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Nota: Consumir Ciencia ¿Para qué?

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Publicado por Oliva Noticias en Miércoles, 7 de julio de 2021

 

Desde que nos despertamos tomamos decisiones. La hora en la que nos levantamos, nuestros hábitos de higiene, de acondicionamiento físico, si desayunamos o no antes de empezar nuestras actividades, entre otras, conforman las decisiones que cada uno de nosotros tomamos en las primeras horas del día.

Esto que hacemos todos los días, es parte de la condición humana.

Desde pequeños tomamos decisiones, a veces conscientemente, pero la mayor parte del tiempo lo hacemos de forma no tan consciente.

Conforme crecíamos, nos dimos cuenta de que, para tomar mejores decisiones necesitamos información: ¿Qué ejercicio me hará efecto más rápidamente? ¿Cuánta azúcar debo tomar para mantenerme saludable y al mismo tiempo disfrutar un postre? ¿Qué carrera debo estudiar? ¿Qué repelente debo usar? ¿En qué noticiero debería confiar? ¿Por cuál candidato debería votar?

Como humanidad también nos hacemos muchas preguntas. Las preguntas más antiguas quizás se  refirieron al universo y su composición. Esa son inmensas preguntas. Así surgió la ciencia.

Las personas que trabajan en la ciencia se dedican a responder preguntas de interés humano. Grandes preguntas. Pero la información que generan también sirve para responder preguntas de nuestra vida diaria.

Con la gran cantidad de avances científicos y tecnológicos de los últimos tiempos, cada vez es más difícil diferenciar entre lo que es falso y lo que es real. Hay quienes se aprovechan de esta necesidad de información para generar información falsa. Esta información suele ser escandalosa, llamativa, fácil de entender, es accesible y cuenta con muchos patrocinadores que venden productos y servicios de la misma naturaleza dudosa.

La información falsa conviene a sus creadores, les da más visibilidad en las redes sociales, lo que les permite vender más y principalmente: lucrar a partir de la desinformación.

Por ello y más razones, necesitamos consumir ciencia oportuna, relevante y principalmente fidedigna para fundamentar las decisiones que podemos tomar.

Actualmente existen problemas relacionados con la ciencia en los que se requiere nuestra participación, como la pandemia de COVID-19, el cambio climático, las vacunas, la edición de genes y terapias médicas que involucran inteligencia artificial, por mencionar algunas.  Otros no son tan actuales y tenemos un rato conviviendo con ellos: cómo curar el cáncer, cómo evitar la contaminación y frenar las extinciones de especies silvestres, entre muchas más.

Son problemas complejos y dinámicos, con profundas implicaciones para nosotros como individuos, para nuestra comunidad y para nuestra sociedad.

Gran parte de la ciencia sobre estos temas se mueve rápidamente a través de entornos plagados de información incorrecta, confusa y que cambia igual de rápido. Parte de nuestro consumo de ciencia de calidad nos ayuda a navegar de forma eficaz por estos complejos y dinámicos problemas científicos.

Nos prepara para acceder y utilizar información confiable cuando sea necesario tomar decisiones, en nuestra vida personal o como ciudadanos. También nos hace más capaces de adquirir habilidades adicionales para diferenciar la información falsa y debatir o ignorar opiniones altamente polarizadas, polémicas e incluso peligrosas.

También consumimos ciencia, entre otras cosas, para comprender cómo se produce la ciencia y cómo la ciencia se relaciona con nuestro entorno social; conocer cómo aparece y se mueve la información científica a través de los medios; e interpretar cada vez mejor la información cuando la encontramos y diferenciarla de lo que parece ciencia, pero no lo es.

El flujo tan constante de información nos exige mecanismos de selección y otra vez nos encontramos tomando decisiones y haciendo preguntas. Para diferenciar entre un contenido científico confiable podemos hacer las siguientes preguntas como filtro:

  1. ¿Quiénes crean y difunden la información?,
  2. ¿Por qué lo hacen, y qué tan confiables son?
  3. ¿Qué información se está destacando y qué podría faltar?
  4. ¿Comparte hechos científicos o se trata de opiniones?
  5. ¿Cuál fue la fuente original de la información, o quién la escribió o produjo? y
  6. ¿Cómo se puede encontrar información adicional para agregar contexto y otras perspectivas?

Estas son solo algunas preguntas que podemos hacernos antes de confiar en la información que llega hasta nosotros y nos resulta de interés. No importa quién nos lo comparta, mi mamá, mi papá, mi hermano que sabe mucho, mi maestro o maestra que tiene un doctorado, la información se debe cuestionar. Pero ante la evidencia podemos confiar.

Consumir información científica de calidad es importante en cualquier edad, desde la infancia y hasta nuestro último aliento debemos mantenernos críticos y en constante mejora. Tomaremos mejores decisiones: porque una decisión es mejor si está informada en comparación con una que no lo está. Apreciaremos más nuestro entorno, a nosotros mismos, a nuestro impresionante cerebro y a la humanidad completa.

Hay más razones para consumir ciencia, por ejemplo ¡por curiosidad! Y muchas más ¿Cuál es la tuya? ¿De qué forma accedes y utilizas la información científica para tomar decisiones? escríbenos y cuéntanoslo.

Información con Ciencia para Oliva Noticias Multimedios

Gladis Yañez  de Sábados en la Ciencia, un programa de Divulgación de la Universidad Veracruzana.

Email: gyanez@uv.mx

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