- Destacó José Antonio Hernanz Moral, titular de la DGDAIE
- “La innovación supone responsabilidad, ciudadanía, asuntos morales, pero sobre todo nos tiene que llevar al saber vivir”, planteó
Claudia Peralta Vázquez
Xalapa, Ver., 05/07/2017.- José Antonio Hernanz Moral, titular de la Dirección General de Desarrollo Académico e Innovación Educativa (DGDAIE) de la Universidad Veracruzana (UV), resaltó que la apuesta por una política de innovación educativa que logre transformar la educación superior en el año 2050, deberá estar basada en el buen vivir.
Durante su intervención en el 1er Seminario InnUVa “Evento académico interinstitucional de innovación educativa”, el filósofo subrayó que hoy en día el ser humano necesita aprender a saber vivir pese a la injusticia, la cual tiene un elemento estructural en las sociedades contemporáneas y lamentablemente no puede ser erradicada por completo.
En el marco de su ponencia, “Una política de innovación educativa desde la UV, para ser tradición en 2050”, efectuada el miércoles 28 de junio en la sala de videoconferencias de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) Xalapa, manifestó la importancia de saber vivir de forma individual y colectiva, ya que uno de los grandes problemas de la educación moderna es que se ha enfocado únicamente en el sujeto, en el “yo”.
Por ello, recalcó que la correlación individual, social e histórica es necesaria para plantear una institución orientada hacia la educación de sus estudiantes y hacia el interior de la misma, como comunidad de profesores que profesan un ideal que es el tema educativo.
“La innovación supone responsabilidad, ciudadanía, asuntos morales, pero sobre todo nos tiene que llevar al saber vivir.”
Tras enfatizar que las universidades deben potenciar la creatividad y el conocimiento, Hernanz Moral se refirió a la extrema violencia que enfrenta el estado de Veracruz; aunado a eso, lamentó que la sociedad carezca de civilidad, de estructuras formales que permitan convivir de una forma razonable.
No se trata de que el estudiante sea el mejor ciudadano, investigador o el más creativo del mundo, sino de que aprenda a moverse en su contexto, saber sus limitaciones y capacidades.
Por lo tanto, puntualizó que la universidad debe buscar cierta homogeneidad de transformación específica, un patrón estándar del producto, lo que significa garantizar un mínimo educativo para todos los estudiantes.
Ante académicos, investigadores y estudiantes de las cinco regiones universitarias que presenciaron la exposición a través del sistema de videoconferencias, vislumbró que en el año 2050 –dadas las múltiples innovaciones tecnológicas y sociales que seguramente habrá– la población de estudiantes ya no será tan masiva como en la actualidad, pues habrá otras alternativas de educación a distancia y multimodales.
Es decir, el alumno estará completamente domesticado en el entorno digital y virtual.
Al respecto, la universidad tendrá un enorme reto en el sentido de qué ofrecer, “conseguir el conocimiento será muy barato y muy viable, mas no así la formación”.
Dentro de 30 años, dijo, el estudiante demandará la internacionalización de la educación superior, ya que el mundo global y cosmopolita exige una movilidad internacional, misma que también se dará de forma virtual.
Exigirá una ciudadanía crítica, donde el ciudadano se empodere del conocimiento y exija tomar decisiones. Además, se encontrará con el reto de la sustentabilidad, sobre las dificultades ambientales y el cambio climático.
El académico propuso un diálogo de saberes para entender la vida, así como un espacio iberoamericano del conocimiento, el cual deberá ser de carácter sociopolítico, de construcción y apropiación de los conocimientos teóricos y prácticos para la toma de decisiones hacia una vida justa.
Sin embargo, contempló que para desarrollar estas ideas en elementos de política institucional, se tendrá que trabajar bajo diversos ejes de acción, entre ellos: propuesta de innovación por entidad académica, personalización del proceso educativo, fortalecimiento de los programas educativos (PE) y de los cuerpos académicos (CA).
Asimismo, la medición de la satisfacción de los estudiantes, seguimiento de egresados, propuesta de internacionalización, programa de tutorías basado en trayectorias, y búsqueda de un mantenimiento de la calidad del PE.
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