Poza Rica-Tuxpan

Estudiantes de Maestría en C. del Ambiente presentaron investigaciones 

 

  • Cinthya Berenice Fosado Osorio trabajó sobre generación de energía eléctrica en celdas de combustible microbiano 
  • Karla Cristina Mar Cayetano habló de determinación del efecto de actividades agrícolas sobre la calidad del suelo utilizando fosfatasa ácida y ureasa como indicadores 

 

 

Alma Celia San Martín Cruz  

26/11/2021, Tuxpan, Ver.- Estudiantes de la Maestría en Ciencias del Ambiente de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (FCBA) de la Universidad Veracruzana (UV) presentaron investigaciones sobre generación de energía eléctrica en celdas de combustible microbiano y determinación del efecto de actividades agrícolas sobre la calidad del suelo utilizando fosfatasa ácida y ureasa como indicadores. 

Cinthya Berenice Fosado Osorio realizó el trabajo de investigación experimental en el laboratorio de la FCBA; señaló que la actual demanda energética mundial ha generado la necesidad de crear nuevas fuentes de energía y las celdas de combustible microbianas (CCM) “son una tecnología emergente que puede contribuir a solucionar dos de los problemas más críticos que afronta la sociedad actual en el mundo: la crisis energética y la disponibilidad de agua no contaminada”. 

Respecto al proceso de la investigación, comentó que se estudió la capacidad de los microorganismos electrogénicos: levadura Candida tropicalis y las bacterias Stenotrophomonas maltophiliaBacillus cereus y Chromobacterium rhizoryzae. 

Estos microorganismos son asilados de aguas residuales y suelos contaminados y han mostrado gran versatilidad en la remoción de contaminantes en la región norte de Veracruz; la mayoría son de alto impacto ambiental tales como: hidrocarburos (alifáticos y benceno), plaguicidas organofosforados y organoclorados, metales pesados y recientemente naranja de metilo. 

Los resultados de su investigación demostraron que los microorganismos utilizados tienen un gran potencial para generar energía eléctrica, en comparación con trabajos similares encontrados en la literatura; la mayoría de los microorganismos que utilizó no tienen antecedentes en la generación de energía, por lo que esta investigación representa un gran aporte en el área de las CCM. 

Dijo que este trabajo abre las puertas a nuevas investigaciones que incluyan el tratamiento de diversos efluentes industriales con la consiguiente generación de electricidad, lo que acerca más a la aplicación de las CCM como fuente de energía y tratamiento sustentable en diferentes sistemas. 

Por su parte, Karla Cristina Mar Cayetano presentó “Determinación del efecto de actividades agrícolas sobre la calidad del suelo utilizando fosfatasa ácida y ureasa como indicadores” y comentó que el uso del suelo destinado a actividades agrícolas tiene como consecuencia la degradación del mismo; sin embargo, su manejo adecuado puede ser determinante para el estado de fertilidad y aprovechamiento de las plantas. 

A pesar de la importancia que tiene mantener la calidad del suelo, la mayoría de las prácticas agrícolas no son sustentables. En México son escasos los estudios del suelo de uso agrícola y prácticamente nulos los trabajos donde se mida la actividad enzimática. 

Explicó que se estudió la calidad del suelo a través de indicadores fisicoquímicos y su relación con la actividad en el suelo de las enzimas ureasa y fosfatasa ácida, las cuales han demostrado tener una relación directa con los ciclos del nitrógeno, fósforo y la disponibilidad de los nutrientes en el suelo. 

Se realizó un monitoreo de calidad en tres suelos con distinto manejo (químico, orgánico y forestal), del cual se obtuvo una relación entre los indicadores de calidad del suelo y la actividad de ambas enzimas. 

Destacó que las CCM representan una tecnología factible de desarrollar en cualquier escenario, ya que la materia prima que utiliza proviene de aguas residuales ricas en materia orgánica. 

Por último Francisco Limón Salvador, coordinador de la Maestría en Ciencias del Ambiente, dijo que hasta el momento se han titulado tres estudiantes de este posgrado, de la generación 2019-2021.