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Terremotos cimbraron conciencias y despertaron solidaridad de la población

  • Eduardo González Di Pierro enfatizó que si los actos de empatía mostrados durante los temblores de septiembre se extrapolan a fenómenos de violencia invisibilizados, la reacción de la sociedad será muy distinta a la apatía e indiferencia habituales
  • “Abrirse al sentir de otros seres humanos nos permite ser verdaderamente libres”, destacó

 

El entrenador Manuel Trujillo Cabrera

 

Carlos Hugo Hermida Rosales

 

30/10/2017, Xalapa, Ver.- Eduardo González Di Pierro, director del Instituto de Investigaciones Filosóficas “Luis Villoro” de la Universidad Michoacana de San Juan de Hidalgo, declaró que los terremotos ocurridos el 7 y el 19 de septiembre cimbraron conciencias y despertaron la solidaridad de la población.

El filósofo enfatizó que si este sentimiento se logra extrapolar a los fenómenos de violencia invisibilizados que ocurren en todo el país, la reacción de la sociedad será muy distinta a la apatía e indiferencia habituales.

Eduardo González impartió la conferencia magistral “Libertad y sacrificio en Jan Patočka, una propuesta para México”, el 17 de octubre en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV), como parte del coloquio “Vulnerabilidad, violencia y perspectivas para la paz”.

El investigador relató que Jan Patočka el más grande filósofo checo que ha existido, murió en un interrogatorio policiaco a manos del régimen stalinista, después de firmar la Carta 77, documento que abogaba por los derechos civiles de la población de Checoslovaquia.

Comentó que Jan Patočka defendió el ideal de que se podía acceder a una libertad auténtica a través del sacrificio, siempre y cuando éste fuera articulado en la búsqueda de un mundo mejor, sin totalitarismo ni injusticias.

Explicó que el sacrificio es una actitud auténtica del ser humano, ya que divide en tres movimientos la existencia de su propia realidad. El primero de ellos radica en aceptar el hecho de estar vivo; el segundo, engloba el ciclo de producción y consumo de las cosas, y el tercero, consiste en la apertura de la existencia humana al sentido de libertad.

“Muchas veces este tercer movimiento sólo se consigue a través de experiencias límites como la guerra en sus diferentes manifestaciones, las cuales van acompañadas de actos de violencia”, enunció.

González Di Pierro manifestó que los recientes temblores ocurridos en el país conmocionaron a la sociedad mexicana, la movieron de su zona de comodidad y generaron apertura, misma que se vio reflejada en actos de solidaridad.
“Estos desastres naturales originaron acciones de empatía e hicieron que las personas se abrieran al sentir de otros seres humanos, lo cual les permitió ser verdaderamente libres”, afirmó.

El filósofo aseguró que si el sentimiento de solidaridad generado durante el temblor se pudiera extrapolar a fenómenos de violencia escondidos o invisibilizados, la reacción de las personas será positiva y suplantará a las actitudes de apatía, indiferencia e impotencia.

“Muchas veces las personas no ayudan a detener los actos violentos porque se sienten impotentes ante ellos, lo cual es un gran error; si ante un desastre natural tan radical como un terremoto se puede obtener una gran capacidad de reacción, lo mismo puede lograrse ante hechos que aparentemente nos desbordan como la inseguridad y el crimen”, concluyó.

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