Técnicas de acción participativas para reflexionar sobre la violencia escolar en un telebachillerato

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Técnicas de acción participativas para reflexionar sobre la violencia escolar en un telebachillerato

María del Carmen Yoval Vázquez

Ricardo Ávila Cerón

Diego Alejandro Fernández Contreras

 

Resumen

Las reflexiones que se presentan en esta contribución se derivan del proyecto diagnóstico “Violencia interpersonal: el caso del Telebachillerato Independencia de la colonia Plan de Ayala, en la ciudad de Xalapa, Veracruz”[1]. El objetivo general de la investigación consistió en identificar las modalidades y tipos de violencia dentro del Telebachillerato Independencia en Xalapa, Veracruz; de acuerdo con el ambiente escolar, las interacciones sociales y la influencia del entorno social.  Dicho diagnóstico se realizó en el periodo Agosto/2018-Julio/ 2019. Para elaborar este diagnóstico decidimos llevar a cabo una serie de actividades recreativas con las y los alumnos del Telebachillerato. En un primer momento, lo que buscamos fue generar un ambiente de confianza, con actividades que no comprometieran la integridad de los alumnos y alumnas y que nos permitieran aproximarnos a la temática de la violencia. Al obtener esta información lo que creímos pertinente fue evidenciar y visibilizar la temática entre los alumnos, alumnas y los maestros, ya que nuestra finalidad fue generar conciencia y orientar acciones para la prevención y erradicación de las violencias.  El diagnóstico social sobre la violencia interpersonal en el Telebachillerato Independencia, atravesó por diversas etapas, por ello, en este artículo se abordarán algunas reflexiones desde la experiencia metodológica.

Palabras clave: Violencia escolar, Adolescentes, Animación sociocultural, Investigación Acción Participativa (IAP).

Abstract

The reflections presented in this contribution derive from the diagnostic project “Interpersonal violence: the case of the Telebachillerato Independencia in the Plan de Ayala neighborhood, in the city of Xalapa, Veracruz”. The general objective of the investigation consisted of identifying the modalities and types of violence within the Telebachillerato Independencia in Xalapa, Veracruz; according to the school environment, social interactions and the influence of the social environment. This diagnosis was made in the period August / 2018-July / 2019. To prepare this diagnosis, we decided to carry out a series of recreational activities with the students of the Telebachillerato. At first, what we sought was to create an environment of trust, with activities that did not compromise the integrity of the students and that allowed us to approach the issue of violence. When obtaining this information, what we thought was pertinent was to make the subject visible and visible among the students, since our purpose was to raise awareness and guide actions for the prevention and eradication of violence. The social diagnosis of interpersonal violence in the Telebachillerato Independencia went through various stages, therefore, this article will address some reflections from the methodological experience.

Keywords: School violence, Adolescents, Sociocultural Animation, Participatory Action Research.

¿Qué es la violencia? 

Para la Organización Mundial de la Salud (en adelante OMS) “es el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho, o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones” (2002, p. 1). Así mismo la violencia altera el desarrollo de toda sociedad, pues consideramos que es un problema colectivo que no respeta los distintos escenarios de nuestra vida cotidiana y se hace presente en la vida de las y los jóvenes dentro de los planteles educativos y en su entorno familiar y social.

Para el Dr. José Alfredo Zavaleta Betancourt (2014), la violencia escolar se ha naturalizado entre los y las estudiantes, pues ya no la ven como violencia, sino como una reacción de amistad que pasa desapercibida por los y las que la realizan.

Por lo tanto, entendemos que la violencia escolar se manifiesta a través de juegos, ya que en ocasiones, los empujones, pellizcos, jalones, insultos verbales, celos, bromas hirientes, burlas, etc., normalizan la violencia en la vida cotidiana de los y las estudiantes.

Esta problemática ha puesto en discusión el pensar a la escuela exclusivamente como un lugar de socialización, de construcción de conocimiento y de formación de valores. No obstante, esta crítica debe plantearse bajo una mirada contextual, que permita identificar las características de nuestra sociedad actual para rastrear las causas que originan las conductas violentas. Las investigaciones que se revisaron adoptan múltiples enfoques, pese a que existen diferencias conceptuales y metodológicas para valorar la problemática, concluyen que la violencia física y verbal serían las formas más comunes y recurrentes de esta violencia, siendo la adolescencia y la juventud los momentos en los que se producen. Al respecto, Zavaleta (2014) sostiene que las edades en las que se detectan comportamientos hostiles entre pares, oscilan entre los 13 y los 17 años.

Los datos y análisis que han ido ofreciendo los estudios de violencia escolar a nivel mundial han puesto en alerta a las instituciones escolares y a otros organismos que trabajan con infancia y juventud. Organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (en adelante UNESCO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (en adelante UNICEF), reconocen la importancia de la problemática que se ha ido expandiendo a una escala macro, principalmente por las afectaciones de forma progresiva y significativa en los aprendizajes y el desarrollo emocional de niños, niñas y adolescentes en edad escolar. Por esta razón, han implementado diversas estrategias que apuntan a fortalecer el trabajo de las comunidades educativas, con apoyos de especialistas y programas educativos que puedan prevenir conductas de riesgo.

De acuerdo con la descripción anterior, UNICEF (2015), expone que la violencia escolar o bullying presenta las siguientes características: “a) es intencional de uno/a o varios/as compañeros/as hacia otra persona para causar dolor y sufrimiento, b) implica una relación desigual o desequilibrio de poder, en este caso la víctima se percibe vulnerable, desprotegida y sin los recursos del agresor o agresora, c) es una práctica repetida, es decir, no es un episodio aislado, es continuo, y d) se da en una relación entre pares o iguales” (p. 57).  Desde nuestra perspectiva, para la OMS la violencia es un conjunto de conductas abusivas ejercidas por una o más personas que buscan dañar y afectar el bienestar de otras, estas se pueden presentar en diferentes ámbitos, tales como la casa, la escuela, el trabajo, la vía pública, entre otras.

Violencias experimentadas en el espacio escolar

El tipo de violencia más visible en nuestro contexto de estudio es el acoso o intimidación. Sin embargo, constituye una modalidad más dentro de la gama de prácticas de abuso de poder presentes en la escuela, entre estas podemos señalar: las peleas, los golpes, los insultos, las burlas y el lenguaje hiriente, que en conjunto con el uso de la tecnología se vuelven más dañinos por la divulgación que se hace de éstos de manera expresa.

Dentro de este proyecto, damos cuenta que una de las principales causas de la violencia es el debilitamiento del entorno familiar, pues es en este contexto donde se produce y naturaliza la violencia de pareja entre los progenitores, los comportamientos antisociales, el consumo de alcohol y drogas, los roles de género tradicionales, la disfuncionalidad familiar, la naturalización de la violencia masculina, las violaciones sexuales por parte de los mismos familiares, etc., condicionan la aparición de expresiones de violencia entre las y los jóvenes. Cabe destacar que la cultura mexicana tiene un legado histórico en el que se han reproducido patrones patriarcales, los cuales en el seno familiar se traducen en roles de género basados en el machismo.

Otra de las causas de la violencia escolar, se debe a la condición socioeconómica y a los grupos sociales a los que se adscriben los y las jóvenes, entre ellos “las pandillas”, estas generan, en la mayoría de los casos, que las y los jóvenes se inicien en el consumo de alcohol y drogas.

Otra de las problemáticas que observamos en las y los estudiantes es la no pertenencia al barrio, ya que muy pocos alumnos son de la colonia Plan de Ayala y algunos otros son de las demás intercolonias que se ubican en esta zona geográfica, las y los jóvenes vinculan esto a la no pertenencia al barrio lo cual produce distanciamiento y riñas entre pandillas. En algunos casos se genera desintegración de las y los estudiantes, discriminación y exclusión. Por otro lado, en el espacio público de la colonia Plan de Ayala, se observa que la dinámica social se ha tornado insegura, debido a la falta de espacios recreativos, a las carencias de los servicios públicos, al descuido de áreas verdes, la falta de iluminación y la falta de seguridad pública.

Como señala Sánchez (2016), la violencia en las escuelas se ha incrementado y ésta se manifiesta de forma diversa y con mayor intensidad. También se ha identificado que ésta se desarrolla en el contexto de inseguridad que caracteriza al país, lo que ha incentivado la participación de un abanico de actores del sistema educativo y fuera de él, porque consideran que la violencia en la escuela puede vincularse a los patrones de violencia que se producen en la vida cotidiana como resultado de la delincuencia y el deterioro del tejido social.

Desde un punto de vista macro social, se traza un acercamiento en el que los procesos socio-económicos derivados de la globalización han provocado la precarización y desigualdad de oportunidades en áreas tales como: salud, habitación, trabajo, educación, relaciones de sociabilidad, seguridad, información y conocimientos, y participación política (Tavares-dos-Santos, 2009 en Sánchez, 2016). De tal modo que, en lo que atañe a la articulación del binomio escuela y sociedad, la violencia en el espacio escolar se vincula a la crisis social que se vive y que se expresa en las altas tasas de desempleo, en el aumento de los fenómenos de pobreza, en los efectos sociales desestructurantes del retiro del Estado en la toma de responsabilidades de la estabilidad social, de la falta de políticas públicas universales y de la pérdida de capacidad de anclaje de la institución escolar que se desenvuelve en ese entorno.

Recuento de las técnicas participativas

Los resultados expuestos, se desprenden de un conjunto de técnicas de acción participativas que son diferentes a las aplicadas en la investigación tradicional. Es preciso destacar que, en la realización del diagnóstico, la visión que orientó el proceso de investigación tiene que ver con la mirada autoimplicante de los problemas sociales, es por eso que consideramos que el sujeto que vive la problemática no es cosificado, sino que es concebido como un agente potencial que puede transformar su realidad.

Por otro lado, se considera que en el proceso de indagación, los instrumentos y técnicas que se apliquen deben tener en cuenta la subjetividad de los y las participantes. De forma que para nuestro caso, se realizaron diversas acciones para la inmersión en el campo y otras relacionadas con la creación de confianza y empatía con los y las adolescentes del Telebachillerato Independencia.

Así bajo el enfoque cualitativo, la ruta metodológica se corresponde con la propuesta de Cembranos (1999), quien afirma que el diagnóstico social es un instrumento para conocer la realidad y transformarla. Antes de describir las dos dinámicas aplicadas, es importante mencionar las etapas que se siguieron:

Etapa 1. Recorrido, identificación del territorio y de actores clave

Etapa 2. Revisión de la literatura

Etapa 3. Acercamiento con la población estudiantil

Etapa 4. Aplicación de dinámicas

Etapa 5. Entrevista a docentes

Etapa 6. Análisis de la entrevista y de los materiales obtenidos en las dinámicas

Dinámica 1. Dibujando los problemas de mi comunidad y mi telebachillerato

En esta dinámica participaron 40 estudiantes, con quienes de manera inicial, se realizó una charla sobre su comunidad, para ello se agruparon en tres equipos y nos contaron las principales problemáticas de su telebachillerato y su comunidad. Realizaron una exposición donde pegaron imágenes en representación de las problemáticas en dos niveles: en un primer círculo (centro) colocaron los problemas de su centro escolar y en un segundo círculo los de su comunidad. Algunos y algunas dibujaron y decoraron el material (usando revistas, periódicos, cartulinas, hojas de colores y plumones) que se les dio para que pudieran trabajar, en él plasmaron: drogadicción, alcoholismo, la falta de alumbrado público y la violencia, como principales problemáticas. Al final se hizo una reflexión colectiva de posibles causas que originan aquellas situaciones con mayor énfasis en la violencia.

Los y las adolescentes del Telebachillerato Independencia identificaron que dentro de los casos de violencia que se presentan en la institución, el más recurrente es: el bullying o acoso escolar, que se manifiesta a través de bromas, apodos, chismes, golpes y empujones. Según sus narraciones, las agresiones son vistas como juego, como una práctica que no genera daños físicos ni psicológicos, para ellos, es una forma de relacionarse. Así mismo comentaron que han presenciado embarazos de parejas que en algún momento fueron novios y otras ocasiones por violación, esto hace que algunas alumnas lleguen a tomar la decisión de abortar sin información, asesoría y apoyo de sus familias.

Dinámica 2. Silueta y violentómetro

Con estas dos dinámicas, los grupos escribieron cuáles eran sus metas y con respecto a estas, qué significa ser adolescente, también identificaron las acciones de violencia que han sido naturalizadas a través del violentómetro. En el caso del primer ejercicio, se le entregó al grupo una hoja con una silueta para que escribieran alrededor de ella, qué significa ser adolescente y cómo viven esta etapa, además de contar cuáles eran sus expectativas de vida personal y profesional. Después de esta dinámica compartieron en plenaria cuáles son sus experiencias en esta etapa que están viviendo.

Para iniciar la segunda actividad, se hizo una breve introducción acerca de las relaciones de noviazgo en su edad, algunos adolescentes se mostraron de alguna manera apenados e introvertidos. Pudimos observar que había varias parejas dentro del salón, las cuales en algunos puntos se dieron la tarea de participar más durante el pequeño debate que hicimos. En un segundo momento, colocamos el violentómetro (en papel bond) y la mayoría pasó a colocar una bolita de color en los niveles de violencia que correspondía, hubo interés ya que se realizó una pequeña reflexión al final de la dinámica. Durante la actividad del violentómetro se pudo distinguir que algunas adolescentes eran muy extrovertidas, sobre todo cuando se trataban los temas de celos en las relaciones sentimentales.

Reflexiones finales

Es evidente el vínculo estrecho que guarda la violencia externa con la que se genera dentro de los centros escolares, sin embargo, también hay que distinguir el tipo de estudiantes y las problemáticas que enfrentan en la actualidad, es por eso que buscamos actividades dinámicas que les llamaran la atención a las y los jóvenes de estas edades. Son personas que están experimentando cambios físicos y psicológicos, que buscan tener una identidad propia y pertenecer a un grupo de personas con las cuales poder compartir gustos, deseos, experiencias, comportamientos, etc.

Con la actividad del violentometro logramos identificar que las formas de violencia que los y las jóvenes han presenciado y naturalizado con mayor frecuencia en la escuela son los insultos y las amenazas verbales, las peleas o riñas y las formas de violencia física como los empujones o puñetazos. Estas acciones son advertidas por las y los profesores de la comunidad escolar, quienes señalan estas formas de violencia como las más frecuentes y a cuya exposición repetida se encuentran los varones jóvenes, siendo éstos quienes las reciben en la mayoría de los casos. En el ámbito escolar, las formas de violencia que se presentan con mayor incidencia son las que corresponden a lo psicológico, tales como las burlas o el aislamiento.

Por medio de la entrevista que tuvimos con algunos profesores logramos encontrar concordancia entre estos y el estudiantado al compartir que las principales formas de sanción para los alumnos y alumnas fueron: llamar a los padres, los regaños del profesor y mandarlos a la dirección. “El papel que juegan los padres de familia aún debe ser debatido y mejorado. En muchas de las leyes son sólo gestores, escuchas y su participación se da únicamente en el marco de las Asociaciones de Padres de Familia, sin embargo, aún falta asignarles una función más protagónica en la gestión de la violencia” (Sánchez, 2016, p. 86). También es de vital importancia conocer el significado o las interpretaciones que cada uno de estos sujetos tenga de la violencia, interpretaciones que dependen de la historia personal de cada uno. El significado que den a esos actos de violencia podría ser un factor detonante de ciertas conductas ya sea como agresor, víctima u observador, recordando que estos son los actores principales en el fenómeno del acoso escolar.

Como parte de la actividad Dibujando los problemas de mi comunidad y telebachillerato los alumnos y alumnas mencionaron algunas de las principales carencias que existen en su entorno, es por esto que comentaron que la institución no cuenta con espacios recreativos o infraestructura, por ejemplo, la falta de energía eléctrica. Lo anterior imposibilita la impartición de algunas materias, otras de sus inquietudes es que su comunidad (colonia) no cuenta con áreas verdes o lugares de encuentros en común, por lo cual muchos jóvenes recurren a formar parte de pandillas.

Para que se cumpla el derecho a la educación y la participación social, resulta imposible que la construcción y fortalecimiento de la seguridad en los ambientes escolares pueda estar a cargo exclusivamente de un actor, aun siendo éste el gobierno. Desde una perspectiva macro, la prevención, el tratamiento y la erradicación de la violencia que afecta a las escuelas y a su entorno requieren de la participación de múltiples actores, situados en diversos ámbitos. En este contexto, se sabe que las acciones más exitosas para la prevención y tratamiento de la violencia, se distinguen porque están fundamentadas en la colaboración de numerosos actores; lo cual les otorga cierta permanencia y consolidación, esto genera la apertura de los centros escolares a la sociedad, así como la promoción del aprendizaje, la cooperación y la confianza social.

 

Referencias Bibliográficas

Cembranos, F. (1999). El análisis de la realidad. En Cembranos, F., Montesinos, D., y Bustelo, M. La animación sociocultural una propuesta metodológica (7ª edición) (pp. 23-55). España: Editorial Popular.

OMS. (2002). Informe mundial sobre la violencia y la salud: Resumen. Organización Panamericana de la Saludos para la Organización Mundial de la Salud. Washington, EU. Recuperado de https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/43431/9275324220_spa.pdf

Sánchez, F. (2016). La violencia en las escuelas. El caso de las secundarias de las zonas metropolitanas de Xalapa, Veracruz 2008-2012 (Tesis para obtener grado de Doctor en Historia y Estudios Regionales). Universidad Veracruzana, Xalapa, Veracruz.

UNICEF. (octubre, 2015). Protocolo de actuación en situaciones de bullying. Fondo de las Naciones Unidad para la Infancia. San José, Costa Rica. Recuperado de https://www.unicef.org/Documento-Protocolo-Bullying.pdf

Zavaleta, J. A. (2014). Las zonas metropolitanas de Veracruz. En Zavaleta J. A., Treviño, E., y Jiménez, M. La gestión de la violencia en las escuelas de educación básica en Veracruz (pp. 29-47). Xalapa, Veracruz, México: Universidad Veracruzana.

[1] Surgió en el marco de dos Experiencias Educativas cursadas en la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana: Planeación y Políticas Sociales, donde se realizaron diversas actividades que correspondieron a dos momentos de la investigación. En el caso de Planeación, la intención fue realizar diagnósticos a partir de problemas sociales, situados espacial y temporalmente bajo los enfoques de la Animación Sociocultural y la Investigación-Acción-Participativa (en delante IAP). Después del acercamiento al contexto y a los participantes, se indagó sobre la respuesta gubernamental ante la problemática de estudio, en este caso programas y protocolos de atención y prevención a la violencia en las escuelas. Este segundo momento se llevó a cabo en Políticas Sociales.

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