Entrevista

Intelectuales de AL deben intervenir sin complejos en debates internacionales: García-Bedoya

  • El crítico y teórico literario peruano dictará curso y conferencia magistral en el marco de la Cátedra “José Martí”, de la UV

 

 

“Cabe a los intelectuales latinoamericanos no sólo resistir a los flujos de homogeneización cultural, sino intervenir sin complejos en los debates internacionales, aportando la riqueza de nuestra perspectiva desde los márgenes”

 

Edgar Onofre

27/08/18, Xalapa, Ver.-El crítico y teórico literario peruano Carlos García-Bedoya dictará el curso “Heterogeneidades y globalizaciones, un recorrido por el proceso literario peruano”, en el marco de la Cátedra “José Martí” de la Universidad Veracruzana (UV).

El curso se efectuará del 3 al 7 de septiembre próximos en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) de Xalapa y su celebración incluye una conferencia magistral en la Unidad de Humanidades de esta misma ciudad, la cual se llevará a efecto el 5 de septiembre. La información de la Cátedra está disponible en https://www.uv.mx/jose-marti

En las vísperas del mismo, el estudioso peruano concedió una entrevista en la que se refiere a su periplo intelectual personal, la vigencia del pensamiento martiano y latinoamericano, así como a los retos de las universidades públicas en los tiempos que corren.

 

En este punto de su trayectoria, habiendo recibido distinciones y honores, ¿las definiciones de “crítico literario” y/o “teórico literario” aún son suficientes para definir su propio trabajo, sus intereses, es decir, su propio periplo profesional?

“Si bien me reconozco en definiciones como crítico literario y teórico literario, prefiero una designación más globalizadora, como estudioso de la literatura o incluso un neologismo como literaturólogo (todavía de escasa fortuna). En un sentido más integral, me considero un estudioso de la literatura y la cultura, un especialista en literatura con una vocación de apertura hacia la dimensión cultural. Ahora bien, dentro de los estudios literarios o ciencia de la literatura, mi orientación personal va más hacia la historia literaria, sin excluir por cierto la crítica y la teoría literarias.”

García-Bedoya es un crítico y teórico reconocido allende las fronteras de Perú. Sin embargo, fenómenos como la posverdad y otros impactos masivos en consensos intelectuales de similar guisa se supone agotaron las antiguas categorías. Ante ello, pedimos al intelectual peruano su postura sobre lo que hace o no a un crítico y señaló que cada uno “debe dotarse de las herramientas pertinentes, en función de sus intereses específicos.

”De todas maneras, me atrevería a señalar como un requisito indispensable la pasión por la lectura, el amor por los libros (los textos) y una necesaria dosis de curiosidad intelectual. Sin duda es conveniente además una buena formación interdisciplinaria, así como el manejo de idiomas, en función de sus áreas de interés.

”A eso habría que añadir los requisitos propios de toda vida académica: el rigor, la honestidad, el espíritu cuestionador. En tanto individuo y ciudadano, debería ser una persona comprometida con su tiempo, capaz de pensar críticamente.”

Respecto de la pugna entre hiperespecialización versusenciclopedismo, al estilo de los intelectuales franceses del siglo XVIII, el académico explicó que “en el mundo académico actual coexisten múltiples opciones. Un buen grupo de intelectuales siguen apostando por la especialización, aunque quizá no tanto por la hiperespecialización. De hecho, para alcanzar éxito en el mercado académico, suele ser conveniente disponer de más de una carta de presentación.

”Por otra parte, muchos retornos al enciclopedismo resultan falaces. Con frecuencia, se maneja un único repertorio discursivo, que pareciera adaptarse a todo tipo de propósitos. Siguen ejerciendo mucha influencia a nivel internacional los discursos posestructuralistas-posmodernos, procedentes sobre todo de la academia norteamericana; su sesgo irracionalista y relativista, unido a sus abstrusos galimatías seudoteóricos, configuran un anti-paradigma dominante en nuestra disciplina (o que al menos pareciera serlo); los considero la versión ‘posmoderna’ de un impresionismo desnortado, inmerso en la fascinación por su propia verbosidad logorreica (por no decir logocéntrica, en el sentido etimológico del término, no en el que le asigna Derrida).

”En nombre de ese seudoenciclopedismo posmoderno, un vasto sector de las ciencias humanas se encuentra entrampado en las redes de discursos que presumen de omnisciencia, pero resultan meramente esterilizadores. Felizmente, creo que hay otro tipo de retornos al enciclopedismo (quizá menos visibles), a enfoques globalizantes de fenómenos y procesos socioculturales, en la mejor tradición de ese humanismo del que se reivindicaba Edward Said en sus últimos escritos. Desde un pluralismo teórico-metodológico con vocación dialógica, que permite conjugar los aportes de variadas corrientes de pensamiento, atendiendo por cierto a su necesaria compatibilidad, se procesan valiosos ejemplos de recuperación y apropiación de los mejores legados de las humanidades:los valores del rigor académico, la búsqueda (incesante y quizá infinita) de la verdad, la vocación cuestionadora y problematizadora”.

 

En su personal trayectoria intelectual, ¿a qué autores ha permanecido fiel, digamos, desde sus años de estudiante a la fecha y por qué?

“En primer lugar, a autores latinoamericanos como Antonio Cornejo Polar, Ángel Rama o Antonio Cândido. Las reflexiones de éstas y otras figuras representan un esfuerzo de autonomización del pensamiento de Nuestra América. Además, centran su interés en el eje texto-contexto, por lo que sus planteamientos resultan de especial relevancia para mi propio trabajo.

”Por otra parte, a los aportes de figuras digamos ‘clásicas’ de los estudios literarios europeos, como Erich Auerbach, Mijail Bajtin, Yuri Tinianov, Jan Mukarovsky o Hans Robert Jauss, quienes abordan con rigor el análisis de los textos, pero sin encerrarse en un inmanentismo radical. Añadiría a Raymond Williams y en general los exponentes de un marxismo heterodoxo, que me ayudan a recorrer la vía bidireccional entre el texto y el contexto.

”Como se puede apreciar, valoro aportes muy diversos; sin embargo, más que ecléctico, me considero partidario de un pluralismo teórico-metodológico.”

 

En estos días hiperglobales y digitales, con sus particulares cuitas y beneficios, ¿aún es momento de hablar de conceptos como pensamiento de Martí o pensamiento latinoamericano, de este tipo de sistemas de pensamiento?

“Por cierto que sí. Martí abogaba por un pensamiento autónomo de Nuestra América. Autónomo no es lo mismo que autárquico o mucho menos autista. El pensamiento latinoamericano (múltiple y heterogéneo) se construye desde nuestras realidades, nuestros problemas y nuestras tradiciones (de allí su autonomía), pero por cierto siempre en diálogo con las reflexiones surgidas desde los más diversos horizontes del planeta.

”Con frecuencia el diálogo se orienta prioritariamente hacia las metrópolis académicas y epistémicas; el necesario diálogo sur-sur, que debe enfrentar múltiples dificultades, me parece sin embargo de crucial importancia. El proceso de globalización supone dinámicas de homogeneización y de heterogeneización: es claro que no apunta a una mera uniformización de la cultura mundial.

”En ese contexto, hay culturas y tradiciones intelectuales que detentan posiciones hegemónicas (Estados Unidos, Europa) y otras que se ubican en situaciones periféricas y subalternas. Cabe a los intelectuales latinoamericanos no sólo resistir a los flujos de homogeneización cultural, sino intervenir sin complejos en los debates internacionales, aportando la riqueza de nuestra perspectiva desde los márgenes.

”Nuestra larga experiencia intercultural adquiere enorme relieve en un magma planetario donde chocan, se entrelazan y se mezclan las culturas más diversas. Sólo desde el diálogo respetuoso y alturado entre las distintas tradiciones de pensamiento será posible evitar que la globalización se torne una pesadilla empobrecedora de la riqueza cultural planetaria.”

 

García Bedoya también se ha desempeñado como directivo a nivel universitario. Desde esta perspectiva, explicó que los retos por venir y los valores por defender desde las universidades son “rigor en la formación y en la producción de conocimientos, vocación crítica, compromiso con el cambio en nuestras sociedades.

”Ello es especialmente importante en las universidades públicas, a las que nos corresponde un rol clave: ofrecer igualdad de oportunidades a los sectores menos favorecidos de nuestras sociedades.

”En estos tiempos en que la producción de lo nuevo adquiere ritmos vertiginosos, en que la banalización de todos los valores se impone en grupos de poder y medios de comunicación atentos exclusivamente al rendimiento económico, en esta época en que se pretende imponer la dinámica de la ‘posverdad’, las ciencias humanas adquieren una importancia crucial como espacio de reflexión crítica que permita evaluar la tradición y ofrecer referentes ante el fluir frenético de lo efímero”.

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