Del regreso a clases y lo hecho antes

Este febrero las instituciones educativas, a partir de sus protocolos de atención frente a la contingencia, vuelven a sus actividades escolares, sea en la modalidad presencial, mixta, a distancia o virtual. Tal es el caso de la Universidad Veracruzana, que ha pedido a sus comunidades académicas que seamos quienes decidamos entre esas modalidades, aquella que mejor responda a los intereses de su propia comunidad.

Y si bien es cierto ya se tiene -digamos- cierta experiencia en las formas de enfrentar los retos que desde marzo del 2020 nos ha impuesto la pandemia provocada por el Covid-19, lo cierto es que lo vivido no suple las expectativas o inquietudes que -como siempre- todo nuevo periodo provoca en los docentes como en los propios estudiantes.

En lo personal, sigo destacando lo complejo que es dar cabida al reconocimiento como para seguir entendiendo que cada miembro de una comunidad educativa, vive de manera diferenciada lo que ha sido la educación a distancia, pues si bien se ha venido hablando mucho desde hace unos 20 años del papel que juegan las TIC para promover ambientes o entornos de aprendizaje novedosos, lo cierto es que la pandemia ha venido a confirmar que una cosa es lo que se escribe y teoriza y otra, lo que en la práctica podemos vivir.

Por ejemplo, en este periodo imparto la experiencia educativa Investigación cuantitativa y cualitativa en Comunicación, Análisis cinematográfico y Experiencia recepcional, la inquietud que tengo se siente unida a una expectativa que me provoca lo que he podido rediseñar para el empleo de las 3 plataformas educativas que he venido empleando en esta contingencia: Eminus 4.0, Lienzos y TEAMS.

Digo esto porque si bien el periodo pasado tuve ocasión de impartir la primera de las experiencias que refiero arriba, donde lo vivido me permite reconocer la importancia de la disposición y responsabilidad de los estudiantes de aquel curso, no sé de qué están hechos para este periodo estudiantes del mismo programa educativo pero de una generación diferente.

Lo mismo pudiera decir que Experiencia recepcional, pues si bien hace una año cuando la impartí me sorprendió que de los 12 estudiantes inscritos 8 hayan terminado prácticamente sus trabajos recepcionales, algo que -en lo presencial- nunca me había ocurrido, pues cuando mucho, 2 o 3 jóvenes, habían concluido su ciclo con un alto porcentaje de lo que el Estatuto de Alumnos 2008 establece como criterio para solicitar una prórroga a un jurado, siempre y cuando hayan alcanzado por lo menos un 75%.

Qué vaya a ocurrir en este nuevo ciclo escolar no lo sé. Pero por ejemplo, en el caso de Análisis cinematográfico una de las experiencias más significativa fue la que viví en el primer periodo de la pandemia, donde les propuse a los estudiantes que elaboráramos un Cuaderno de cine como evidencia de un trabajo colaborativo al cierre de aquel curso, lo que no se pudo lograr en el siguiente, como tampoco lo había podido lograr en los años de impartir este curso.

Así las cosas, comenzamos un nuevo periodo con todas las ganas del mundo, las mismas que seguro se irán acomodando a la nueva realidad que para este momento, la vida me depara. Ya les contaré.