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Sal y algodón fueron importantes en la economía prehispánica

  • La 18 sesión del Webinario Internacional de Arqueología estuvo dedicada a estas producciones 

 

La sesión 18 del WIA se tituló “La sal y el algodón en Mesoamérica. Producción e intercambio”

La sesión 18 del WIA se tituló “La sal y el algodón en Mesoamérica. Producción e intercambio”

 

Karina de la Paz Reyes Díaz 

29/09/2020, Xalapa, Ver.- La sal y el algodón fueron productos muy importantes en la organización economía prehispánica, de ello dieron cuenta Bárbara Stark, de la Universidad Estatal de Arizona, y Blas Castellón, del Instituto Nacional de antropología e Historia (INAH), al presentar sus investigaciones sobre el tema, en el Webinario Internacional de Arqueología (WIA) de la Universidad Veracruzana (UV). 

Se trató de la sesión 18 de este ejercicio académico, cuyo título fue La sal y el algodón en Mesoamérica. Producción e intercambio”, que se desarrolló el 24 de septiembre por las plataformas Zoom y Facebook, y fue moderado por la organizadora general del WIA, Lourdes Budar Jiménez. 

Como parte del público estuvo presente la rectora de la UV, Sara Ladrón de Guevara, quien expresó: Felicidades por abordar estas temáticas fundamentales para comprender los desarrollos regionales mesoamericanos. Excelentes investigadores en esta sesión”. 

“La artesanía algodonera prehispánica en el centro-sur de Veracruz, México”, fue el título de la presentación de la investigadora Bárbara Stark y con la que abrió esta sesión. Habló del cultivo de la planta y proceso de hilado, que dada su naturaleza prácticamente no hay evidencia. Los malacates –piezas utilizadas para hilar el algodón– son los únicos instrumentos relacionados a textiles que normalmente se preservan. 

Para ella, el cultivo de la planta propició una extensificación geográfica. Por otro lado, precisó que, en el clásico temprano, el hilado no se concentró en las residencias de élite contrario a lo que muestra la mayoría de las evidencias mayas, por ejemplo, lo que expone una extensificación social. 

Por un lado, hay una extensificación del hilado en sentido geográfico y social en la cuenca oeste del río Papaloapan; por otro, el hilado y el tejidse desarrollaban posiblemente entre la población en general y se debía a intercambios con Teotihuacán u otros centros del altiplano. 

Agregó que el hilado seguía al mismo nivel después de la caída en importancia de Teotihuacánen el clásico tardío, lo cual implica que mantenían intercambios diversos. 

Un punto más que precisó fue que hacia el 700 d.C. se nota una extensificación geográfica hacia tierras más altas, por ejemplo, Morelos y el suroeste de Estados Unidos. Esa extensificación social continúa con la exportación de fibra a pueblos en la cuenca de México para hilar, pues el algodón no se siembra en la cuenca. 

Además, precisó que por ser transportable y de valor general, los textiles llegaron a servir como moneda en el mercado.

Los panes de sal
Blas Castellón habló de “La producción de sal prehispánica en el valle de Tehuacán, Puebla”, que significó un ejemplo de lo que fue la producción de sal tierra adentro, concretamente en Zapotitlán, donde se produce hasta el día de hoy. 

El académico explicó que el proceso de producción de sal rebasaba por mucho las necesidades internas y les permitía el intercambio alrededor de mercados locales y regionales del posclásico. 

Opinó que para calcular la producción de sal es necesario definir antes las unidades de producción y su funcionamiento mediante indicadores arqueológicos, información de fuentes históricas y etnográficas. 

 De acuerdo con él, en la región de Tehuacán existieron unidades de sal en bloque que son útiles para ese cálculo. Precisó también que mínimo se requerían cinco personas para efectuar cada procesoque cada cosecha de sal se llevaba a cabo en cuatro semanas y se calculan cinco cosechas al año, de febrero a junio. 

Es más, según sus cálculos, con base en dos tipos de moldes (de 4.5 y 0.5 litros) en Zapotitlán se produjeron en el posclásico temprano 81 mil 420 bloques de sal, mientras en el tardío fueron 108 mil 330. Potencial superior a las cantidades tributadas en el siglo XVI. 

Para él, eso indica que el resto de la producción debió utilizarse para el intercambio como bienes de prestigio, para usos técnicos, medicinales, gastronómicos, sociales y rituales. Es más, el desarrollo de esta tecnología es parte del surgimiento del sistema de mercados regionales en el posclásico. 

Todo lo expuesto, dijo, fue tomado de su libro Cuando la sal era una joya. Antropología, arqueología y tecnología de la sal durante el posclásico en Zapotitlán Salinas, Puebla. 

En calidad de comentaristas participaron Annick Daneels, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Keneth Hirth, de la Universidad Estatal de Pennsylvania. 

Daneels comentó que la propuesta de Bárbara Stark y lo que ella ve en su área de estudio tienen una evidencia muy parecida. “Hay mucha concentración de malacates en tierras bajas, no hay concentración en sitios principales: la gente que cultiva el algodón es la que lo hilaba”. 

No obstante, considera que hace falta información más detallada que puede obtenerse mediante excavaciones. Por ejemplo, preguntó: ¿El productor individual (de algodón) realizaba las transacciones en beneficio propio o había un control por parte de las capitales? 

En el caso de la sal, comentó que si bien las investigaciones y vestigios de cerámica dan cuenta de la producción más obvia de sal en el posclásico, cómo se obtenía anteriormente. 

Y una interrogante más que dejó: ¿cómo valorar la utilización de sal de mar y sal tierra en el altiplano?cuyas propiedades beneficiosas de la primera seguramente ya estaban identificadas (en referencia al yodo). 

En su oportunidad, Keneth Hirth expuso que en términos arqueológicos el tema más importante y menos estudiado es la economía, que proporciona información sobre la organización y desarrollo de sociedades antiguas. 

“La sal y el algodón fueron dos recursos muy importantes en Mesoamérica. Las dos presentaciones nos han dado un mayor entendimiento sobre la organización de la economía prehispánica y la importancia de la economía de hogares domésticos”, dijo. 

Tanto los planteamientos de los comentaristas como los del público dieron pie a una vasta conversación del tema. La edición íntegra puede consultarla en el Facebook: WIA.UV.

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