• Desde las sufragistas hasta el activismo en redes, Díaz hizo un recorrido por las olas feministas y los retos actuales ante la violencia digital 

• “Cada palabra, cada gesto, cada vínculo es resistencia”, afirmó al convocar a una reflexión intergeneracional sobre el futuro del movimiento 

La activista y académica veracruzana María del Monserrat Díaz

Paola Cortés Pérez 

Fotos: Omar Portilla Palacios

29/05/2025, Xalapa, Ver.- “Hablar de feminismo es hablar de historias entrelazadas, de las voces en los amaneceres y de las voces que hoy seguimos levantando”, expresó la activista y académica veracruzana María del Monserrat Díaz, quien recientemente fue galardonada con la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana, en la categoría estatal. 

Como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2025, la condecorada dictó la conferencia magistral titulada “Historias violetas: de las pioneras a los nuevos feminismos de la era digital”, en la que ofreció un recorrido histórico, político y afectivo por las olas del feminismo en México, con especial énfasis en Veracruz. 

El conversatorio se realizó en el Foro “Miguel Vélez Arceo”, de la Casa del Lago, con la moderación de la activista Gladys Villegas Morales. 

Al iniciar su intervención, agradeció a esta casa de estudios por propiciar espacios de reflexión que vinculan el feminismo con temas actuales como la inteligencia artificial (IA) y los derechos humanos. A lo largo de la charla, evocó las voces de mujeres que han luchado en distintos momentos históricos, desde las sufragistas hasta las jóvenes activistas digitales.

De las pioneras a la era digital
María del Monserrat Díaz contó que la primera ola feminista en México estuvo marcada por el movimiento sufragista y figuras como Elvira Carrillo Puerto, “quien marcó un punto de inflexión en la lucha por los derechos de las mujeres indígenas”. 

La segunda ola, representada por voces como Rosario Castellanos, quien “hablaba ya desde 1963 de un feminismo a la mexicana, adaptado a nuestras realidades”. 

En la tercera ola, destacó la importancia de los colectivos comunitarios y del activismo que trascendió las calles para incidir en las políticas públicas. “Nos dejamos en redes de carne y protesta, hasta volvernos multitud con nombre propio”, dijo. 

Con respecto al feminismo veracruzano, la activista recordó cómo desde 1980 el movimiento en el estado ha compartido la agenda nacional, aunque ha enfrentado retos particulares como el conservadurismo y el poder fáctico de grupos religiosos. “Fuimos pioneras en un feminismo descentralizado, diverso, con presencia en distintas regiones”.

Gladys Villegas y María del Monserrat Díaz, durante su participación en la FILU 2025

Narró cómo, en sus inicios, la militancia se realizaba mediante herramientas analógicas como el fax, los esténciles y el uso de megáfonos, hasta llegar a la actualidad con el uso de redes sociales y hashtags como #NiUnaMenos, surgido en América Latina y convertido en consigna global. 

“No se trata de una mera espontaneidad, sino de una resonancia profunda entre experiencias individuales y un entramado colectivo que ha sabido tejerse también en lo virtual”, puntualizó.

La voz digital: luces y sombras
María del Monserrat Díaz explicó que con la llegada del internet en los noventa surgió una cuarta ola caracterizada por la “interconexión y la rabia”, donde el activismo se trasladó también al espacio digital, sin embargo, alertó sobre las violencias emergentes en este entorno. 

“La violencia de género digital adopta múltiples formas y las consecuencias para las mujeres no son virtuales, son reales, psicológicas, sociales, incluso vitales”, afirmó. 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), tres de cada 10 mujeres usuarias del internet han sufrido ciberacoso, por ello subrayó la necesidad urgente de políticas públicas, educación digital con perspectiva de género y campañas de prevención en redes. 

En su reflexión final, planteó una interrogante sobre el legado que la cuarta ola feminista quiere dejar: “¿cómo podemos construir relaciones humanas más amorosas, justas e igualitarias desde lo digital?”, a la par que propuso la construcción de una sociedad que articule el humanismo, la ecología y la paz. 

“Cada palabra, cada gesto, cada vínculo es resistencia, es solidaridad humana”, concluyó, haciendo un llamado intergeneracional a continuar la construcción colectiva de los feminismos.