- La psicóloga Estela Rodríguez dijo que la salud no debe concebirse únicamente como la ausencia de enfermedad física, sino como un estado integral
- El ser humano es un conjunto de pensamientos, sentimientos y creencias que influyen en su salud

El SAISUV invitó a la psicóloga Estela Rodríguez a hablar sobre la salud mental y el suicidio
Texto y Fotos: Paola Cortés Pérez
18/09/2025, Xalapa, Ver.- El bienestar humano no se limita a la dimensión biológica, sino que está determinado también por aspectos emocionales, sociales, culturales y espirituales, subrayó la psicóloga Estela Rodríguez Ángel, al impartir la conferencia “Salud mental: cambiar la narrativa sobre el suicidio”.
La charla, en modalidad online, fue organizada en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, por la Coordinación Médica del Sistema de Atención Integral a la Salud de la Universidad Veracruzana (SAISUV), con el propósito de sensibilizar a la comunidad universitaria sobre la importancia de hablar del tema y detectar factores de riesgo de manera oportuna.
“El ser humano no es solo un conjunto de órganos; es un conjunto de pensamientos, sentimientos y creencias que influyen en su salud. Por ello, debemos ser respetuosos con las creencias de cada paciente y aprovecharlas como un recurso de acompañamiento”, señaló.
Explicó que la salud no debe concebirse únicamente como la ausencia de enfermedad física, sino como un estado integral en el que influyen factores emocionales, sociales, culturales y espirituales; en este sentido, es esencial respetar las creencias y prácticas de cada persona, ya que elementos como la fe o los recursos culturales pueden convertirse en apoyos importantes durante situaciones de crisis.

En esta situación se debe escuchar sin juzgar, validar los sentimientos de la persona y ofrecer compañía
Así que consideró que debe ser prioritario identificar las señales de riesgo en personas con ideación suicida, como: expresiones verbales relacionadas con el deseo de morir o el cansancio de vivir; pérdida del apetito o afirmaciones de que la comida “ya no sabe a nada”; trastornos de sueño, como insomnio prolongado o la sensación de no descansar.
Así como aislamiento social o despedidas sutiles de familiares y amigos; cambios drásticos de ánimo y conductas autolesivas; búsqueda en internet de métodos para suicidarse o exposición a retos en redes sociales que promueven la autodestrucción –especialmente entre adolescentes–.
Rodríguez Ángel dijo que aunque estas señales parecen sutiles, deben ser tomadas en serio: “Un comentario como ya no quiero despertar, no debe pasar desapercibido, es un mensaje de alerta que nos llama a preguntar y acompañar con empatía”.
Cómo actuar ante un caso
La psicóloga Estela Rodríguez subrayó que lo más importante es escuchar sin juzgar, validar los sentimientos de la persona y ofrecer compañía, ya que en la mayoría de los casos no se requieren consejos ni soluciones rápidas, solo que los escuchen.

Es necesario cambiar la narrativa y pensar que pedir ayuda no es malo ni vergonzoso
Por lo que recomendó evitar cuestionar con un “por qué”, pero si preguntar “¿para qué?” a fin de comprender lo que la persona experimenta; observar los cambios de conducta y preguntar con sensibilidad sobre ellos; no minimizar las emociones ni desacreditar las creencias personales o culturales que representen un soporte.
Y especialmente, canalizar con especialistas en salud mental cuando la situación lo requiera, recordando que pedir ayuda no es signo de debilidad, por ejemplo en la Línea de la vida (800 911 2000), disponible las 24 horas del día, así como los servicios psicológicos que ofrece la UV a través del Centro para el Desarrollo Humano e Integral de los Universitarios (Cendhiu).
Finalmente, Rodríguez Ángel insistió en que hablar abiertamente sobre salud mental dentro de la familia, la escuela y el trabajo, ayuda a reducir estigmas y favorece la prevención.
“Necesitamos cambiar la narrativa: pedir ayuda no es malo ni vergonzoso, así como acudimos al médico por una dolencia física, también debemos atender nuestra salud mental. Cada conversación abierta sobre el tema puede hacer la diferencia en salvar una vida”, concluyó.
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