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Debemos transitar a una educación plurilingüe: Gunther Dietz

  • “La escuela debe convertirse en un lugar seguro donde todas y todos puedan practicar su diversidad de lengua, cultura y sexualidad” 
  • Participó en el Programa “Tardes de Ciencia”, organizado por la Dirección General de Investigaciones 

Gunther Dietz dictó conferencia sobre la necesidad de construir una educación plurilingüe y pluricultural

Paola Cortés Pérez 

Fotos: Omar Portilla Palacios 

09/12/2022, Xalapa, Ver.- A nivel global estamos ante crisis civilizatorias, por lo que la humanidad debe ser consciente que si continuamos con un modelo monocultural y monolingüe ya no será posible sobrevivir como especie humana, advirtió Gunther Dietz, investigador adscrito al Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana (UV). 

El académico presentó la conferencia “Cómo aprovechar la diversidad que nos define: de una mirada intercultural hacia la educación del futuro”, en el marco del programa “Tardes de Ciencia” impulsado por la Dirección General de Investigaciones de la UV. 

Mencionó que una manera de aprovechar en términos generales la diversidad en la educación del siglo XXI, es aceptar que “las lenguas europeas son saberes que nos han llevado –mediante la fragmentación de disciplinas y subdisciplinas– al abismo en el que nos encontramos”. 

Para salir de este tipo de crisis, planteó, deben aprovecharse todos los recursos lingüísticos, culturales y epistémicos, así como las formas de pensar, para reinventar la escuela y los procesos de enseñanza-aprendizaje desde lo local hacia lo global, de lo micro hacia lo macro, lo que denomina el giro inductivo de la educación en el siglo XXI. 

De la pandemia se aprendió que la currícula está sobrecargada, es enciclopedista, con conocimientos y contenidos culturales que no son aplicables en la práctica, con demasiada abstracción teórica en la formación de niñas, niños y jóvenes; por eso tenemos que diversificar nuestras metodologías de enseñanza-aprendizaje 

“Debemos repensar los contenidos curriculares; qué aprendizajes son realmente necesarios para un futuro tan incierto; para educar en la resiliencia y en la sobrevivencia de las comunidades de la especie humana; cambiar los ambientes de aprendizaje para que sean inclusivos, democráticos y horizontales; para que la escuela no siga siendo una institución punitiva, una fábrica del siglo XIX del que tomó origen.” 

Sostuvo que la especie humana no sobrevivirá si continúa con el modelo monocultural y monolingüe

Asimismo, planteó que es urgente cambiar el rol de las y los docentes –desde el nivel preescolar hasta el posgrado–, ya que han sido reproductores de un contenido cultural preparado por otros, venido desde arriba y descontextualizado; entonces, es momento de desaprender el papel de reproductor unidireccional, monolingüe, monocultural y de un saber hegemónico. 

“Debemos convertirnos en mediadores y tejedores entre saberes y culturas académicas y comunitarias, lo que implicará repensar las lenguas como canales de comunicación y transmisores de saberes. Tenemos que transitar hacia una verdadera educación plurilingüe que aproveche la relación interlingüe.” 

En la UV-Intercultural se ha intentado –e intenta– generar nuevas formas de enseñanza-aprendizaje, combinar de forma creativa y contextual una nueva relación entre lo áulico y extráulico, entre los aprendizajes teóricos y prácticos, y conjugar los proyectos educativos con los productivos  

Una nueva forma de aprovechar la diversidad es con la actualización y diversificación de las propias lenguas originarias, un ejemplo es la redacción de tesis en dichas lenguas, apuntó. 

 “Son parte de un proceso lento y complejo porque tratan no sólo de abrir la escuela y la universidad a la diversidad de lenguas, también ampliar los registros léxicos y actualizar las lenguas que desde la colonia han sido limitadas, colonizadas y encerradas en el contexto local.” 

Por lo tanto, reiteró, se necesita generar en los docentes, estudiantes y futuros profesionales, nuevas capacidades pluriculturales y competencias educativas interculturales. 

“Ser capaces de comunicarse más allá de su propia cultura y lengua; tener la capacidad de empatía, escucha y humildad para notar cuando hay una situación de discriminación o racismo”, finalizó.