- En el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, académicas y alumnas realizaron diálogo intercientífico entre cuidadoras
- Destacaron que el cuidado implica desafiar un sistema que es reproductor de injusticias y desigualdades
José Luis Couttolenc Soto
Fotos: Omar Portilla Palacios
07/03/2023, Xalapa, Ver.- Integrantes de diversas entidades académicas de la Universidad Veracruzana (UV) se unieron para participar en la Tercera Jornada de Cuidadoras del Cuerpo-Territorio, que tuvo como propósito visibilizar y analizar la diversidad de saberes, sentidos, representaciones, comunidades y prácticas de cuidado de la vida.
La Mesa “Diálogos intercientíficos entre cuidadoras” tuvo como escenario el Agrobosque Universitario Kaná, en el que las participantes plantearon propuestas que conducen a la reflexión e instrumentación de acciones y alternativas ético-políticas para la atención de la crisis ambiental que se enfrenta en la actualidad.
En el diálogo, Yareni Perroni Ventura, investigadora adscrita al Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca), destacó que la humanidad vive una época ambiental difícil que hace necesario contar con “ciudades cuidadoras” en donde prevalezca la existencia de vegetación entre edificios y casas habitación, así como bosques que ayuden a hacer eficiente la transmisión de la energía solar hacia el suelo, y llevar a cabo el ciclo de la transformación química.
Perroni Ventura, doctora en Ciencias en Ecología y Manejo de Recursos Naturales y miembro de la Cátedra de Excelencia de Mujeres en la Ciencia y Tecnología, expresó que los nutrimentos en los ecosistemas son los árboles y las plantas, pero en las ciudades no se les deja florecer propiciando que la temperatura ambiente se eleve.
Dijo que en la ciudad de Xalapa la zona arbolada del cerro de Macuiltépetl ya no es suficiente para el balance energético, lo cual provocó que en días recientes la temperatura alcanzara los 31 grados centígrados, superando por un grado la máxima histórica registrada hace varios años; esto debido a que el concreto de las calles hace que la energía solar rebote y se quede en la atmósfera formando una burbuja. “Nos estamos cocinando en la ciudad”.
Celebró que se hable de ciudades cuidadoras como una comunidad que cuida el entorno químico y balance energético; asimismo, se pronunció porque se aproveche el conocimiento y experiencia de mujeres valiosas,
También propuso no usar fertilizantes inorgánicos que generan zonas muertas en el planeta, como sucede en el Golfo de México, a donde llegan los fertilizantes provenientes de la cuenca del Mississippi.
“Las plantas necesitan nitrógeno para vivir, pero la evolución no ha hecho organismos que puedan metabolizar cantidades gigantes de nitrógeno, y entonces mueren”, planteó la investigadora.
En el diálogo participó también Magdalena Hernández Martínez, estudiante de la Licenciatura en Agroecología y Soberanía Alimentaria en la UV-Intercultural y traductora de la lengua tének al español; apuntó que la problemática socio-ambiental que se tiene en el entorno, es la falta de acceso al derecho a una vida libre de violencia en un ambiente sano.
En su intervención invitó a practicar el reciclaje, a reducir el consumo de productos que se venden en envases de plástico o lata, y generar sólo un kilo de basura, que en muchos lugares se deposita a cielo abierto generando contaminación ambiental y de mantos freáticos.
Minerva Ante Lezama, investigadora especializada en procesos de desigualdad socio-urbana y profesora de la Universidad Iberoamericana, apuntó que existe un fuerte giro en el campo del arte relacionado con el cuidado, el feminismo y las formas que desafían al propio arte más tradicional.
La feminista y activista por el derecho a la ciudad opinó: “El cuidado tiene que ver con desafiar un sistema que es reproductor de injusticias y desigualdades; para mí el cuidado en el campo y la psicología social implica no cooperar con nuestro silencio, ya que eso nos vuelve cómplices”.
Refirió que la psicología está ligada a la gestión de emociones, a la voluntad y el deseo de cada quien en las formas de relacionarse horizontalmente y en menor subordinación; “se habla de ciudades cuidadoras, pero para entender la ciudad en la que ahora vivimos necesitamos saber que no todo es arquitectura ni ingeniería”.
Una ciudad cuidadora, dijo, implica la espacialidad y el diseño, sobre todo conocer qué podemos hacer y cómo podemos relacionarnos en ese espacio, ahí hay todo un campo por explorar, finalizó.