Entrevista

Vivimos una emergencia climática: Pablo Meira Cartea 

  • Lo único que podemos hacer es reducir la posibilidad de peores escenarios futuros, reconoció  
  • El catedrático español, pionero en educación ambiental, recientemente recibió el doctorado Honoris Causa por la UV 

 

No será suficiente un cambio educativo para revertir el daño climático al planeta, expresó el investigador

  

David Sandoval Rodríguez 

Fotos: Rodolfo de Jesús Pérez Carmona  

11/07/2025, Xalapa, Ver.- Pablo Ángel Meira Cartea fue designado por las juntas académicas del Centro de Ciencias de la Tierra y el Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana (UV) para recibir el doctorado Honoris Causa por su trabajo en la creación y difusión de instrumentos educativos de libre acceso para los educadores. 

Su postulación fue respaldada por la Facultad de Pedagogía y el Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales, por la creación y difusión de instrumentos educativos de acceso libre, relacionados con la educación ambiental y siendo aprobada en la sesión del Consejo Universitario General (CUG) del 31 de marzo de 2025. 

Académico de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Instituto de Investigación do Medio Acuático para unha Saúde Global (Iarcus), el investigador español recibió el máximo reconocimiento académico en el marco de la pasada Feria Internacional del Libro Universitario (FILU). 

Meira Cartea compartió algunas de sus impresiones respecto al momento actual de la civilización, donde se enfrenta una condición ambiental crítica, a la que él considera como emergencia climática. 

¿Qué representa recibir el doctorado Honoris Causa por su trayectoria orientando esfuerzos hacia la educación ambiental? 

Bueno, para mí es un honor, primero porque es fruto de un trabajo ya de casi década y media, ¿no?, en que estamos colaborando con investigadores e investigadoras de la Universidad Veracruzana, del Instituto de Investigaciones en Educación, también de la Cosustenta, y para mí esto es, digamos, coronar con esta honra y con gente como el doctor Carlos Welsh, que hizo la propuesta del doctorado en esta causa, pues para mí es un honor inmenso poder estar aquí, compartir con la comunidad universitaria veracruzana lo poco que hacemos por responder educativamente a cuestiones como la emergencia climática. 

Al recibir el doctorado, mencionó que estamos ya en un estado de emergencia climática… 

Sí, nosotros ya no hablamos de cambio climático ni de crisis climática, utilizamos el concepto de emergencia porque el lenguaje es importante, ¿no?, y el lenguaje nos ayuda a cualificar y a caracterizar la naturaleza de la realidad, y la realidad ahora mismo es que estamos sobrepasando todos los límites que hicieron que el clima del planeta fuese estable en los últimos 12 mil o 13 mil años, y eso inevitablemente va a tener consecuencias para el ser humano y para toda la biósfera. 

Refirió también que preguntarse en qué grado de la crisis climática nos encontramos es intrascendente… 

Sí, el cambio climático es inevitable. Lo único que nos estamos jugando, y ahí tenemos cierto margen de maniobra, es con la posibilidad de minimizar o de reducir la posibilidad de que los peores escenarios -y esto porque la ciencia nos ilumina, nos muestra- se hagan realidad. 

Porque esos escenarios además van a afectar especialmente a las comunidades, a los colectivos de población con menos recursos, con más problemas para satisfacer sus necesidades básicas, y ahí es donde se va a concentrar el sufrimiento de un cambio climático sin ningún tipo de control o de mitigación por parte de la sociedad humana, que además tiene que ser una respuesta global, que es otro problema. 

No será suficiente con que algunos grupos humanos, Estados, naciones o grupos de estados respondan adecuadamente, sino que tenemos que articular una respuesta a nivel global que estamos muy lejos de conseguir. 

 

Pablo Ángel Meira Cartea, galardonado con el doctorado Honoris Causa por la Universidad Veracruzana

 

Cambiar nuestra percepción de la vida como la conocemos ahora, muy relacionada con el consumo y la búsqueda de satisfactores, es parte de la cuestión… 

Sí, eso es una cuestión básica. La causa del cambio climático no son las emisiones de gases de efecto invernadero, es un determinado modelo de producción y consumo donde el uso intensivo de combustibles fósiles es un elemento central de ese modelo de crecimiento, sin considerar cuáles son los límites de la biosfera ni cuáles son las consecuencias de ese crecimiento para la habitabilidad del planeta y para la vida digna de las personas. 

 Mientras no reconozcamos esa asociación, vamos a tener problemas para responder adecuadamente a la crisis climática. Hay muchos intereses en pugna, ¿no? 

Obviamente, sí. Por eso llevamos prácticamente medio siglo intentando articular una política global de respuesta a la crisis climática y sus resultados son prácticamente inexistentes. 

Las emisiones de gases de efecto invernadero siguen creciendo. Los pocos momentos en las últimas décadas donde disminuyeron, disminuyeron porque el sistema entró en crisis, la última fue con la pandemia, pero obviamente es muy lamentable que necesitemos una pandemia para reducir significativamente las emisiones de CO2. Y después de la pandemia las volvimos a recuperar, prácticamente en el año 2021 o 2022 ya volvimos a recuperar el nivel de emisiones que teníamos antes del 2020. 

 ¿Qué es lo que motiva a usted todas las mañanas cuando imparte cátedra en su universidad, teniendo en mente toda esta emergencia que estamos viviendo? 

 Pues me motiva esa pregunta que planteé en mi ponencia, que es: ¿De qué estamos a tiempo? Y que me motiva también que mis estudiantes están por una parte muy sensibilizados, muy preocupados, pero por otra parte tienen la percepción de que a nivel individual y a nivel comunitario y a nivel de Estado, por ejemplo, no se está haciendo nada para contener o revertir en alguna medida la problemática de la emergencia climática. 

Y eso es lo que me motiva, dar algunas pistas a esos estudiantes, primero para que entiendan a qué nos estamos enfrentando y segundo, yo formo pedagogos y educadores sociales para que integren este problema en su práctica, en los ámbitos de la educación en que vayan a desarrollar su labor. 

¿Será una respuesta que venga de nosotros como organización social más que de las instituciones? 

Bueno, tiene que venir de todos, pero tiene que ser también una respuesta a nivel estructural. Tiene que haber cambios profundos en las políticas económicas y en las políticas energéticas, no va a ser suficiente con un cambio a nivel educativo, que además no se va a producir mientras no se produzcan cambios estructurales. 

Acompañar a esos cambios es necesario para que sean viables, pero la solución no va a ser educativa. Será económica o energética o política, pero no va a ser educativa. La educación acompañará esa solución, será un factor clave para que esa solución sea demandada y aceptada por la población, pero no va a ser el detonante de ese giro que necesitamos para responder a la emergencia climática.