de los años 60 y 70 en Suecia -como en todo el mundo.
Pero, al final, ha resurgido triunfante la mejor poesía sueca, una poesía compacta como un diamante.
Tomas Tranströmer se alza como incomparable.

7 poemas de Tomas Tranströmer

APUNTES DE FUEGO
Durante los meses tristes, centelleó mi vida sólo cuando hice el amor contigo.
Como la luciérnaga se enciende y se apaga, se enciende y se apaga- a medias puede uno seguir su camino
en la noche oscura del olivar.
Durante los meses tristes, estaba el alma desesperada y sin vida
pero el cuerpo caminó directo hacia ti.
El cielo de la noche rugió.
Sigilosamente ordeñábamos cosmos y sobrevivimos.
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Lo jerónimo en Sor Juana

Por Gabriel Zaid

San Jerónimo creía que las mujeres tienen que hacer cosas más importantes que casarse. Promovió que se dedicaran al estudio, la contemplación y la oración, con tanto éxito que fue acusado de subversivo de la buena sociedad y líder de aristócratas rebeldonas. Su ejemplo era un apoyo frente a la pequeñez moral que no ve en la cultura más que vanidad y perdición. Era posible tener cultura y fe. Era posible ser mujer y letrada. Era legítimo tener una gran biblioteca y dedicarle mucho tiempo. San Jerónimo no quería ser sacerdote, y, cuando lo presionaron, aceptó, a condición de que no lo distrajeran de sus libros, con misas y esas cosas.

En el convento de las jerónimas, Sor Juana se encontró a sí misma. Tenía lo que Virginia Woolf llamó después Un cuarto propio (de hecho, un dúplex). En el “sosegado silencio de mis libros” vivió veintisiete años como una de las cristianas doctas apoyadas por San Jerónimo; contenta de que “debía por el estado eclesiástico profesar letras, y más siendo hija de un San Jerónimo y de una Santa Paula, que era degenerar de tan doctos padres, ser idiota hija” (Respuesta a Sor Filotea).

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La literatura y los que la leen

Por Fernando Aramburo

El autor cocina, el lector degusta. De autores con talento y de lectores avezados se hace la literatura

Un texto redactado con voluntad literaria constituye un acto de comunicación con aditivos. Uno expresa algo de cierta manera que aspira a ser tenida en cuenta como tal manera. El escritor que favorezca lo primero, lo que tradicionalmente ha venido llamándose el contenido, adoptará un tipo de escritura escueto, sobrio, de baja densidad ornamental. El que, por el contrario, resalte las propiedades estéticas preferirá las estructuras complejas y los modos expresivos alejados de la lengua estándar.

Entre ambos extremos se alarga una variada gradación de estilos, todos matizables, ninguno ilegítimo. Cualquier novedad que se incorpore a los usos literarios orienta el texto en la dirección de la sencillez o de la dificultad. La sencillez no tiene por qué dar forzosamente frutos populares. La dificultad nunca es popular.

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El mal fotógrafo

Juan Villoro

Recuerdo a mi padre alejarse del grupo donde se servía limonada. En las playas o los jardines, siempre tenía algún motivo para apartarse de nosotros, como si los niños causáramos insolación y tuviese que buscar sombra en otra parte.

Puedo ver su cara recortada en el quicio de una puerta, fumando con desgano, con la rutina parda del adicto que hace mucho dejó de disfrutar el vicio. Nunca se quitaba la corbata. Para él las vacaciones eran el momento en que se manchaba la corbata y no le importaba. Sólo se ponía otra al volver al trabajo.

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Felipe Garrido reúne cuentos en libro

El pasado 13 de agosto Felipe Garrido ofrece una entrevista al periódico EL UNIVERSAL, con motivo de la aparición del libro “Conjuros ” de su autoría y que incluye 303 cuentos breves que ha escrito en los últimos 25 años.

A continuación el texto:

‘En el terreno de los relatos breves junto con los cuentos, hay otros géneros que a veces se mezclan, como aforismos, chistes, prosas poéticas y estampas’, dijo el escritor.

Añadió que en el caso del libro ha tratado que todos sean realmente cuentos, es decir textos donde por lo menos hay un personaje al que algo le sucede.

Explicó que hay temas muy variados, aunque algunas líneas se repiten, de los cuales incluye varias sobre niños, que son personajes que le fascinan, porque están descubriendo el mundo y están indefensos.

‘Otro es sobre santos, que según parecen que no existen, pero que debería de existir; otro más alrededor de las múltiples relaciones entre hombres y mujeres; algunos encuentros y más desencuentros’, señaló Garrido.

Dijo también que el tiempo es un tema al que aborda con mucha frecuencia, pues es aquél que a uno se le escapa, pero es el único que uno tiene.

Citó como ejemplo que entre los cuentos hay un marinero y un profesor que dialogan. El primero que ha leído mucho y sabe de versos de muchos poetas y el profesor que anda en un pueblo en busca de una sirena.

Así como una familia, la de la tía ‘Martucha’, que se reúne a comer los fines de semana y alrededor de la mesa a los miembros de la familia, que cuentan historias, pero también abordan temas filosóficos y del tiempo.

Hay otros temas que se repiten a lo largo del libro. ‘Son cuentos escritos a lo largo de 25 años, muchos de ellos, dos terceras partes, han sido publicados en columnas, que están reescritos para el libro que son nuevas versiones y otros son inéditos’, explicó el escritor.

Respecto al cuento, Garrido señaló que es un género milenario, vive y es de los más antiguos que ‘conocemos, por lo cual es vivo y cultivado entre nosotros en México y en otros países’.

Tomado de: http://www.eluniversal.com.mx



El destino del libro

Winston Manrique Sabogal

¡Ya están aquí! Amazon, Google y Apple tienen como objetivo la lengua española. Se fortalece un mundo dual, analógico y digital, que altera la cadena de valor del libro y jubila un modelo de negocio editorial centenario. Los responsables de esta transformación en España trazan para Babelia un atlas de la nueva época. El lector es el ganador.

Voy a presentar al mundo / A aquel que todo lo ha visto, / Ha conocido la tierra entera, / Penetrando todas las cosas, /

Y en redor explorando / Todo lo que está oculto. / Excelente en sabiduría, / Todo lo abarcó con la mirada: / Contempló los secretos, / descubrió los misterios», son las palabras que abren La epopeya de Gilgamesh, la primera obra literaria descubierta en tablillas de arcilla.

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Valiente mundo nuevo

Carlos Fuentes

En cualquier gran ciudad de la América Latina estamos expuestos al daño maligno de la colisión del crimen de autoridades y criminales». Es lo que transmite Juan Villoro en El testigo, con Ciudad de México como espacio literario

Cuando yo nací, en 1928, la ciudad de México no llegaba al millón de habitantes. Cuando publiqué mi primera novela, La región más transparente, en 1958, había llegado a los cinco millones. Cuando Juan Villoro publicó El testigo, en 2004, el número de citadinos había rebasado los veinte millones.

Juárez era un indio anticlerical porque lo habían educado. El indio no tiene derecho ni a envejecer: cuando el indio encanece, el español fenece

Digo esto porque, en cierto modo, yo contaba con una ciudad de México más ceñida, abarcable en sus extremos, aunque nunca en sus honduras. Hacia abajo, ciudad náhuatl, colonial, decimonónica, moderna. Hacia fuera, ciudad limitada por Azcapotzalco, al norte, Cuatro Caminos y la Magdalena Contreras al occidente, Coyoacán al sur y el lago de Texcoco al oriente. Hoy, México se ha desbordado más allá del Distrito Federal al Estado de México, a los linderos de Morelos, a Santa Fe.

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