Estudiantes

Las emociones no son ajenas a la racionalidad: Esteban Marín

  • De esto habló el investigador en la conferencia “Ética, emoción y confianza. Hacia una ampliación de la racionalidad práctica” 
  • La actividad se realizó como parte de la bienvenida a la primera generación de la Maestría en Filosofía e Historia de las Ideas de la Universidad Veracruzana 

 

Ignacio Quepons Ramírez y Esteban Marín Ávila dieron la bienvenida a estudiantes de posgrado

 

Paola Cortés Pérez 

Fotos: Omar Portilla Palacios 

22/09/2025, Xalapa, Ver.- Con una reflexión sobre la importancia de integrar las emociones y la confianza en la vida ética, Esteban Marín Ávila, investigador del Instituto de Filosofía de la Universidad Veracruzana (UV), impartió la conferencia “Ética, emoción y confianza. Hacia una ampliación de la racionalidad práctica”. 

La actividad se realizó como parte de la bienvenida a la primera generación de la Maestría en Filosofía e Historia de las Ideas y la continuidad del Doctorado en Filosofía, así lo comentó Ignacio Quepons Ramírez, director del Instituto, y agregó que este arranque académico es significativo pues marca “el inicio formal de un nuevo posgrado que se suma al trabajo ya consolidado en el campo filosófico”. 

Durante su exposición, Marín Ávila explicó que el núcleo de su investigación busca ampliar la comprensión tradicional de la racionalidad práctica, para ello retomó la noción fenomenológica de Edmund Husserl, en la que la racionalidad se asocia al pensamiento perceptivo, esto es, a la capacidad de atender de manera consciente a lo que hacemos, valoramos y sentimos. 

“Vivir éticamente significa tratar de actuar en todo momento de la mejor manera posible, y eso implica aspirar a saber qué es lo que uno hace y por qué lo hace”, señaló.

 

Esteban Marín Ávila, investigador del Instituto de Filosofía

 

Advirtió que, si bien la filosofía suele poner el acento en las creencias racionales, estas no son suficientes para determinar que una acción sea ética: “Para actuar racionalmente es necesario hacer lo que vale la pena hacer, es decir, perseguir fines que consideramos valiosos”. 

Un punto central de la ponencia fue la reivindicación de las emociones como parte constitutiva de la racionalidad práctica: “Las emociones determinan el sentido de lo que hacemos y su racionalidad”, dijo Marín Ávila, al destacar que sentimientos como la esperanza, la ira o el temor son motores que orientan las decisiones humanas. 

De acuerdo con su planteamiento, valorar algo significa sentirse motivado a actuar en consecuencia, y esta motivación surge de experiencias emocionales concretas, por ejemplo, dos personas pueden tener las mismas creencias sobre una situación y, sin embargo, valorarla de manera distinta por lo que sienten frente a ella. 

El investigador también profundizó en la relación entre libertad, dependencia y confianza, para ello retomó a filósofos como Simone Weil y Husserl para señalar que la libertad no se reduce a la autonomía individual, sino que se enriquece cuando se asume nuestra inevitable interdependencia con los demás. 

 

La actividad se realizó para la primera generación de la Maestría en Filosofía e Historia de las Ideas

 

Añadió que confiar en otros supone reconocerlos como agentes capaces de prometer, dialogar y corresponder, en ese sentido, sostuvo que la confianza es condición de posibilidad de todas las formas de relación social, desde la comunicación hasta las promesas y acuerdos colectivos. 

En la parte final de la conferencia, Marín Ávila subrayó que el objetivo de estas reflexiones no es únicamente técnico o académico, sino que busca incidir en la vida cotidiana: “La aspiración a vivir libremente una vida despierta, en la que sepamos lo que hacemos y por qué lo hacemos, se cumple en mayor o menor medida en el día a día de muchos seres humanos que poco o nada saben de filosofía”, puntualizó. 

Afirmó que vivir racional y éticamente implica reconocernos como agentes capaces de confiar y desconfiar, establecer relaciones sociales y valorar lo que hacemos. 

“Pensar perceptivamente sobre nuestra confianza significa apoyarnos en otros y dejarnos apoyar en otros que comparten este anhelo de libertad, sea donde sea que ellos nos conduzcan”, concluyó.