- “La Universidad es un ente público y nos debemos a la sociedad”: Peter Grube, director del Instituto de Investigaciones Médico-Biológicas
- Durante más de 50 años, el IIM-B ha brindado tratamientos de radioterapia a través del Centro de Atención para el Cáncer
- La institución cuenta con uno de los dos aceleradores lineales de la entidad, con el que se atiende a un promedio de 45 pacientes diarios

Con el acelerador lineal se suministra radiación de alta precisión
Aracely Hernández y Ferrer González
Fotos: Aracely Hernández Rodríguez
02/09/2025, Veracruz, Ver.- El Instituto de Investigaciones Médico-Biológicas (IIM-B) de la Universidad Veracruzana (UV), región Veracruz, lleva más de 50 años brindando tratamientos de radioterapia a pacientes oncológicos de toda la entidad veracruzana, lo que demuestra su compromiso y vocación social, afirmó su director Peter Grube Pagola.
En entrevista para Universo, el especialista señaló que el Centro de Atención para el Cáncer (CAC), adscrito al IIM-B, atiende a 45 pacientes por día, quienes reciben tratamiento con el acelerador lineal, el cual es un equipo de alta precisión que suministra radiación a los tumores sin afectar los órganos de riesgo, mismos que quedan fuera del campo radial.
El investigador puntualizó que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda contar con al menos un acelerador lineal por cada 500 mil habitantes, pues los casos de cáncer van en aumento a nivel global; sin embargo, Veracruz tiene una población superior a los ocho millones de personas y sólo existen dos equipos: el del IIM-B-UV y uno más en el Centro Estatal de Cancerología (Cecan), “por lo que tendríamos que hablar de entre 16 y 32 aceleradores en la entidad”.
Subrayó que no es recomendable sobreutilizar el equipo, dadas las condiciones ambientales: “Sabemos que en la ciudad hay humedad. El CAC cuenta con varios deshumidificadores; aun así, debemos estar muy pendientes del funcionamiento del acelerador”.
Alta demanda y tratamiento específico
Grube Pagola indicó que la demanda para estos tratamientos es alta: “En la Universidad también brindamos servicio a derechohabientes de la zona norte y sur del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) –con el cual existe un convenio de colaboración–, así como de Poza Rica, Minatitlán y Coatzacoalcos”.
Cuando ingresa un paciente, un especialista en radio oncología brinda consulta médica, tras lo cual se realiza una tomografía computarizada antes de iniciar las dosis de radioterapia.
De acuerdo a cada caso, los pacientes requieren diferente número de sesiones, “desde 15, 20, 30 y 39. Si recibimos a 40 pacientes que requieran 39, no podría ingresar nadie más hasta dos meses después. Si cada paciente requiriera 15, en ese número de días podrían ingresar nuevos pacientes”, ejemplificó.
En el IIM-B se puede dar radiación en fase 3D o en fase IMRT (Radioterapia de Intensidad Modulada, por sus siglas en inglés), que es más avanzada, precisa y emplea más energía: “Si hay cinco pacientes que requieren IMRT, estarían ocupando 10 de las sesiones que podemos dar en ese día”.

“Nuestro objetivo es retribuir a la sociedad parte de lo que nos da”: Peter Grube Pagola (foto de archivo)
Sobre los casos clasificados como urgentes, explicó que incluyen hemorragias activas, choque hipovolémico (pérdida excesiva de sangre o líquido), falla multiorgánica que pone al paciente en riesgo inminente de muerte, y lesiones en el sistema nervioso central.
Incidencia y prevención
Peter Grube se refirió al aumento de casos de cáncer entre la población mundial, lo que, en su opinión, puede deberse al incremento de la edad, pues “después de los 40 o 50 años observamos mayor número de pacientes”.
En Europa y Japón, agregó, existe más población adulta y adulta mayor que jóvenes y adultos jóvenes; “entonces, es evidente que el cáncer seguirá aumentando conforme a la edad promedio, hay casos que aparecen desde el nacimiento o tumores congénitos que se detectan a los 90 o 100 años de edad”.
En ese sentido, subrayó la importancia de las campañas de prevención, gracias a las cuales se ha logrado disminuir algunos tipos de cáncer, como el cervicouterino.
Compromiso social y vocación de servicio
Peter Grube habló del papel que la UV y el IIM-B juegan en la atención a pacientes oncológicos: “Nuestro objetivo es retribuir a la sociedad parte de lo que nos da. No lo debemos olvidar: la Universidad es un ente público y nos debemos a la sociedad, gracias a ella existimos”.
Es por ello que los servicios que ofrece el CAC tienen un costo accesible, con el único fin de solventar los gastos de mantenimiento y energía que requiere el equipamiento.
El director del IIM-B destacó que se busca ampliar la capacidad de atención; sin embargo, los equipos son muy costosos y se requiere mucho trabajo para obtener uno nuevo: “Hay dispositivos capaces de brindar más sesiones al día; ello ayudaría a mejorar la situación para el tratamiento del cáncer no solamente a nivel estatal, sino nacional”.
Asimismo, el especialista reconoció la labor que realiza el equipo multidisciplinario del CAC, integrado por un médico radio oncólogo, tres técnicos radiólogos, un físico médico y una enfermera, quienes trabajan en los turnos matutino y vespertino.

Equipo de tomografía computarizada
“Sin importar los momentos difíciles, como la pandemia de COVID-19, fechas como Navidad o vacaciones, en el IIM-B trabajamos casi todos los días para beneficio de la población y lo hacemos siempre lo mejor que podemos”.
50 años de atención oncológica
Cabe recordar que en 1972 el IIM-B creó el Departamento de Oncología, hoy CAC, a través del cual se han atendido a cerca de 40 mil personas con patología benigna o maligna, participando también en la atención de pacientes de instituciones como el IMSS, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la Secretaría de Salud, Petróleos Mexicanos y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, así como pacientes de la propia comunidad.
Desde 2017, el CAC cuenta con el acelerador lineal, equipo adquirido mediante el apoyo de la Fundación Río Arronte y la Fundación UV, gracias a lo cual se brinda atención de calidad a los pacientes oncológicos.
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