Cultura

El ilustrador narra algo más allá del texto

  • Ricardo Peláez presentó en la FILU su versión de la novela negra El complot mongol, realizada en colaboración con Luis Humberto Crosthwaite

La versión de novela gráfica de El complot mongol se presentó en la FILU

David Sandoval Rodríguez

07/05/18, Xalapa, Ver.-La adaptación a novela gráfica de El complot mongol de Rafael Bernal involucró un trabajo de ilustrar, más allá del texto, el carácter de los personajes, expresó Ricardo Peláez, ilustrador de la novela al presentarla en la XXV Feria Internacional del Libro Universitario (FILU).

Acompañado por el ilustrador Israel Barrón, el domingo 6 de mayo conversaron sobre el creciente número de libros en este formato, que son un reflejo del reconocimiento a la labor creativa de los dibujantes e ilustradores, quienes en décadas anteriores eran considerados como un subgénero del diseño visual.

Al evocar sus orígenes como dibujante, Peláez comentó que desde pequeño siempre había revistas en casa: “Recuerdo especialmente los libros de Rius y la revista La Garrapata, había libros de los que me gustaban los cartones políticos; en algún momento comencé a convertir el dibujo en una actividad lúdica”.

Recordó también dos revistas decisivas que le sugirieron nuevas posibilidades narrativas para trabajarlas en la forma de historietas, la primera de ellas, la revista Snif, que producía la Secretaría de Educación Pública (SEP) y en la que estuvo involucrado Paco Ignacio Taibo II, y la revista argentina Fierro, que narraba historias muy distintas a las que se publicaban en México. “Fue también como un golpe en la cabeza, una de esas cosas que cuando las lees te cambian la vida y dije: esto es lo que quiero hacer”.

En la novela gráfica, a diferencia de la historieta, no sólo se debe dibujar un personaje, sino lograr que se parezca a sí mismo a lo largo de la historia porque está expresando esa historia a través de sus movimientos y sus acciones, “uno lo ve como un director de cine que dirige a sus personajes”, acotó.

Respecto a El complot mongol, ambos reconocieron la propuesta tanto narrativa como temática del texto, lo que le ha granjeado el reconocimiento de ser la primera novela negra escrita en México.

“Ésta es una novela con detalles muy íntimos de los personajes y demanda un esfuerzo y un planteamiento del dibujo y la narración gráfica diferentes a una ilustración, esto fue lo que más trabajo me costó de esta novela, representar a sus personajes”, puntualizó el ilustrador.

Ricardo Peláez destacó la importancia que esta novela tiene en la literatura mexicana y en la novela gráfica nacional