– Mediante categorías específicas de lo que hace la imagen de un monstruo, se genera un método de creación visual para artistas y diseñadores
– Aunque la idea de los monstruos ha existido siempre en el imaginario popular y cultural, no hay estudios que clasifiquen estas imágenes científicamente
Al establecer categorías teratológicas (el estudio de los monstruos) delimitando características específicas de lo que constituye la imagen de un monstruo, se tiene un método de creación visual con criterios definidos que ayudan a artistas, diseñadores y comunicadores visuales en sus propuestas, afirmó el académico canadiense Raymond Vézina.
El experto en comunicación visual de la Universidad de Quebec, que está impartiendo el curso Método de creación visual y teratología en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV), dijo que aunque la idea de los monstruos ha existido desde siempre en el imaginario popular y cultural, no hay estudios que clasifiquen estas imágenes científicamente.
“He desarrollado un método que ubica a todos los posibles tipos de monstruos en siete categorías y subcategorías derivadas de esas mismas; esto permite a un estudiante de diseño o de comunicación visual, elaborar propuestas tan extremas como se desee –lo que es una característica propia del monstruo– para después ajustarlas a los parámetros que mejor transmitan la idea que emplearán en su imagen final, estimulando su creatividad”, explicó.
Vézina dijo que el punto de partida de este sistema de desarrollo de la creatividad es la naturaleza, lo que se percibe por los cinco sentidos y que al manipularse genera nuevas lecturas.
“Por ejemplo, la imagen de un monstruo en una categoría llamada multiplicidad de miembros, puede ser una criatura con muchos ojos, esto nos hace pensar que ve mucho más que una persona normal; si esos ojos adicionales se colocan en el casco de un vigilante de una central de sistemas de alarmas, puede ser una imagen que funcione para vender la idea de que el prestador de servicios ‘está viendo más’ que los seres normales”, sostuvo.
El académico canadiense dijo que al comprender la catalogación de los siete niveles de categorías teratológicas el estudiante de diseño o comunicación visual puede ampliar su lenguaje con ese tipo de manipulaciones que den a una imagen un sentido diferente que resalte al primer impacto visual.
“Continuando con el ejemplo de los ojos, si se quiere, se puede emplear otra de las categorías, llamada desproporción de uno o varios miembros y usar en una imagen ojos más grandes que lo normal, lo cual nos da una lectura diferente, lo mismo si colocamos unos lentes computarizados a los ojos, lo cual entraría en la categoría hombre-máquina;todas estas son alternativas que los estudiantes pueden desarrollar y aprender a manejar con un discurso articulado a partir de la comprensión del sistema, pues pueden explicar el significado que tiene cada parte de su diseño”.
Para Vézina no sólo es importante que los participantes en el curso aprendan el sistema de categorías teratológicas, sino que comiencen su aplicación práctica, por lo que durante el curso cada estudiante desarrollará diversas imágenes sobre los temas tratados y los mejores trabajos producidos, transformados en carteles, participarán en una exposición que se inaugurará el 13 de abril próximo en la Galería Wìktor Gòrka de la Bienal Internacional del Cartel en México.
Marcelo Sánchez Cruz
