Universidad Veracruzana

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Nota: Fragmentos de una mujer


El día de nuestro nacimiento es todo un acontecimiento. Lo celebramos cada año. Pero hay algo que no vemos de ese importe día: no importa de dónde vivas, en México, El Salvador, Estados Unidos, Kenia, Pakistán… El proceso de parto no solo se ha estandarizado y despersonalizado, se ha deshumanizado.

Si bien, la atención del nacimiento en hospitales redujo significativamente la mortalidad materna e infantil, es momento de dar un paso adelante. Un paso que permita reducir algunos de los efectos de la deshumanización de un momento tan importante para cada mujer que lo transita.

Esta deshumanización, la mayoría de las veces, incluye diversos grados de maltrato. Hay una gran cantidad de investigaciones científicas que está  documentando el maltrato durante el parto.  El maltrato en este importante momento, también etiquetado como violencia obstétrica, atención deshumanizada o falta de respeto y abuso,  es un área de estudio incipiente y que queda mucho por definir.

Es importante desagregar, visibilizar y erradicar esta problemática, ya que se opone a los derechos de la mujer y a la práctica ética de la medicina. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la comunidad internacional en 2015 que “toda mujer tiene derecho al más alto nivel posible de salud, que incluye el derecho a una atención médica digna y respetuosa”. Por lo que, quienes dirigen hospitales y clínicas, tienen el compromiso de establecer políticas de atención respetuosas. De la misma manera, los profesionales de la salud deben trabajar para reducir el maltrato.

Con la contingencia por COVID-19 lograr una cobertura universal de salud y crear contextos únicos en los que se pueda erradicar el maltrato de las mujeres durante el parto, parece aún más distante. Pero debemos hacer el esfuerzo.

La humanización del parto es un modelo alternativo a los modelos médico y tecnológico.  Aunque no excluye estas dos dimensiones, sino que las integra en un contexto más cercano.

La mayor parte de la literatura científica define la humanización del parto como un nacimiento sin ninguna intervención médica innecesaria. Un enfoque de atención centrado en la mujer, en el que se le respete respecto a sus valores, creencias, autonomía, elecciones y control sobre sus cuerpos.

El parto tiene una definición tanto biológica como cultural. Nuestras actitudes hacia el nacimiento difieren según la cultura, el contexto y clase social y los recursos sociales de los individuos. No existe un sustento para que signifique lo mismo para todas las mujeres.

Las características sociales del nacimiento, incluidas las ideas culturales y los sistemas de apoyo social, tienen un impacto importante en las prácticas del parto. Los científicos sociales argumentan que un nacimiento medicalizado está determinado por ideas arraigadas. En las cuales el progreso y la confianza en las prácticas tecnológicas que pueden asistir al nacimiento representan una victoria de la sociedad civilizada sobre la antigua naturaleza femenina del nacimiento.

En consecuencia, las mujeres son controladas a través de más y más prácticas médicas con el fin de prevenir cualquier riesgo para ellas mismas y sus bebés. Y eso está bien. Sin embargo,  las dimensiones sociales del nacimiento también son inherentes al parto.

Pasar por procesos de parto deshumanizado puede provocar complicaciones posparto que aún son difíciles de comprender. Pero que son un problema real para muchas mujeres. Entre las posibles complicaciones se han documentado la depresión posparto. Incluye episodios de angustia, ansiedad, depresión, agotamiento crónico. Aspectos que repercute en el inicio de la crianza y en la recuperación posparto.

En sentido contrario, incluir a la mujer en la toma de decisiones para el momento de su parto, respetarla y bríndale apoyo en su elección, disminuye la probabilidad de que su salud mental se vea fragmentada.

A propósito Brenda García Pérez de la Facultad de Medicina se pregunta ¿En qué momento los médicos nos adueñamos de los partos? Y nos recuerda una figura importante a lo largo de la evolución humana: parteras.

Nos comenta que las parteras empíricas, que han existido desde la antigüedad, han disminuido a la vez que aumentan los partos en hospitales y también el número de cesáreas. La profesionalización de la partería, los cambios sociales y la denuncia de violencia obstétrica en los centros hospitalarios, ha generado un aumento en el deseo de las mujeres por llevar a cabo este proceso en casa, acompañadas de las personas que aman… entonces, ¿Estamos regresando a las prácticas de antaño? ¿Cuál es el resignificado? Y ¿Quiénes pueden optar por esta práctica más humana e íntima?

La maternidad debe ser por elección. En ello radica la importancia de la planificación del embarazo, el control prenatal, detección oportuna de complicaciones y tratamiento de estas.

Acompáñanos en la  charla “Partería: a propósito de la película Fragmentos de una mujer” donde la Dra. Brenda nos platicará más sobre el tema y podremos compartir experiencias sobre los pros y contras de las opciones de partos actuales.

¡No te lo puedes perder! El próximo martes 11 de mayo, a las 5 de la tarde por https://sabadosenlaciencia.webex.com/meet/tardesdeciencia Las charlas de acceso abierto  y también se transmiten por Facebook Live en @SabadosenlaCienciaXal

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Gladis Yañez y Rodrigo López de Sábados en la Ciencia

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