Cultura

Docente UV reflexionó sobre las músicas regionales del país y el jazz

  • Francisco Wilka Vázquez impartió clase maestra en el Seminario Jazzuv 2025 
  • Destacó los vínculos entre el son jarocho, las tradiciones afrodescendientes y el lenguaje de este género 

 

Francisco Wilka Vázquez Suárez, músico y docente en el Centro de Estudios de Jazz

 

Paola Cortés Pérez 

Fotos: Omar Portilla Palacios 

 

16/10/2025, Xalapa, Ver.- Francisco Wilka Vázquez Suárez, músico y docente en el Centro de Estudios de Jazz de la Universidad Veracruzana (Jazzuv), impartió la clase maestra “Músicas regionales de México en el jazz”, en la que compartió un recorrido por distintas tradiciones sonoras del país y reflexionó sobre sus conexiones con dicho género musical. 

La actividad se realizó en el marco del Seminario Jazzuv 2025, en el Centro Cultural Universitario Casa del Lago; en ella analizó los puntos de encuentro entre los estilos musicales tradicionales del país y el lenguaje del jazz, a partir de una reflexión sobre el territorio, la historia y las raíces culturales que los sustentan. 

Explicó que tanto el son jarocho como este género musical comparten un origen popular y comunitario, donde confluyen tradiciones africanas, europeas e indígenas, siendo el gran Caribe un territorio simbólico donde estas expresiones dialogan de forma natural, pues sus lenguajes se nutren de la diversidad y del intercambio entre pueblos. 

 

Compartió un recorrido por distintas tradiciones sonoras del país y su conexión con el jazz

 

A través de ejemplos, mostró la variedad de estilos que existen en las regiones veracruzanas: la cuenca del Papaloapan, Los Tuxtlas y la sierra de Santa Marta, cada una con su propio carácter, ritmo e instrumentación. Al igual que el jazz, el son jarocho se desarrolla desde los márgenes, pero es precisamente desde esa periferia donde ambas músicas construyen su fuerza colectiva. 

Durante la sesión, reflexionó sobre la dimensión rítmica de estas tradiciones y la manera en que desafían las estructuras convencionales. Los ritmos del Caribe y del son jarocho plantean una relación distinta entre tiempo y contratiempo, en la que cada pulso tiene valor propio; esta visión, dijo, genera una experiencia musical más horizontal y participativa, donde la colectividad es esencial. 

 

Ejemplificó cómo el sonido de cada instrumento remite a una geografía específica

 

Mencionó que el sonido de cada instrumento remite a una geografía específica y expresa una forma de vida, por lo que comprender las músicas regionales implica reconocer los contextos culturales, sociales y naturales de donde provienen. 

Vázquez Suárez concluyó que el jazz y las músicas regionales mexicanas son expresiones vivas que se transforman a partir del diálogo y la interacción cultural, así que invitó a los estudiantes a explorar esas conexiones con una mirada crítica, respetuosa y creativa, que les permita fortalecer su identidad artística.