- Manuel Francisco Aguilar Tamayo, investigador de la UAEM, explicó que el conocimiento se deriva de un proceso complejo que involucra la comprensión del mundo y la forma de usar el lenguaje
Fotos: Luis Fernando Fernández Carrillo
18/04/2024, Xalapa, Ver.- Con frecuencia, a la información se le confunde con conocimiento, por lo que no es extraño que los procedimientos de enseñanza no arrojen los resultados esperados, mencionó Manuel Francisco Aguilar Tamayo, académico de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), durante una plática que impartió en la Universidad Veracruzana (UV).
“Transversalidad y otros conceptos para comprender e innovar el currículo en la universalidad”, es el tema que ofreció como parte de las “Charlas de innovación educativa” coordinadas por Dirección General de Desarrollo Académico e Innovación Educativa de la UV, donde expresó que la educación no se transformará con ideas procedentes del sentido común, y ejemplificó con la búsqueda en internet.
“Cuando confundimos el significado con aquello que construimos, se asume que las definiciones son iguales a conocimiento y que la repetición de una definición es evidencia del mismo”, dijo el Doctor en Educación.
De este modo, al escribir “plancha” en internet nos conduce a resultados muy distintos, lo que comparó con la articulación de la hoja curricular: “La gran dificultad es que concebimos el conocimiento como una serie de unidades, como pedacitos de información semejantes a fotos de Google. La acción educativa no debe reproducir esas acumulaciones porque con frecuencia la realidad de las experiencias, como estudiantes y como profesores, son distintas”.
¿Es funcional el sentido común?
El problema del concepto fragmentado lleva a suponer que el conocimiento está de una vez y para siempre; en escenarios cambiantes y complejos, eso es del todo ineficaz. “La transversalidad es comprender de manera más compleja, no sólo por la dominancia de la clase expositiva, sino porque las formas de evaluación se centran en estimular y reconocer este tipo de aprendizaje”, indicó en alusión directa a los profesores.
Agregó que los estudios revelan que podemos tener dos tipos de teorías simultáneas: lo que decimos que es el aprendizaje y lo que suponemos que es la educación. “El profesor puede incorporar novedades al lenguaje pedagógico y acercarse a un discurso nuevo, pero apoyarse en el sentido común de poco le servirá; debemos modificar estos elementos”.
Por ejemplo, debemos reconstruir un objeto mentalmente, pero lo que comunicamos no es idéntico a lo que pensamos; entonces, el propósito del profesor es llegar a procesos compartidos en esta complejidad de pensamiento y de diálogo.
La teoría y la práctica
Manuel Francisco Aguilar compartió que debe modificarse ese modelo operativo fragmentado, porque daña la forma de comprender el aprendizaje y la enseñanza. “No existen formas simplificadas de lo teórico y lo práctico. Un beisbolista sabe cómo pegarle a la pelota porque tuvo el conocimiento teórico y luego el práctico, pero ¿para hacer una llamada telefónica debemos contar primero con la teoría?”.
Subrayó la conveniencia de entender que la transversalidad propone un cambio en la manera de expresar el conocimiento. “No es simplemente decir que el niño aprende a pedacitos, los junta y ya sabe escribir una obra literaria; se trata de un proceso complejo, con pasos que transforman su comprensión del mundo, su forma de usar el lenguaje y de conocer los instrumentos que utiliza”.
La solución a los problemas debe ubicarse en el desarrollo de proyectos, en la situación interdisciplinar y en la estructura de colaboración docente-estudiantes, que excede por mucho la forma tradicional.
Finalmente, instó a reflexionar sobre la implicación de la transversalidad y aclaró que su propuesta es no dar continuidad a lo ya superado, “tenemos que incorporar nociones que nos conduzcan a comprender la enseñanza de una manera muy, muy distinta”.
Categorías: Ciencia, Eventos, Principales