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Modificación dental y sonrisa denotarían uso político del cuerpo

  • Investigadora del IAUV y estudiante de la ENAH trabajan con modificaciones dentales de restos óseos prehispánicos provenientes de Quiahuiztlán

 

“Era gente especializada, era tiempo y recursos invertidos con los que se trabajaba para llegar a hacer estos detalles”

“Era gente especializada, era tiempo y recursos invertidos con los que se trabajaba para llegar a hacer estos detalles”

 

Karina de la Paz Reyes Díaz

Fotos: Luis Fernando Fernández

24/04/2022, Xalapa, Ver.- Las modificaciones dentales entre la gente que pobló Quiahuiztlán en la época prehispánica podrían denotar el uso social y político del cuerpo, planteó Margarita Meza Manzanilla, investigadora del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana (IAUV).

Se trata de uno de sus temas de investigación en curso, con base en material óseo que se resguarda en el Laboratorio de Bioarqueología del IAUV –lugar que fundó y coordina desde que se integró a esta entidad académica, en 2019–.

“Estoy haciendo un trabajo sobre las modificaciones dentales y cómo pudieron haber usado la sonrisa a nivel social y político en este sitio arqueológico –ubicado en la costa norte de Veracruz, en el Cerro de los Metates–”, planteó.

En Quiahuiztlán ha sido escaso el hallazgo de materiales dentales con modificaciones, y por el lugar donde estaban los entierros todo indica que tales personas hicieron uso político de esas decoraciones, insistió la entrevistada.

Sin asegurar que se trataba de personas que ostentaban algún poder político, social o de gobierno, admitió: “Al menos eran personas especiales”.

De acuerdo con ella, si se compara la modificación craneal con la dental, ésta es posible ocultarla; además, varias investigaciones han confirmado que “la sonrisa se podía ocupar de muchas formas, una de ellas es para la negociación.

”Modificarse el cuerpo tiene un impacto y utilizarlo con una sonrisa tiene otro impacto. Si eso lo relacionamos con las caritas sonrientes –piezas de las culturas del centro de Veracruz–, hay algunas que tienen modificación dental y yo estoy tratando de llevarlo ahí, al uso del campo político.”

Manzanilla, investigadora de la IAUV, y Dennis Landa Hanzeth, estudiante de la ENAH

Manzanilla, investigadora de la IAUV, y Dennis Landa Hanzeth, estudiante de la ENAH

 

A tal labor de investigación se sumó Dennis Landa Hanzeth, estudiante de la Licenciatura en Antropología Física en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Primero se integró como prestadora de servicio social en el Laboratorio de Bioarqueología, y ahora ya delinea su trabajo de tesis en ese tenor.

Del desinterés al amor por los restos óseos prehispánicos
Dennis Landa llegó a esta institución para realizar su servicio social durante el periodo septiembre 2021-marzo 2022, “gracias” a que es oriunda de Xalapa y regresó a la ciudad por las condiciones de la pandemia por la COVID-19.

En todo este tiempo, su labor ha consistido en realizar un inventario de los materiales que alberga el laboratorio, correspondientes a excavaciones en el sitio arqueológico de Quiahuiztlán en la década de 1990 –llámense restos óseos de humanos y de animales, así como otros que están asociados al lugar de la excavación, como cerámica y piedras–.

“La labor ha sido identificar si son huesos de niño, de adulto, ver el sexo, si presentan modificaciones dentales. Todo esto nos va ayudando a hacer inferencias sobre qué pasaba en este sitio. Obviamente es poco a poco, es un trabajo bastante laborioso el tener que identificar”, detalló la estudiante de la ENAH.

Landa Hanzeth tuvo expectativas al solicitar hacer servicio social en el Laboratorio de Bioarqueología del IAUV y éstas fueron superadas, toda vez que puso en práctica muchos de los conocimientos adquiridos en la ENAH y ha “entrenado el ojo, visión y tacto”. También, le ha implicado regresar a consultar bibliografía y estudiar nuevamente determinados conceptos.

“Con la pandemia nos vimos bastante limitados en la parte práctica”, compartió, al tiempo que recordó que la antropología física requiere mucho estudio y práctica.

“Vemos anatomía, fisiología, osteología, es decir, todo el tiempo estamos viendo los huesos y relacionándolos con el cuerpo; entonces, venir aquí me está dando toda la parte práctica, también he visto cuáles son mis limitantes teóricas, por eso estoy en una constante revisión de bibliografía.”

Aunque oficialmente su servicio social ya concluyó, continúa asistiendo al laboratorio y fue tal el interés que se despertó en ella, que cambió su tema de tesis con tal de continuar ahí.

Antes de hacer su servicio social, ella decía muy segura que no le interesaba el estudio de restos óseos prehispánicos, sólo las poblaciones actuales. “Yo solamente trabajo vivos”, era una de sus frases, pero todo cambió cuando llegó al IAUV.

Sin exagerar, aceptó que se “enamoró” y ahora al estudio de los restos óseos prehispánicos lo ve como un compromiso y una labor de gran importancia para la antropología física.

En su opinión, la antropología en general, y la física en particular, es “fascinante”. Una “fascinación” más a la cual ha tomado aprecio precisamente durante el servicio social en el IAUV, es el trabajo multidisciplinar, “desde la parte más biológica, genética, anatómica, hasta la más antropológica, más propia del ser humano.

”Lo maravilloso es que el cuerpo nos dice cosas, es lo primero con lo que experimentamos el mundo y es bastante fascinante verlo en la vida cotidiana.

”Ya no solamente vengo y veo los restos óseos, sino que voy caminando por la calle y veo tamaños, a los niños, a la gente que sonríe y cómo tienen los dientes, la fisonomía, su cara, y eso me dice ciertas cosas. ¡Es bastante enriquecedor trabajar aquí y experimentar esta experiencia académica, sin querer, gracias a la pandemia!”

La investigadora muestra el cráneo que presenta en sus muelas un marcado uso, a tal grado que se aprecian cóncavas

La investigadora muestra el cráneo que presenta en sus muelas un marcado uso, a tal grado que se aprecian cóncavas

 

Lo que dicen los dientes y muelas
Margarita Meza Manzanilla mostró dos cráneos del sitio arqueológico Quiahuiztlán en los que, a simple vista, es posible constatar las modificaciones dentales, pero de manera diferente. Una por uso y otra por decoración.

Además, aclaró que en el caso de las decoraciones dentales fueron elaboradas por “especialistas” en la materia, personas que tenían el conocimiento para hacerlo sin llegar a la pulpa de la pieza dental. “Era gente especializada, eran tiempo y recursos con los que se trabajaba para llegar a hacer estos detalles”.

También, tal intervención implicaba tener de por vida un sumo cuidado con lo que la persona comía, de lo contrario podrían presentarse fracturas y en consecuencia caries, incluso pérdida del diente. “Esta gente comió diferente”.

Ante tal contexto, la investigadora de la UV apuntó que ambos individuos no se pueden ver como iguales, pues mientras uno tuvo acceso a una modificación especializada y pudo cuidarla, el otro presenta en sus muelas un marcado uso, a tal grado que se aprecian cóncavas, tentativamente por la alimentación o por trabajo –porque hasta los terceros molares están desgastados–.

Para la investigadora, pudo haber sido efecto de lo que comían –quizá el desgaste es consecuencia de la arena que salía de los metates o molcajetes–, pero al señalar el desgaste, incluso de los terceros molares, no descarta que esa persona utilizó la dentadura para sujetar algún tipo de cuerda y eso le haya causado la marcada curvatura. “No lo sabemos, hay que hacer investigación a nivel microscópico y si realmente hay huellas de cerdas o algo así”.

Margarita Meza aclaró que cuando se identifican cráneos en trabajos de excavación, es común que presenten un desgaste dental por uso, mas no por una decoración. “Esto es lo común que se encuentra, esto no”, dijo al tocar uno y otro.

No obstante, al cuestionarle si la decoración dental era una usanza exclusiva de las personas pertenecientes a la élite, comentó que justamente determinarlo es parte de la investigación.

“No sé si de élite, porque estamos en eso, pero al menos hubo un tratamiento diferente en cuanto a la alimentación y cuidados”, precisó. “Son tantas las posibilidades”.