- El docente de la Universidad de Granada impartió un curso de métodos de identificación humana en la Universidad Veracruzana
- Compartió que las cinco especializaciones ofrecidas por esta casa de estudios abonan a resolver la crisis de desapariciones en el país
- Enfatizó en la necesidad de formar expertos y vincular academia, gobierno y sociedad civil

Miguel Botella López
Carlos Hugo Hermida Rosales
Fotos: César Pisil Ramos
01/09/2025, Xalapa, Ver.- En medio de la crisis de desapariciones por la que atraviesa el país, la Universidad Veracruzana (UV) ha respondido a través del Programa Universitario para la Atención de la Problemática de la Desaparición de Personas e Identificación Humana, integrado por cinco posgrados que atienden la situación desde diversos ámbitos.
Uno de ellos, la Especialización en Antropología Física Forense, contó con la visita de Miguel Botella López, docente de la Universidad de Granada, quien impartió un curso de métodos para la identificación humana.
En entrevista para Universo, el académico charló sobre el papel de la antropología forense en los contextos nacional y mundial, la evolución de esta disciplina y el perfil necesario en el profesionista dedicado a ella.
Actualmente, en el mundo se desarrollan diversos conflictos armados y algunos países presentan severas crisis de desaparición de personas. ¿Cuál es el papel de la antropología forense en este entorno?
Su rol es fundamental, pues el antropólogo físico forense es quien puede estudiar y aportar las evidencias de lo sucedido para que después en un tribunal se juzgue a los responsables. La labor de este profesionista es brindar certeza, sin opinar en torno a ello.
¿Cuál es el avance más significativo que ha experimentado esta disciplina en los últimos años?
Aunque la antropología forense surgió hace pocas décadas, desde entonces ha experimentado un crecimiento exponencial, gracias a la incorporación de nuevos elementos como la informática, lo cual ha hecho posible que las identificaciones sean cada vez más precisas, completas y satisfactorias para las familias de los desaparecidos.

El experto destacó que el antropólogo forense debe evitar crear lazos afectivos
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el antropólogo forense en España y en México? El principal es la cantidad de casos atendidos, que es considerablemente mayor en México en comparación a España; por lo tanto, el problema fundamental que puede haber aquí es la complejidad en la identificación, la velocidad a la que hay que hacerlo y la dificultad por la escasez de investigadores.
¿Cómo se vislumbra el porvenir de la antropología forense con la integración de tecnologías como la inteligencia artificial y los análisis de última generación?
Tanto en esta como en cualquier otra ciencia, cuantas más incorporaciones existan será mejor; tecnologías, hallazgos y descubrimientos novedosos servirán en gran medida para potenciar la labor que se lleva a cabo en el ámbito.
Desde que inicié a colaborar en ella, la antropología forense se ha desarrollado extraordinariamente y promete hacerlo más, lo que será muy positivo.
Antes que todo, el antropólogo forense trabaja con restos de personas que tuvieron nombre y apellido, buscadas por sus familiares y seres queridos. ¿Qué papel juega la empatía?
Al aportar evidencia, este profesionista debe evitar crear lazos afectivos con los casos, pero es muy difícil de conseguir, porque es inevitable que exista un proceso empático en torno a lo que vive.

La antropología forense es una disciplina con mucha demanda que necesita de profesionales preparados y comprometidos
Los restos de desaparecidos pertenecieron a seres humanos; es esencial darles voz y rostro por medio de un trabajo responsable y eficaz.
¿Qué recomendación brinda a las y los jóvenes que incursionan en este campo, en un país como México donde conlleva un riesgo latente?
La antropología forense es una disciplina con mucha demanda, que necesita de profesionales preparados y comprometidos que se actualicen constantemente.
En este momento existen expertos con gran capacidad, pero aún son muy pocos, por lo cual es primordial llevar a cabo una excelente labor de formación en el área; en este ámbito me ha sorprendido el papel de la Universidad Veracruzana al ofertar cinco especializaciones que abonan a resolver la crisis de personas desaparecidas.
A fin de atender esta problemática, la vinculación de la academia, sociedad civil organizada e instancias gubernamentales es esencial, pues no deben actuar como organismos aislados, unidos tienen la capacidad de eliminar las trabas burocráticas que a menudo obstaculizan los avances en el tema. Abordar el asunto de una manera conjunta y multifactorial, es la única forma de hacerlo funcionar.
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