Universidad Veracruzana

Blog de Lectores y Lecturas

Literatura, lectura, lectores, escritores famosos



El choque de las civilizaciones es una gran mentira: Orhan Pamuk

Ferit Orhan Pamuk, Premio Nobel de Literatura 2006, sostiene que los libros y las mujeres tienen el poder de cambiar radicalmente la vida de un hombre.

Pamuk sabe lo que dice. Nacido en Estambul, Turquía, el 7 de junio de 1952, estudió periodismo y arquitectura pero jamás ejerció ambas profesiones. Lo suyo es la literatura y con ella bajo el brazo ha eludido el llamado choque de civilizaciones.

En las sociedades cerradas o casi cerradas, insiste Pamuk, los libros tienen la virtud de ofrecer un cambio. Allá en Medio Oriente, donde los hombres y las mujeres se ven imposibilitados de desarrollar su amor, los libros adquieren cualidades utópicas. Leer más…



Una gloria literaria, un triunfo moral

Por Pablo Ordaz

Los periodistas no aplauden. Cuando termina de hablar el político, la estrella de cine o el escritor de turno, cierran las libretas y salen pitando como alma que lleva el diablo con su pequeño tesoro de frases redondas. Sin embargo, ayer, en Guadalajara, y a pesar de las urgencias propias del oficio, cuando el poeta José Emilio Pacheco terminó de responder a las preguntas, los periodistas se pusieron de pie y dedicaron un aplauso largo y cálido como un abrazo al flamante premio Cervantes. Si este país golpeado por la crisis, la gripe, el narcotráfico o la corrupción endémica tiene alguien de quien estar orgulloso sin disimulo, ése es un sabio cercano, tímido y divertido de 70 años llamado José Emilio Pacheco.

¿Cómo se encuentra, maestro?, le preguntaron. «Zurimbo, patidifuso y turulato. Tengo que escoger tres palabras que ya ni se usan para describir el estado de irrealidad en el que me encuentro. Supongo que un premio es como un golpe: que no duele en el momento. Ya veremos después». La noticia le llegó a José Emilio Pacheco muy temprano, por teléfono. La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, le anunció que el jurado había querido premiar su «uso lingüístico implacable», la «profundidad y libertad de sus pensamientos» y «el distanciamiento irónico de la realidad cuando es necesario». Pero tal vez quien mejor definió la poesía de Pacheco fue el presidente del jurado, el académico José Antonio Pascual, quien dijo: «José Emilio Pacheco es un poeta excepcional de la vida cotidiana». Leer más…



El poder de síntesis

Medio siglo de amistad

1. José Emilio Pacheco (México DF, 1939), poeta, narrador, periodista cultural, traductor, antologador, dramaturgo ocasional, es, sobre todo un poeta. Eso quiere indicar la pasión por la metáfora, la concentración en unas cuantas líneas de un relato casi siempre pesaroso, el gusto por los relatos inesperados, el despliegue del poder de síntesis, el ejercicio múltiple de la metáfora, el juego de analogías como espejos de la devastación, la alabanza jubilosa del paisaje. En poesía, ajusta sus dones melancólicos, su pesimismo que es resistencia al autoengaño, su fijación del sitio de la crueldad en el mundo, su poderío aforístico, su amor por el sonido del idioma, la incesante declaración de principio:

A quien pueda interesar

Que otros hagan aún

el gran poema

los libros unitarios

las rotundas obras

que sean espejo

de armonía

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Antonio Tabucchi, con la casa a cuestas

Por Lucia Magi

Sostiene Antonio Tabucchi que lleva encima su casa, la puede esconder en el bolsillo de la americana y sacarla cuando más le complace, no necesita buscarla en un lugar preciso del mundo. Sostiene Tabucchi que su patria es portátil, sin peso alguno: es el italiano, el idioma en que piensa, sueña, escribe. Cabe imaginar entonces que el amplio escritorio de madera que domina su apartamento en el norte de la Toscana, con libros, papeles y una tacita de café humeando, sitiado por estanterías repletas hasta el techo, podría encontrarse igual de cómodo en su estudio de Lisboa o asomarse a un elegante bulevar parisino. En la campiña de Pisa, entre mar y colinas de mármol, el escritor italiano conserva la vivienda de su infancia, su «casa-madre». Sin embargo, pasa gran parte del año entre la capital portuguesa y la francesa. «Nací el 24 de septiembre de 1943. Aquella noche los americanos empezaron a bombardear Pisa para liberarla de los nazis. Mi padre, subido en una bici, nos trajo a mi madre y a mí hasta aquí, donde vivían los abuelos». Esta casa es un refugio, entonces como ahora, el lugar donde resucitar recuerdos, un sabor o un libro. Leer más…



Cartas Privadas, José Vasconcelos

A cincuenta años de su muerte, José Vasconcelos sigue asombrándonos con su vida múltiple. No es un secreto que la mujer fue una presencia fundamental en su vida. A continuación ofrecemos dos cartas —con un prólogo de su hijo Héctor Vasconcelos— que documentan la historia de amor entre el autor de La raza cósmica y su segunda esposa Esperanza Cruz.

José Vasconcelos y Esperanza Cruz se reencontraron en los primeros días de 1943. Un primer encuentro, fugaz y circunstancial, había tenido lugar en 1922, cuando a la talentosa niña se le comisionó para entregar un ramo de flores al entonces Secretario de Educación Pública durante su visita al Conservatorio Nacional de Música. Una veintena de años después, la ocasión que los convocó fue un intento de Agustín de León von Schultzenberg —figura excéntrica de la primera mitad del siglo XX mexicano que bien valdría la pena rescatar, desde el punto de vista histórico y literario—, por reconciliar a Vasconcelos con Luis Cabrera. Estos personajes habían sido amigos cercanos durante su juventud —Ateneo de la Juventud—, pero el carrancismo los había distanciado. Vasconcelos había sido uno de los primeros en usar, si no inventar, el verbo carrancear para aludir a las corruptelas que él percibía en el Constitucionalismo. Y Cabrera, no quedándose atrás, había incluso publicado un pequeño volumen intitulado Los gazapos de nuestro Ulises. Leer más…



«La muerte es la inventora de Dios» José Saramago

Por Francesc Relea

“Hay quien me niega el derecho de hablar de Dios, porque no creo. Y yo digo que tengo todo el derecho del mundo. Quiero hablar de Dios porque es un problema que afecta a toda la humanidad». José Saramago (Azinhaga, 1922) ha vuelto a escribir de un tema que le inquieta. Io ha hecho esta vez a través de una figura bíblica con mala prensa. Caín (Alfaguara), última novela del premio Nobel de Literatura de 1998, tiene grandes posibilidades de levantar las iras de algunos sectores católicos. Nada nuevo para el escritor portugués, que en 1991 genera una polémica mayúscula con El Evangelio según Jesucristo. En aquella ocasión, el Gobierno luso se sumo a In campaña contra Saramago, al vetar su nombre coma candidato al Premio literario Europeo. El primer ministro era el conservador Aníbal Cavaco Silva. Hoy es el presidente de la República. Leer más…



Herta Müller, Nobel de Literatura 2009.

«Hablo mal el rumano, pero por mi tesitura interna soy rumana»

Juan José Flores Nava

Muchos apostaban a que este año sería para un estadounidense o un hispanohablante. Pero no. Los cálculos han fallado otra vez. La Academia Sueca decidió otorgar el Premio Nobel de Literatura a la rumano-germana Herta Müller.

Con ello, por tercera ocasión en una década las letras alemanas son reconocidas por el comité Nobel: en 2004 lo fueron por la austriaca Elfriede Jelinek y en 1999 por Günter Grass

Herta Müller es una novelista, poeta y ensayista nacida el 17 de agosto de 1953 en Nitzkydorf, una localidad de la región de Banat, en Rumania, en la que desde hace dos siglos habita un importante grupo de personas de origen alemán. El Premio Nobel de Literatura, según la Academia Sueca, es entregado a esta mujer como reconocimiento a una obra que «con la concentración de la poesía y la franqueza de la prosa, describe el paisaje de los desposeídos».

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Libro + vídeo = ‘vook’

La versión digital de periódicos y revistas hace tiempo que integró vídeos y sonido a las crónicas. Ahora le ha llegado el turno al libro. El grupo editorial Simon and Schuster lanzó el jueves en EE UU el vook, un producto que, como indica su nombre en inglés, mezcla libro (book) y vídeo.

«Es un género nuevo. No es un libro electrónico y tampoco es una película, es la mezcla de ambas cosas», explica en conversación telefónica Bradley J. Inman, presidente de la compañía Vook, responsable de este invento. La limitación técnica de lectores electrónicos como Kindle o Sony E Reader -que no permiten ver vídeos- parece darle la razón: el ordenador o el teléfono son los canales naturales para los vooks.

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Recuerdo de Cortázar

Por Carlos Fuentes

Como sucede, lo conocí antes de conocerlo. En 1955, editaba yo una Revista Mexicana de Literatura con el escritor tapatío Emmanuel Carballo. Allí se publicó por primera vez en México una ficción de Gabriel García Márquez, Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo.

Gracias, también, a nuestras amigas Emma Susana Separatti y Ana María Barrenechea, pudimos obtener la colaboración de Julio Cortázar. “Los buenos servicios” y “El perseguidor” aparecieron por primera vez en nuestra revista renovadora, alerta, insistente, hasta un poco insolente. Más tarde, casi como parte de una conspiración, Emma Susana me dejó leer el manuscrito de una novela de Cortázar cuyo eje narrativo era la descomposición del cadáver de una mujer enterrada con máximos honores bajo el Obelisco de la avenida 9 de Julio, en Buenos Aires.

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Un encuentro lejano con Thomas Mann

por Carlos Fuentes
1.
A principios de 1950, acababa de cumplir 21 años cuando llegué a Suiza para continuar sus estudios, tanto en la Universidad de Ginebra como en el Instituto de Altos Estudios Internacionales. Trabajaba en la misión de México ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y le servía de secretario al miembro mexicano de la Comisión de Derecho Internacional de la ONU, el embajador Roberto Córdova. Todo esto le daba a mi arribo en Suiza un tono sumamente formal. Ginebra, como siempre, era una ciudad muy internacional.
Me hice amigo de estudiantes extranjeros, diplomáticos y periodistas. Conocí a una bellísima estudiante suiza y me enamoré de ella, pero nuestros encuentros clandestinos fueron interrumpidos por dos casualidades.