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Estudiante UV investiga conflicto entre Estado e Iglesia en Veracruz

 

  • El proyecto se titula “Las acciones pastorales de Monseñor Rafael Guízar y Valencia. Un acercamiento a la vida cotidiana y anticlericalismo veracruzano, de 1920 a 1938” 
  • Isbeth Navarrete dijo que el estudio de la religión permite reflexionar sobre sucesos que marcaron el devenir de un estado o país 

 

Isbeth Navarrete estudia el conflicto entre el Estado y la Iglesia en el Veracruz posrevolucionario

 

Paola Cortés Pérez 

Fotos: César Pisil (1) y cortesía Isbeth Navarrete Cano (2 y 3) 

21/12/2023, Xalapa, Ver.- Las religiones siempre han dado un sentido a los individuos y por lo mismo han cambiado a lo largo de la historia de la humanidad, por ello es importante abordarlas como objeto de estudio desde la historia, comentó Isbeth Navarrete Cano, estudiante de la Facultad de Historia de la Universidad Veracruzana (UV). 

La joven desarrolla el proyecto de investigación “Las acciones pastorales de Monseñor Rafael Guízar y Valencia. Un acercamiento a la vida cotidiana y anticlericalismo veracruzano, de 1920 a 1938”, para titularse como Licenciada en Historia. 

Para ella la historia sigue vigente, especialmente en el actual contexto globalizado del mundo que tiende a ser individual, por lo que “esta disciplina debe poner a la persona en un contexto que le permita entender su presente, dotarle de una identidad y ver al pasado para mejorar su futuro.”

 

Monseñor Rafael Guízar y Valencia es uno de los personajes abordados en el proyecto

 

Su interés por la historia de la religión, compartió, nació desde que ingresó a la licenciatura, especialmente durante la época novohispana, y su tema de investigación se dio a partir de la lectura del libro Historia de la Iglesia católica en México de Roberto Blancarte. 

“Al leerlo, me doy cuenta que hay un vacío historiográfico en el análisis del conflicto entre el Estado y la Iglesia en Veracruz, después de la Revolución Mexicana, pese a que fue un hecho muy latente.” 

El principal objetivo de la investigación, explicó, es conocer la reacción de la comunidad católica de la época ante las medidas impuestas desde la gubernatura, un ejemplo de ello la Ley 197 –del 6 de junio de 1931– que establecía que el gobernador se atribuía la facultad de regular el número de sacerdotes en la entidad, con la que Adalberto Tejeda Olivares dejaba clara su postura contra el clero católico. 

En tanto, la iglesia fue respaldada por las damas católicas, los Caballeros de Colón, los seminaristas y sus padres, estos últimos apoyaron al quinto obispo de Veracruz, Monseñor Rafael Guízar y Valencia.

 

Para desarrollar su trabajo ha consultado fuentes bibliográficas y eclesiásticas, en archivos públicos y privados

 

“Entre los resultados parciales de la investigación se muestra cómo la feligresía, de manera clandestina, mantenía vivas las prácticas religiosas al reunirse en casas de familias católicas de buena posición económica; por su parte, los agricultores y campesinos donaban parte de sus cosechas para mantener a los seminaristas que apoyaban a oficiar misas, a bautizar y a dar los principales sacramentos.” 

Al preguntarle por qué considera que es importante investigar y escribir la historia de las religiones, Isbeth Navarrete dijo que este tipo de trabajos son relevantes porque permiten analizar y reflexionar sobre sucesos que marcaron el devenir de un estado o país. 

Aún falta mucho material histórico por revisar pues dado que las fuentes eclesiásticas son privadas es un poco más difícil la tarea; además, hay actores que no han sido considerados como los obreros, las mujeres, los niños y los adultos mayores, quienes jugaron un papel relevante en el conflicto. 

“Es importante conocer cómo se construyó la figura histórica y religiosa de Monseñor Guízar y Valencia, quien llegó en 1920 al territorio estatal, en medio del sismo que azotó la región central de Veracruz; se desarrolló dentro del catolicismo social, por lo que ayudó a los damnificados y a los pobres. 

”En los archivos encontré que llegó a comprar varias hectáreas de tierras que fraccionó y las regaló a los que perdieron sus viviendas por el sismo.”