Universidad Veracruzana

Blog de Lectores y Lecturas

Literatura, lectura, lectores, escritores famosos



De el manto y la corona (1958)

Por Rubén Bonifaz Nuño

Como ya nada puedo
imaginar por mí ─claro, entre luces
estoy viviendo, y el amor me agobia,
me emborracha, me enferma─,
quiero decir tan solamente
lo que me has enseñado, los secretos
que en mí vas alumbrando,
las pequeñas verdades que levantas
sobre mi viejo tiempo de ceniza.
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Sábados

Por Jorge Luis Borges

Afuera hay un ocaso, alhaja oscura engastada en el tiempo, y una honda ciudad ciega de hombres que no te vieron.

La tarde calla o canta. Alguien descrucifica los anhelos clavados en el piano.

Siempre, la multitud de tu hermosura.

A despecho de tu desamor tu hermosura prodiga su milagro por el tiempo.

Está en ti la ventura como la primavera en la hoja nueva.

Ya casi no soy nadie, soy tan solo ese anhelo que se pierde en la tarde.

En ti esta la delicia como esta la crueldad en las espadas.

Agravando la reja esta la noche.

En la sala severa se buscan como ciegos nuestras dos soledades.

Sobrevive a la tarde la blancura gloriosa de tu carne.

En nuestro amor hay una pena que se parece al alma.

Tú que ayer solo eras toda hermosura eres tambien todo amor, ahora.

Tomado de:http://www.poemas-del-alma.com/sabados.htm



Hablen, tienen tres minutos

Por  Julio Cortázar

Hablen, tiene tres minutos
De vuelta del paseo
donde junté una florecita para tenerte entre mis dedos un momento,
y bebí una botellas de Beaujolais, para bajar al pozo
donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara cuelgo mi piel
y sé que estaré solo en la ciudad
más poblada del mundo.
Excusarás este balance histérico, entre fuga a la rata y queja de morfina,
teniendo en cuenta que hace frío, llueve sobre mi taza de café,
y en cada medialuna la humedad alisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo
que pienso en ti obstinadamente, como una ciega máquina,
como la cifra que repite interminablemente el gongo de la fiebre
el loco que cobija su paloma en la mano, acariciándola hora a hora
hasta mezclar los dedos y las plumas en una sola miga de ternura.
Creo que sospecharás esto que ocurre,
como yo te presiento a la distancia en tu ciudad,
volviendo del paseo donde quizá juntases
la misma florecita, un poco por botánica,
un poco porque aquí,
porque es preciso
que no estemos tan solos, que nos demos
un pétalo, aunque sea un pasito, una pelusa.

Tomado de:

http://www.los-poetas.com



El viento distante

Por  José Emilio Pacheco

En un extremo de la barraca el hombre fuma, mira su rostro en el espejo, el humo al fondo del cristal. La luz se apaga, y él ya no siente el humo y en la tiniebla nada se refleja.

El hombre está cubierto de sudor. La noche es densa y árida. El aire se ha detenido en la barraca. Sólo hay silencio en la feria ambulante.

Camina hasta el acuario, enciende un fósforo, lo deja arder y mira lo que yace bajo el agua. Entonces piensa en otros días, en otra

noche que se llevó un viento distante, en otro tiempo que los separa y los divide como esa noche los apartan el agua y el dolor, la lenta oscuridad.

Para matar las horas, para olvidarnos de nosotros mismos,

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Agua del recuerdo

Por   Nicolás Guillén

¿Cuándo fue? No lo sé. Agua del recuerdo voy a navegar.
Pasó una mulata de oro, y yo la miré al pasar: moño de seda en la nuca, bata de cristal, niña de espalda reciente, tacón de reciente andar.
Caña ¡febril la dije en mí mismo! caña temblando sobre el abismo, ¿quién te empujará? ¿Qué cortador con su mocha te cortará? ¿Qué ingenio con su trapiche te molerá?
El tiempo corrió después, corrió el tiempo sin cesar, yo para allá, para aquí, yo para aquí, para allá, para allá, para aquí, para aquí, para allá. .
Nada sé, nada se sabe, ni nada sabré jamás, nada han dicho los periódicos, nada pude averiguar, de aquella mulata de oro que una vez miré al pasar, moño de seda en la nuca, bata de cristal, niña de espalda reciente, tacón de reciente andar.

Tomado de: http://www.los-poetas.com/



Breve romance de la ausencia

Por Salvador Novo

Único amor, ya tan mío que va sazonando el Tiempo: ¡qué bien nos sabe la ausencia cuando nos estorba el cuerpo!
Mis manos te han olvidado pero mis ojos te vieron y cuando es amargo el mundo para mirarte los cierro.
No quiero encontrarte nunca, que estás conmigo y no quiero que despedace tu vida lo que fabrica mi sueño.
Como un día me la diste viva tu imagen poseo, que a diario lavan mis ojos con lágrimas tu recuerdo.
Otro se fue, que no tú, amor que clama el silencio si mis brazos y tu boca con las palabras partieron.
Otro es éste, que no yo, mudo, conforme y eterno como este amor, ya tan mío que irá conmigo muriendo.

Tomado de: http://www.los-poetas.com/



Tu palabra

Por Eduardo Monte verde

Enrollada en un ovillo

de casa deshabitada

huele a paso digital

por una cadencia sin palabras.

Nos miramos tanto

al pasar por la reja colegial

de tu uniforme.

Repetimos palma con palma

el gerundio atigrado de los versos

y recorrí el declive de tu frente

hasta tocar el horror entumido en la hiedra

cuando me despedí de ti

frente a tu casa.

 

Tomado de: Poemas para un poeta que dejó la poesia. Antología de Eusebio Rubalcaba. Ed. El Financiero.



Suspiros

Por Criseria  Escudero Ortiz

Sin perder la esperanza, lloro,

aun con la fe en alto, me ensombrezco,

convencida de de que el girar del mundo tiene un sentido

no lo cuestiono, no lo discuto

mas no siempre lo concibo.

Pido por una paz que no se alcanza,

pido por una paz que no se ha existido,

imploro no obstante y, sin dudarlo,

me vence la fuerza de soñar, mis pulmones se niegan a reusar

este aire que respiro.

La fuerza que los amos me estampan

desaparece por momentos, se evapora,

más resurge ante los que me rodean

por aun los que no están, nos acompañan por siempre,

nos impulsan a lidiar.

Tomado de: Poemas para un poeta que dejó la poesia. Antología de Eusebio Rubalcaba. Ed. El Financiero.



El Hombre Imaginario

Por  Nicario Parra

El hombre imaginario

vive en una mansión imaginaria

rodeada de árboles imaginarios

a la orilla de un río imaginario

 

De los muros que son imaginarios

penden antiguos cuadros imaginarios

irreparables grietas imaginarias

que representan hechos imaginarios

ocurridos en mundos imaginarios

en lugares y tiempos imaginarios

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7 poemas de Tomas Tranströmer

Tomas Tranströmer es una de las grandes placas tectónicas de la poesía mundial. Un gran poeta del amor, un poeta erótico con velocidad y elegancia. También es participe del amor espiritual, una poesía del momento como una oración secular.
No es raro que Tranströmer tenga influencias místicas. La esencia de la poesía sueca, la mejor poesía sueca, es la poesía mística.
Esa visión no ha trascendido a todo al mundo, por el dominio que tuvo la poesía descreída e irónica, la poesía concretista y coloquial y política de los años 60 y 70 en Suecia -como en todo el mundo.
Pero, al final, ha resurgido triunfante la mejor poesía sueca, una poesía compacta como un diamante.
Tomas Tranströmer se alza como incomparable.

7 poemas de Tomas Tranströmer

APUNTES DE FUEGO
Durante los meses tristes, centelleó mi vida sólo cuando hice el amor contigo.
Como la luciérnaga se enciende y se apaga, se enciende y se apaga- a medias puede uno seguir su camino
en la noche oscura del olivar.
Durante los meses tristes, estaba el alma desesperada y sin vida
pero el cuerpo caminó directo hacia ti.
El cielo de la noche rugió.
Sigilosamente ordeñábamos cosmos y sobrevivimos.
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