Diálogo, disciplina y responsabilidad como principios académicos

Uno de los ámbito que me resultan más sensibles como académico, es particularmente el que compete a lo axiológico.

En su Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), la Universidad Veracruzana plantea como parte de sus saberes para la formación integral de los estudiantes, la promoción o tratamiento de los teóricos, heurísticos y axiológicos. Siendo en el caso primero aquellos que contribuyen a la formación disciplinaria y que tienden a favorecer -se esperaría que significativamente- grados de alfabetización académica que distingan a nuestros jóvenes; para que lo segundos se vinculen a la adquisición, desarrollo y consolidación de destrezas que, conjugadas o en sincronía con los conocimientos adquiridos, permitan enfrentar los retos de saber hacer para su aplicación en un contexto real. En tanto que los axiológicos, estarían relacionados a los valores que se promueven transversalmente y en particular desde cada una de las experiencias educativas que, a su vez, se encuentran articulados con la misión, visión y los valores que han sido definidos en el diseño de cada programa educativo.

Siendo un interés en el imaginario y actuar de muchos especialistas en Educación o Pedagogía, suele hacerse referencia a ellos en algunas ocasiones, para hablar de la importancia que tienen, pero sobre todo de la pertinencia y realidad con que deben posibilitarse en el contexto de nuestras prácticas docentes; algo que no suele visibilizarse, reflexionarse o problematizarse necesariamente, sino más bien discursarse. Y es que, como llegó a decir en alguna de sus obra Gilles Lipovetsky, si bien es necesario promover valores, habría que poner el foco en aquellos que pueden ser posibles, en el contexto de una sociedad que ha hecho del consumo, la individualización y la indiferencia, bienes suntuarios que han sacudido aquellos cimientos que nos caracterizaban como cultura, comunidad, sociedad.

Al amparo de estos planteamientos, recién he tenido ocasión de abordar algunos aspectos de este dilema educativo con cada uno de los grupos a quienes doy clases en el actual periodo escolar, tras la experiencia que he tenido con ellos en una etapa de autonomía y autogestión a la que me llevó no poderles dar clases durante alguna semanas, por los compromisos que tuve como parte de la Junta de Gobierno de la UV. Y es que -como me dijo alguno de ellos- no sabemos la forma en que cada estudiante procura el cumplimiento de las consignas, actividades y productos que en lo individual o grupal debe atender o cumplir o realizar un estudiante.

Todo ello, porque tras un puñado de intentonas para que pudiéramos conformar equipos de trabajo en EMINUS en su versión 4, para cerrar el proceso de entrega de una evidencia de aprendizaje, no lo hemos podido lograr con eficiencia, ya que -invariablemente- siempre hacía falta alguien que, en tiempo y forma, no había cumplido con su registro o había sido incorporado al equipo o por razones diversas se había inscrito tardíamente a la experiencia educativa. De allí que hayamos decidido un intento más, ahora en la plataforma TEAMS, para lo cual se delegó a cada uno de los estudiantes su registro en un documento en línea.

Pues bien, allí tampoco pudimos cerrar del todo, pues aun cuando había sido un acuerdo entre quienes estuvimos en clases cuando se estableció esa disposición, junto a los comunicados que sobre ello se hizo a través de EMINUS y el propio TEAMS, hubo -una vez más- quienes no atendieron al llamado. De tal suerte que para cuando escribo, he tenido ocasión de comunicarme con algunos estudiantes que han hecho una serie de señalamientos razonables en contra de quienes no han cumplido, en uno y otro intento. En todos los casos, he aceptado sus razonamiento pero también he procurado que se entienda la otra parte, aun cuando desconozco del todo las razones del porqué no todos han cumplido; por lo que he pedido a algunos que entre todos asumamos la responsabilidad y estos señalamientos que se hacen contra algunos compañeros, los manifiesten como un acto de madurez y transparencia en clases, en el contexto de la importancia que le debemos dar al diálogo, la disciplina y la responsabilidad.

Total, que espero en la siguiente sesión, volver a abordar el asunto, con la intención de llegar a proponer que sean ellos quienes determinen qué hacemos, tras tantos tropiezos que hemos tenido para cerrar una actividad.

Y pensar que los más fácil hubiera sido delegar en la plataforma la conformación aleatoria de los equipos. No obstante y en reconocimiento al trabajo efectivo que un alto porcentaje de estos estudiantes hiciera de todo el proceso autonómico que les propuse durante mi ausencia en las 3 primeras semanas de clases, decidí que ellos mismos se organizaran. Sin embargo, si bien también en este caso la experiencia ha sido significativa, no necesariamente en los términos que hubiese querido. Esperemos lleguemos a un consenso.

Comentarios
Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *