Universidad Veracruzana

Blog de Lectores y Lecturas

Literatura, lectura, lectores, escritores famosos



Lisbeth Salander debe vivir

Piedra de Toque

Mario Vargas Llosa

Comencé a leer novelas a los diez años y ahora tengo setenta y tres. En todo ese tiempo debo haber leido centenares. acaso millares de novelas. releído un buen número de ellas y algunas. además. las he estudiado y enseñado.
Sin jactancia puedo decir que toda esta experiencia me ha hecho capaz de saber cuándo una novela es buena, mala o pésima y, también, que ella ha envenenado a menudo mi placer de lector al hacerme descubrir a poco de comenzar una novela sus costuras, incoherencias, fallas en los puntos de vista, la invención del narrador y del tiempo, todo aquello que el lector inocente (el “lector-hembra» lo llamaba Cortázar para escándalo de las feministas) no percibe, lo que le permite disfrutar más y mejor que el lector-crítico de la ilusión narrativa.

¿A qué viene este preámbulo? A que acabo de pasar unas semanas, con todas mis defensas criticas de lector arrasadas por la fuerza ciclónica de una historia, leyendo los tres voluminosos tomos de Millennium, unas 2,100 páginas, la trilogía de Stieg Larsson, con la felicidad y la excitación febril con que de niño y adolescente leí la serie de Dumas sobre los mosqueteros o las novelas de Dickens y de Víctor Hugo, preguntándome a cada vuelta de página «¿Y ahora qué, qué va a pasar?» y demorando la lectura por la angustia premonitoria de saber que aquella historia se iba a terminar pronto sumiéndome en la orfandad. Leer más…



¿Leer o no Leer?

Roberto Frías


Tradicionalmente, el no leer equivale para muchos a sentirse excluidos o ser considerados como personas menos cultas, pero para el ensayista francés Pierre Bayard estos conceptos pueden ser muy relativos, pues no existen razones para establecer un «matrimonio obligado» con ningún libro.

Incluso, el asegura que prefiere vivir de diversas maneras con los libros.

«Mas que distinguir entre los libros que he leído y los que no he leído, me gusta diferenciar entre los libros con los que he vivido y aquellos con los que no», dice. «Hay muchas maneras de vivir con los libros que no tienen relación con leerlos de la primera a la última pagina».

Bayard, psicoanalista y profesor de la Universidad de París, escandalizó en 2007 con su obra como hablar de los libros que no se han leído (publicado en español por Anagrama en 2008), en el que analiza con humor el proceso de la lectura y la no-lectura.

¿Por que nos sentimos culpables de no leer?

Eso es algo que pasa mas en America; en Europa, cada vez nos importa menos. Pero en America les inculcan ese temor y esa culpabilidad por no haber leído determinados textos que, en teoría, todos deberíamos conocer. Leer más…



«El libro nunca Morirá»

ENTREVISTA: EL AVANCE DEL LIBRO ELECTRÓNICO A CARMEN BALCELLS

POR JUAN CRUZ

Ahora Carmen Balcells, la mítica agente literaria a la que mucha gente creyó ver retirada hace unos años, vive «en el futuro», apuesta por las nuevas tecnologías, y ha llegado a una alianza editorial que la convierte en una de las líderes del nuevo formato que ya compite con los libros tal como se conocen desde hace más de medio milenio.

En su casa de Barcelona sigue dictando cartas y tomando notas a mano de todo lo que se mueve, pero ya ve los e-mails, está al tanto de lo que se cuece en el mundo tecnológico, y aunque es de la generación en la que se olía el papel para conocer su calidad, cree que el paso que ha dado el mundo «es irreversible».

A partir de ahí, de esa convicción de que las nuevas tecnologías están para revolucionar el mundo del libro, tomó la decisión de sumarse a lo que ella cree que es el futuro. «Es una decisión tranquila, sosegada, muy analizada con respecto a lo que era la realidad del mercado, que prácticamente no existía. Tenía bastante tiempo, no estaba presionada por nadie, ni siquiera por el propio editor que quería iniciar el proyecto». Leer más…



Vargas Llosa, Marías y la utopía arcaica

Edmundo Paz Soldán

Hay pocos escritores vivos que admiro más que Mario Vargas Llosa y Javier Marías. He leído toda su obra, he escrito sobre ellos, los he enseñado. Cuando me piden que mencione mis libros de cabecera, siempre incluyo títulos como Conversación en La Catedral o Mañana en la batalla piensa en mí. Creo entender las pulsiones principales que subyacen en sus novelas, incluso en muchas de las ideas que no comparto de sus ensayos.
La parte en la que ambos me pierden es su incapacidad para entender los cambios tecnológicos de la época, la forma que tienen de concluir que gracias a esos cambios la literatura se empobrece. Hace algunos meses Marías atacó los blogs, a los que llamó esa «región ocultamente furibunda» debido a la cantidad de insultos y veneno que uno encuentra en la sección de comentarios. El escritor español declaró que no entendía que hubiera tantos escritores que llevaran blogs, y mucho menos el lado interactivo de los blogs: «¿Cuál es la gracia de estas tertulias escritas? ¿Ver que uno provoca reacciones? ¿Tener la comprobación inmediata de que lo que expone no cae en el vacío?». Leer más…



La imaginación de Millás viaja en mensajes de móvil

Los lectores disfrutarán de sus articuentos por 0,50 euros

CAMILO SÁNCHEZ

Juan José Millás, una vez más, ha echado su imaginación a volar. Sus articuentos, ese hibrido entre cuento y artículo, ese género que el escritor ha definido como «textos muy directos» y que parecen «casi como un disparo», llegarán a sus lectores de una manera muy peculiar: por el teléfono móvil.

Millás es un apasionado de las nuevas tecnologías. A su capacidad creativa une la ilusión por escrutar nuevas formas de comunicación. Todos los viernes, los usuarios de telefonía Movistar podrán disfrutar de estas joyas del relato breve mientras viajan en el metro, esperan su turno en el banco o están a punto de embarcar en un aeropuerto. Basta con enviar el mensaje ALTA MILLAS al 404 para que una historia de 40 líneas aparezca en pantalla. Los primeros cuatro articuentos de Millás serán gratis y después el coste será de 0,50 euros cada uno. Leer más…



Leer en tiempos de crisis

Ilustracion de Fernando Vicente http://www.elboomeran.com/blog-post/11/3659/vicente-verdu/novelas-anacronicas/TRIBUNA: MANUEL FERNÁNDEZ-CUESTA

Los libros gozan de buena salud en plena recesión. Pero ¿deben limitarse a ofrecer una forma barata de ocio y evasión privados? No. Leer es el paso del yo al nosotros, clave en la forja de una identidad colectiva

 Confiemos, por una vez, en las estadísticas. En nuestro país ha crecido, repiten los datos oficiales, la comunidad lectora. Esta afirmación, por sí sola, debería ser motivo de satisfacción tanto para la industria del libro, necesitada de ampliar su cuota de mercado, como para los diferentes poderes públicos, deseosos de contar, sin duda, con una ciudadanía atenta, sensible y consciente.

Las reiteradas campañas de fomento de la lectura pretenden que lo hagamos de manera alegre y gozosa, divertida y espontánea, dando por sentado que el hecho físico e intelectual de leer, con independencia de la calidad, es un valor esencial de la democracia, un nuevo activo ciudadano comparable a la igualdad o a la tolerancia ante la diversidad. Leer más…



Umberto Eco: elogio del libro en la era del soporte digital

Publicado por apons en Febrero 25, 2009

En efecto, el semiólogo italiano Umberto Eco hace un encendido elogio del libro en las páginas de l’Espresso, donde tiene reservada una cita periódica que titula “La Bustina de Minerva”.  En esta ocasión,  nos advierte con su habitual perspicacia sobre la fragilidad de los nuevos soportes digitales:

“El pasado domingo fue el  último día de un curso para libreros que lleva el nombre de  Umberto y Elisabetta Mauri. Tuvo lugar en Venecia y se habló (entre otras cosas) sobre la labilidad de los soportes de la información. Soportes lo han sido la estelas de Egipto, la tableta de arcilla, el papiro, el pergamino y, por supuesto, el libro impreso. Este último ha demostrado su capacidad para sobrevivir quinientos años, pero sólo si se trata de libros hechos con pasta de trapos. Desde mediados del siglo XIX se impuso el papel procedente de la madera, y parece que  tiene una duración  máxima de setenta años Leer más…



Micropantallas para un libro digital sin límites

BARBARA CELIS – Nueva York – 05/03/2009

Un nuevo programa facilitará leer 250.000 títulos de forma gratuita

El mundo editorial continúa inmerso en resolver la incógnita de qué soporte servirá para leer los libros del futuro. Tras el lanzamiento a bombo y platillo del segundo modelo de Kindle -un buen golpe publicitario con pocas innovaciones respecto a la primera generación- Apple celebraba ayer la llegada de una aplicación gratuita que permitirá leer los mismos libros accesibles para el Kindle (los 250.000 que ha digitalizado Amazon) en las minipantallas del iPhone y el iTouch. Leer más…



Lecturas liliputienses

Alberto Manguel (Buenos Aires, 1948)

 

Dos características esenciales definen el libro de bolsillo: su dócil tamaño y su voluntad nómada. Es por eso que el santo patrón de los libros de bolsillo es (o debería ser) un tal Lemuel Gulliver, viajero infatigable y minucioso cronista del minúsculo reino de Liliput. Discreto, móvil, manuable, modesto, el libro de bolsillo es, de toda la biblioteca, el que más se pliega a la voluntad del lector. Porque es portátil, no exige que se lea en un lugar determinado, como los elefantinos volúmenes de una enciclopedia; porque es barato, no provoca en el lector que quiere garabatear en sus márgenes el sentimiento de lèse majesté que causan sus más aristocráticos hermanos de tapa dura; porque es pequeño, no desdeña el bolso ni, obviamente, el bolsillo, y se deja llevar a la cama como el más dócil de los enamorados.

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Un lector llamado Adolf Hitler

Jacinto Anton

 

Hitler quemaba libros, pero también los leía. Que hiciera ambas cosas -además de desatar la II Guerra Mundial y ordenar el exterminio de los judíos- lo convierte en un lector muy especial. Su relación con los libros, incluso con los que no quemaba, no era amable. Hitler, incapaz de relaciones profundas y sinceras de amor o amistad -hasta las que sentía por Eva Braun y por su perra alsaciana Blondie eran afectos envenenados, y valga la palabra-, tampoco iba a tener ese cariño por los libros, que es el sello de los bibliófilos decentes. Leer más…