Universidad Veracruzana

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Nota: Esa vieja foto, una rebanada fina de tiempo

 

“En el cuarto oscuro y apartado, yo revelo y amplifico el pasado, mientras guarde los negativos yo podré reproducirte a mi lado”. El anterior es un fragmento de una famosa canción ¿A ver, de quién es? Las fotos están en los álbumes familiares, en las paredes, en el intercambio de obsequios, en los santuarios, en la protesta política y en la ciencia. La fotografía es parte de nosotros y de nuestro ambiente, y algunas de ellas, pueden tener un valor incalculable.

Una fotografía puede representar el último recuerdo tangible de nuestros seres amados. Ya sea porque murieron o porque se alejaron. A diferencia de la traicionera memoria, la fotografía guarda fielmente rasgos y expresiones que pueden despertar nuestras emociones más profundas. Conservan momentos entrañables, como si fueran una rebanada muy fina de tiempo.

Algunas de nuestras fotografías más preciadas parecen tener vida propia y, en verdad “cobran vida” en muchos sentidos. Pueden contar, ver y ser. Incluso pueden despertar en nosotros sensaciones complicadas, al grado que llegamos a voltear las fotos de las personas a las que debemos un comportamiento moralmente correcto, cuando nos portamos mal cerca de ellas.

Además, una fotografía poder dar fe de los hechos más increíbles. Desde fenómenos naturales, animales, paisajes, lugares inaccesibles, otros planetas, seres diminutos, momentos y hechos sociales, entre otros. Con una confianza y fidelidad, que la pintura y el dibujo solo alcanzaron pocas veces. Piensa lo que nos hubiera dejado Humboldt si hubiera llevo una cámara digital.

Las fotografías son muy flexibles: se amplían, se convierten en postales, diapositivas, transparencias, archivos digitales, en llaveritos, protectores de pantalla, fondos de celular, entre muchas otras modalidades.

Se exhiben en formatos profesionales en museos y galerías, pueden ser obras de arte, y también productos que puedes comprar en plazas comerciales, en una cabina de feria, tianguis y en la calle. Hay fotografías instantáneas que no tenemos oportunidad de retocar y fotografías digitales que terminan pareciéndose a una persona distinta, después de muchos filtros y retoques. Hoy puedes ser quien quieras en una fotografía y seguir siendo tú.

Al momento de imprimirlas hay que tomar grandes decisiones: ¿en papel brillante o mate?, ¿en blanco y negro, a color o en sepia u otros tintes? ¿en una taza o playera? Una vez impresas aún puede hacerse mucho con ellas: colocarlas en collages, recórtalas, enmarcarlas y cambiarles el marco después de un tiempo, guardarlas en álbumes, colgarlas en las paredes, ponerlas sobre la mesa de noche, esconderlas en lugares secretos, escribirles pensamientos detrás, intercambiarlas, mantenerlas como rehenes y, en caso de necesidad, destruirlas, desfigurarlas, pintarles unos cuernos, bigotes y más, en un acto de violencia consciente.

Tal como iniciamos este texto, las fotografías son tema de canciones, películas, danzas, historias y también son parte importantísima de ritos religiosos y culturales, como en los altares de la celebración de Todos los Santos. Una fotografía puede mantener vivo al ser amado en el otro mundo.

Las historias contadas con y alrededor de fotografías, el portarretratos estrechado al pecho, nuestra mirada cristalina al pasar el dedo por las facciones impresas en ese rectángulo de papel, los cuidados diarios a una imagen digital impresa, enmarcada y cuidadosamente colocada, que desempolvamos rutinariamente… hacen de la fotografía más que un objeto.

A pesar de que la fotografía parezca contener una imagen imperturbable, puede transformarse radicalmente. Se replantean, se reemplazan, se reorganizan. Los negativos se convierten en impresiones, las impresiones en diapositivas o tarjetas postales, se digitalizan. Las fotografías de identificaciones vigentes caducan, se archivan, se olvidan y después… se convierten en tesoros familiares que pertenecen a quien las encuentra.

Las fotografías privadas se transforman en archivos y luego se comparten en sitios como Xalapa Antiguo, entonces lo privado se convierte en propiedad pública con cierto honor y autoridad de quien la comparte. También sucede lo contrario, unas fotos enviadas con amor y picardía, se convierte en un instrumento de tortura y en un delito en manos de un examante despreciable que las hace públicas sin consentimiento. Y las fotografías de producción científica se recuperan como patrimonio cultural.

Una fotografía puede ser evidencia de una injusticia o delito. Y también la prueba física para devolver lo justo a quien se le arrebató.

En las ciencias, una fotografía puede representar un poderoso recurso, por su capacidad comunicativa. Por ello, desde su origen, la fotografía ha estado ligada a la ciencia. Tanto a las ciencias exactas y naturales, como a las sociales y a las humanidades que se han interesado por la fotografía, ya sea de manera periférica o central en sus investigaciones.

Para platicarnos del tema ¿Qué te parece si lo hacemos con una experta? la Dra. Citlalli González Ponce, Investigadora del Instituto de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, nos compartirá la charla “La fotografía como herramienta metodológica de investigación”. Abordará algunas de las tradiciones de investigación que han utilizado la fotografía como herramienta metodológica, en las ciencias sociales y en las humanidades.

Nos vemos el próximo martes primero de junio, a las 5 de la tarde por https://sabadosenlaciencia.webex.com/meet/tardesdeciencia

Las charlas de acceso abierto y también se transmiten por Facebook Live en @SabadosenlaCienciaXal ¡Te esperamos!

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Gladis Yañez y Rodrigo López de Sábados en la Ciencia

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