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Pandemia de influenza de 1918 causó millones de muertes

  • México no escapó del problema, Puebla fue una de las ciudades castigadas por la enfermedad

 

Miguel Ángel Cuenya Mateos, profesor-investigador de la BUAP

 

José Luis Couttolenc Soto

16/08/18, Xalapa, Ver.- Miguel Ángel Cuenya Mateos, profesor investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), ofreció la conferencia “Reflexiones histórico-metodológicas en torno al estudio de la gran pandemia de influenza española de 1918 en México”.

Como parte de la Maestría en Historia Contemporánea que ofrece la Facultad de Historia de la Universidad Veracruzana (UV), el miércoles 9 de agosto Ante alumnos de la maestría, en el Salón Blanco de la Unidad de Humanidades el conferencista planteó la importancia del estudio de esta pandemia que en tan sólo siete meses ocasionó la muerte de alrededor de 100 millones de personas, de las cuales 7.5 millones se registraron en la India, 12.5 millones en China “y en África fue una verdadera catástrofe demográfica”, dijo.

Cuenya Mateos refirió que México no escapó a este problema de salud. Calificó a 1918 como un año fatídico para México puesto que además de las crisis política y económica y los desajustes sociales que enfrentaba, lo golpearon diversas enfermedades entre las que destacaron la epidemia de tifo (octubre de 1915-marzo de 1916) y la pandemia de influenza en 1918 en donde la ciudad de Puebla registró cerca de dos mil defunciones en poco más de 60 días.

En su opinión, acercarse al estudio de las grandes pandemias que afectaron a la humanidad a lo largo de la historia, adquiere una connotación especial en la medida en que tanto la salud como la enfermedad desempeñaron un papel fundamental en el desarrollo de la sociedad, y en este contexto la influenza “española” extendió su manto de muerte tanto en el medio rural como en el urbano, resquebrajando las estructuras sanitarias existentes, por lo que el padecimiento superó la capacidad de respuesta médica con la que se contaba en ese tiempo.

Agregó que en 1915 se padecía hambre en el país, no había dinero para acciones de salubridad y se sabía que la enfermedad había iniciado en Europa de donde pasó a Estados Unidos (EEUU) y en cualquier momento llegaría a México. La pandemia llegó por mar y por tierra, puesto que de España partió el barco “Alfonso XIII” que hizo escala en La Habana, para luego atracar en el puerto de Veracruz “con una tripulación que venía en cuarentena por una supuesta epidemia de gripe pues aún no se sabía qué era en realidad, mientras que procedente del condado de Haskell, del estado de Kansas, EEUU, el virus llegó al puerto de Tampico y por tierra llegó a la frontera norte”.

Dentro del panorama general de la pandemia, el investigador de la BUAP señaló que se plantea la interrogante sobre el origen del enfermo cero, pues aún no se determina si corresponde a China, Francia o a EEUU.

Para concluir, Miguel Ángel Cuenya reiteró que es mucho lo que falta por estudiar en torno a la pandemia de influenza de 1918, “el gran problema es que, a diferencia de la preocupación académica que ha convocado en México a demógrafos e historiadores sociales para el estudio de las grandes pandemias coloniales y decimonónicas, pocos son los estudiosos que han volteado hacia el siglo XX, mucho falta por reflexionar, los problemas siguen presentes y las interrogantes aumentan”.

 

Alumnos de la Maestría en Historia Contemporánea escucharon la conferencia del investigador de la BUAP

 

 

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