Derechos Humanos

Estudiantes reflexionaron sobre violencia y medios de comunicación

  • El CECC organizó la Mesa 3 “Violencia, medios y feminismo”, en la que participaron la reportera Melissa Amezcua y las estudiantes Martha Ramírez y Dalia Morquecho 
  • Parte de las demandas y logros feministas es tener un tratamiento narrativo justo que demanda una lucha constante  

 

Melissa Amezcua dijo que parte de las demandas feministas es tener una narración justa de los feminicidios

 

Texto y fotos: Paola Cortés Pérez 

08/03/2023, Xalapa, Ver.- Jóvenes profesionistas y estudiantes de posgrado reflexionaron sobre la violencia que viven las mujeres en el hogar, en el ámbito político y en la prensa, al participar en la Mesa 3 “Violencia, medios y feminismo”, organizada por el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV). 

La actividad se realizó en el marco de la Jornada sobre Feminismo, Arte y Sociedad “Ahora que estamos juntas”, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. 

En la mesa de diálogo, moderada por María Luisa Meneses Hernández, participaron Melissa Amezcua Bernal, reportera especializada en temas de violencia contra la mujer; Martha Ramírez Landa, estudiante de la Maestría en Ciencias Sociales de la UV, y Dalia Morquecho Teniza, estudiante de posgrado en la Universidad Iberoamericana. 

Melissa Amezcua participó de manera virtual con la intervención intitulada “La construcción del terror sexual en el caso Debanhi”, que desarrolló a partir de preguntarse si la prensa contribuye a mancillar la libertad de las mujeres en las coberturas de violencia feminicida. 

Contó que su área de estudio es la espectacularización de la prensa ante los feminicidios; para ejemplificar esta situación habló de cómo los medios de comunicación abordaron el caso Debanhi, joven originaria de Monterrey, Nuevo León, quien desapareció y fue asesinada después de acudir a una fiesta. 

“La cobertura mediática del caso es una fórmula repetida en la prensa que divulga los asesinatos de mujeres en México de los últimos años. Fueron 14 días de bombardeo y repetición de la narración de los hechos. La construcción del relato no concluyó, sino que se intensificó tras el hallazgo de su cuerpo, incluso la cobertura continúa.” 

Mencionó que los medios cuestionaron el comportamiento de la joven, sus valores morales, el horario en el que salió, la elección de sus amistades, el transporte que abordó y juzgaron el tema de la amistad entre mujeres. 

Estos relatos de terror sexual, dijo, han generado miedo entre las mujeres de tener el mismo destino, pues el estilo de vida de la joven es el que comparte la mayoría. El riesgo de ser asesinada aumenta entre más alejadas están de la domesticidad, como si en el propio hogar no se padeciera violencia grave. 

“Estas narraciones sirven para aleccionar, vigilar y castigar las actitudes, los ‘excesos’ de las libertades que nos hemos atrevido a ejercer y, por lo tanto, merecemos la desaparición, el feminicidio y el relato interminable de los crímenes para aleccionar al resto.” 

Planteó que, son respuesta al avance del movimiento feminista en México, en la última década, la lucha para despenalizar el aborto en diversos estados del país, el éxito de las protestas de las mujeres, la aprobación de las leyes paritarias, incluso el poder llamarse feminista. 

La respuesta del patriarcado, señaló, es la creación de estos relatos de terror sexual y uno de sus mejores aliados es la prensa, la forma fácil de narrar los hechos es culpabilizar a las mujeres de sus propios asesinatos y violaciones. 

Esto demuestra que la prensa no ha dejado de tener una mirada masculina, pese a sus transformaciones tecnológicas y generacionales, ya que hace apología del “deber ser” de una mujer; todos los días repite que deben ser domesticadas y mantenerse así, apegarse a los valores conservadores. 

La solución, destacó, no es anular o censurar las coberturas de feminicidios y/o desapariciones, sino politizarlas y resignificarlas, las prácticas deben cuestionarse desde una perspectiva feminista. 

 

Martha Ramírez habló sobre el artivismo feminista, una forma de expresión artística contra la violencia de género

 

“Es momento de preguntar si es la propia prensa la que perpetúa la violencia contra las mujeres a través del relato de terror sexual. Para ello debemos analizar los conceptos utilizados por la prensa: el lenguaje narrativo y visual, las fotografías, los actores que se seleccionan para narrar la historia, la postura ideológica de cada medio de comunicación, cómo y dónde se realizan las entrevistas, la saturación de un caso en el imaginario colectivo a través de la repetición”. 

Amezcua Bernal explicó que parte de las demandas y logros feministas “es tener un tratamiento narrativo justo, expresado en convenciones y tratados internacionales en los que México está suscrito, que no se cumplen, por lo mismo estamos en una lucha constante.” 

Artivismo feminista 

Martha Ramírez presentó la plática “Artivismo feminista; construcción de genealogías en respuesta a la violencia contra las mujeres en Xalapa, Veracruz, antes, durante y después del confinamiento por la pandemia de COVID-19”, el cual forma parte de su proyecto de investigación de posgrado. La ponencia se sitúa durante la pandemia y en la violencia hacia las mujeres. 

Primero, explicó que el artivismo surge en la segunda mitad del siglo XX; se define como una hibridación entre el arte y el activismo, un arte reivindicativo y de resistencia. En América Latina ha tenido un impacto importante porque responde a los contextos de violencia y para el movimiento feminista se ha convertido en una herramienta relevante. 

De acuerdo con el artículo “Artivistas feministas contra la violencia hacia las mujeres en la Ciudad de México”, de Layda Estrada y Nallely Robles, el concepto se usa para designar a las mujeres que por medio del arte generan activismos que buscan impactar y subvertir el orden de género desde un enfoque feminista. 

“Una de sus características es el uso del cuerpo para la producción de las obras a partir de los sentimientos, las experiencias y las vivencias personales, para concientizar sobre las violencias sistémicas, económicas y domésticas, así como del control sobre el cuerpo, al presentarse en espacios públicos”, mencionó Martha Ramírez. 

Durante el confinamiento por la COVID-19 se registró un aumento significativo del 27% de la violencia contra las mujeres en todo el país. Aunque se pensaría que durante la pandemia disminuyó el activismo, lo cierto es que miles de mujeres con cubrebocas salieron a manifestarse. 

También se presentó la canción Sin miedo, de Vivir Quintana, que se ha convertido en un himno para todas las feministas; así como una diversidad de expresiones artísticas que van desde el performance, grabado, murales y carteles, con el fin de señalar y denunciar la violencia contra las mujeres. 

 

Dalia Morquecho abordó el tema de la violencia política de género

 

Violencia de género en la política 

En su participación vía remota, Dalia Morquecho presentó su ponencia “Violencia de género en las elecciones intermedias de 2022 en México: un llamado de alerta”, que surgió de la oportunidad que tuvo de escribir una columna en el medio La Silla Rota, en la sección “La cadera de Eva”, a partir del análisis de las candidatas, los candidatos y el proceso electoral. 

Dijo que es una investigación cualitativa y documental, siendo su fuente principal algunas notas periodísticas para visibilizar datos e información de los hechos ocurridos durante la contienda electoral, especialmente los relacionados con las mujeres. 

En 2022 se llevaron a cabo elecciones ordinarias para elegir gobernadora y/o gobernador en seis estados, además de 39 ayuntamientos y 25 diputaciones locales. Las campañas electorales comenzaron el 3 de abril y concluyeron el 1 de junio. 

Como parte del análisis realizado, encontró que por primera vez en la historia electoral del país, la Guardia Nacional participó en el operativo de seguridad. Sin embargo, la tendencia de la violencia en los periodos electorales es al alza. 

“El proceso de 2021 está catalogado como el más agresivo en la historia reciente del país, ya que durante los 266 días de campaña y precampañas se registraron 782 agresiones contra candidatos, candidatas y actores vinculados con los partidos, superando las 774 registradas en 2018.” 

Dalia Morquecho señaló que lo difícil para una mujer que aspira a un cargo público es que la ley asegure espacios para participar en las mismas condiciones que el varón. Para ello, es necesario identificar la violencia política de género, a fin de visibilizarla. “Hay una estructura que coacciona y limita la participación de las mujeres en las contiendas electorales”.