Cultura

Integrante del Coro UV analizó vínculos musicales entre Veracruz y Cuba 

  • Como resultado de la investigación la soprano Elsa Martínez grabó una producción discográfica, que incluye nueve temas tomados de las tradiciones combinadas 

 

La soprano del Coro UV, Elsa Martínez Méndez

 

Jorge Vázquez Pacheco 

Fotos: César Pisil Ramos 

25/10/2023, Xalapa, Ver.- Elsa Martínez Méndez, soprano integrante del Coro de la Universidad Veracruzana (UV), investigó sobre la influencia de la música cubana en la veracruzana, de 1879 hasta 1949, e hizo hincapié en los vínculos y herencias que pueden notarse en boleros y otras composiciones, como el Chuchumbé. 

De lo anterior se desprende el disco compacto (CD, por sus siglas en inglés) producto del año sabático que esta casa de estudios le otorgó para llevar a efecto la investigación que aparece registrada en el producto discográfico de referencia. 

Veracruz y Cuba es el título del material en el que la cantante trabajó durante 2022. “Es una investigación sobre la influencia de la música cubana en la veracruzana, de 1879 hasta 1949”, mencionó en entrevista. 

Detalló los títulos bibliográficos en que apoyó su trabajo y en que se incluyen las reseñas del investigador universitario Rafael Figueroa. Del material recabado –originalmente veinte temas– se seleccionaron nueve para incluirlos. “Reunir a los músicos y cantantes fue un verdadero desafío, porque todos tienen diversas responsabilidades. Por fortuna mostraron interés y, aunque con horarios complicados, participaron con mucho entusiasmo”.

 

El disco que contiene el producto de la investigación

 

Fue así que los integrantes del dúo Aragón-Delgado tuvieron a bien acompañarle en la habanera de Sebastián de Iradier La paloma. La colaboración con el finado maestro Paco Aragón le fue de mucho crecimiento profesional. “Les reconozco a todos, incluidos los integrantes del Coro de la UV, con quienes grabé Chuchumbé, su excelencia como músicos y su generosidad”. 

El Chuchumbé mereció una minuciosa consideración, ya que se trata de una herencia cubana en su letra; la música correspondió a los veracruzanos y el arreglo en el disco ha sido de Rodolfo Obregón. Su prohibición se debió a que en 1766 el fraile Nicolás Montero denunció que los nativos lo bailaban de manera voluptuosa, ombligo con ombligo. “Esos meneos y zarandeos fueron condenados por la Inquisición”, indicó Martínez Méndez. “La música entonces se perdió, pero los porteños decidieron reconstruir el baile con elementos y letra propios del son jarocho”. 

El disco presenta también el primer bolero cubano Tristezas, de Pepe Sánchez (1883); Madrigal, de Enrique Galaz (1918), ubicado como el primer bolero mexicano; El manisero, de Moisés Simons, Rompiendo la rutina, de Aniceto Díaz; Lágrimas negras, de Miguel Matamoros; Bendita palabra, de Agustín Lara (1942), y Mi unicornio azul, de Silvio Rodríguez. 

 

Partitura para un bolero de Agustín Lara

 

Trayectoria de una cantante investigadora 

Elsa Martínez Méndez es originaria del estado de Puebla y su primer ingreso al Coro de la UV fue en 2003 y después en 2009. Refiere la enriquecedora experiencia de trabajar al lado de Mateo Oliva, fundador de la Orquesta Universitaria de Música Popular (OUMP), así como su participación en las grandes obras corales presentadas por la Orquesta Sinfónica de Xalapa. 

Para efecto de su investigación, se trasladó a Cuba y allá permaneció varios meses. Después, ha recibido invitaciones para presentar conferencias y su disco en diferentes ciudades de la isla caribeña, donde tuvo oportunidad de conocer grandes nombres de la cultura musical del lugar y establecer amistades muy significativas. 

“La grabación ha sido bien recibida en Estados Unidos, Italia y México; ha sido presentada en Puebla, Tlaxcala y hay planes para llevarla a varias ciudades más.”