• El investigador del Departamento de Medio Ambiente de la UAM, impartió conferencia a los alumnos de Ciencias Atmosféricas

Pablo Elías, de la UAM, impartió conferencia a alumnos de la Licenciatura en Ciencias Atmosféricas

David Sandoval Rodríguez

06/09/18, Xalapa, Ver.- En nuestra época, podríamos definir el hábitat humano como algo que está más cercano al caos que a un sistema ordenado de vida, manifestó Pablo Elías López, investigador del Departamento de Medio Ambiente de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El académico visitó la Universidad Veracruzana (UV), donde impartió un curso en climatología aplicada a alumnos de la Licenciatura en Ciencias Atmosféricas, invitado por el Programa de Estudios de Cambio Climático de esta casa de estudios.

Durante su estancia, el miércoles 5 de septiembre dictó la conferencia “Cambio climático y hábitat humano: una aproximación desde la arquitectura”, en el salón de usos múltiples de la Facultad de Instrumentación Electrónica.

Su intención fue presentar a los universitarios un enfoque diferente al que tienen las ciencias atmosféricas respecto al hábitat humano, basado en la escala que se utiliza en la arquitectura.

Es por ello que les compartió cómo se concibe éste desde la escala más pequeña hasta las escalas que manejan en la licenciatura.

Refirió que lamentablemente en México hay muy poca información, debido sobre todo a la carencia de recursos para obtener y aprender a utilizar las herramientas adecuadas.

“Los satélites estacionarios, las técnicas de láser para conocer los albedos, la proporción de zonas arboladas, la proporción de las zonas construidas y aquéllas donde impera el pavimento, hacerlo a pie en una metrópoli como la Ciudad de México es impensable, necesitamos de recursos satelitales que nos ayuden a enfocarnos de manera más precisa; por ejemplo, al día de hoy nos dan la precisión de un grado de latitud, que equivale a 500 kilómetros, por lo que es muy pobre la información que se puede obtener.”

Reconoció que el tema del cambio climático es muy amplio y el hábitat humano es un tema sumamente complejo; no obstante, consideró: “Desde mi punto de vista, es muy importante que ustedes vean el nivel de la arquitectura a pequeña escala porque es fundamental comprender tal complejidad”.

Planteó la dificultad de definir el hábitat humano, tomando en cuenta las situaciones de hacinamiento y falta de planeación de las grandes metrópolis, que ejemplificó con las colinas de Santa Fe de la Ciudad de México.

La falta de planeación en el crecimiento urbano de la capital del país se remonta a la presidencia de Adolfo López Mateos (1958-1964), cuando a petición de Estados Unidos se instalaron varias maquiladoras en la periferia para atender la demanda de productos de la posguerra, dijo.

Esto ocasionó el arribo masivo de población rural que se incorporó a las fábricas y se fue asentando de manera irregular alrededor de ellas.

Ante la pregunta de un estudiante respecto a si existen leyes que regulen el crecimiento urbano, puntualizó que a pesar de que existe una normatividad sobre el uso de suelo, nuestro país –particularmente la Ciudad de México– no se rige por ella, “en la actualidad nuestras ciudades se rigen por la normativa que está debajo de la mesa”.

Planteó a los jóvenes la dificultad de establecer un concepto actual del hábitat humano al cuestionar: “¿Cómo podemos definir el hábitat humano si somos capaces de vivir en condiciones realmente complejas? El humano se va adaptando y a veces esta adaptación va en su propio detrimento”.

El ponente agregó que el modelo de vida imperante desde la Revolución Industrial ha puesto al recurso humano por encima de la calidad de vida de las personas.

“Como arquitectos tenemos los conocimientos para hacer propuestas que mejoren la calidad de vida de las personas, pero no tenemos la capacidad para aprobar o negar políticas públicas, tarea que realizan los tomadores de decisiones como los diputados y los cabildos”, criticó el investigador.