Por Luis Carlos Sánchez
Ingresó como miembro de número a la Academia Mexicana de la Lengua, en sustitución del finado Eulalio Ferrer, que ocupaba la silla 22.
Se preguntó Carlos Prieto al leer su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua “qué habían visto sus integrantes” en él para elegirle como uno de los suyos, habiendo dedicado toda su vida a la música. Él mismo revisó la lista de personajes que han integrado el insigne grupo y se percató que desde su fundación en 1875 ningún músico había pertenecido a ella.
Miguel León-Portilla le respondió: “lo hemos elegido porque esta Academia, en paralelo con la Real Española y otras hispanoamericanas, ha tomado la decisión de incluir entre sus miembros a personas conocedoras de otras ramas del saber y de las artes”.
“Muy de acuerdo con ello”, recordó, estuvo Eulalio Ferrer (Santander, Cantabria, España, 1921-Ciudad de México, 2009) cuyo sillón 22 es ahora ocupado por Prieto “en atención a sus conocimientos lingüísticos y méritos literarios”, según apunta el diploma que se le entregó ayer en una ceremonia solemne realizada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.