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Nacionalismos populistas, resultado de crisis global de 2008

  • Han surgido en diversas regiones del planeta basadas en un discurso que enaltece el racismo, la intolerancia religiosa y las carencias económicas, explicó Renata Zilli, analista de relaciones internacionales 
  • Afirmó que Donald Trump buscará la reelección y ganará gracias al apoyo de la clase trabajadora 

 

Renata Zill participó en el 15° Mexicomercio Internacional

 

David Sandoval Rodríguez 

25/05/19, Xalapa, Ver.- La primera crisis de la globalización ocurrió en 2008 y a partir de ese momento se ha visto en varios países un repunte del nacionalismo de corte populista, señaló Renata Zilli Montero, integrante del Comité de Comunicación y Relaciones Institucionales de la empresa Tradetank Mx, que participó en el 15° Mexicomercio Internacional. 

Al dictar la conferencia “Globalismo vs. Proteccionismo. Retos e implicaciones en América Latina” dentro del evento que organiza la Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales (FCAS) de la Universidad Veracruzana (UV), la especialista en relaciones internacionales y comercio internacional advirtió sobre los cambios en el panorama mundial. 

En nuestros días, numerosos especialistas analizan la inconformidad y efectos negativos que ha generado la globalización, cuando en sus orígenes fue considerado como el catalizador del progreso, mientras que al día de hoy se reflexiona sobre qué tanto nos hemos excedido y en qué lugar nos encontramos como civilización. 

La crisis de 2008 es considerada como la segunda de tipo mundial, sólo debajo de la caída de los mercados de 1929 y se le conoce hoy como la primera gran crisis de la globalización. 

Algunos expertos sostienen que es el momento de replantear si este fenómeno debe ser más nivelado, justo y equitativo, dado que ha mostrado una falta de regulación eficiente y el desequilibrio entre los países, lo que impide una operación eficiente de los mercados. 

La crisis de 2008 es el nuevo punto de partida del ciclo hegemónico y económico global y del efecto anti-stablishment”, señaló. 

Por tal razón en el mundo surgen tendencias que instan a regresar a modelos del pasado, pero, recordó, “antes no estábamos tan interconectados, entonces es ahí donde tiene que iniciar el diálogo” y dijo que “un ejemplo muy claro de este tipo de políticas es el de America First (Primero América) que impulsa la presidencia de Donald Trump”. 

Tales condiciones han creado un escenario en el que empiezan a despuntar los nuevos nacionalismos en diversos lugares del mundo y se han mezclado con un discurso populista, lo cual es tangible en la firma de tratados y acuerdos comerciales o salirse de los mismos, la ruptura de alianzas y la confrontación”, detalló la ponente. 

El nacionalismo es el principio que da origen al sistema internacional moderno, en el cual están cimentado el sistema de naciones y lo caracteriza una legitimidad basada en ‘el pueblo’, con un destino político compartido y no puede erradicarse de la política contemporánea porque apela a la identidad personal y colectiva.” 

Defender una “lealtad a la nación” puede significar también la demonización de los otros, ya sean extranjeros o minorías domésticas, apuntó. 

“Si mezclamos nacionalismo con populismo se genera una combinación peligrosa: el nacionalismo populista, y los grupos simpatizantes se denominan como la gente ‘real’, la ‘mayoría silenciosa’, el ‘verdadero pueblo’, el ‘pueblo bueno’, entre otros. 

A continuación, Renata Zilli explicó que “el populismo no es una doctrina, no es una teoría y no es un modelo; para algunos autores es una estrategia política utilizada por líderes para alcanzar el poder, pero tiene que situarse en un escenario de ‘tormenta perfecta’; para otros autores es como un molde, donde el discurso se construye a partir de lo que le molesta a la gente”. 

El populismo se alimenta de los sentimientos de inconformidad y a nivel global se puede clasificar en cuatro orientaciones: el nativismo, que enaltece a los nacidos en un país sobre los demás; el racismo; la intolerancia religiosa y las preocupaciones económicas, como decir que “nosotros somos los más pobres del mundo”. 

Al respecto, la ponente aseveró: Creo que Trump se va a reelegir y va a ganar. ¿Por qué? Por la gente a la que le habla, con quienes resuena su discurso. ¿Y quiénes son ellos? Las clases trabajadoras blancas que han perdido su poder adquisitivo y su empleo”. 

Por ello, el actual presidente ha prometido cuidar sus intereses y cuidarlos de la llegada de los migrantes extranjeros quienes, ha dicho, roban estos trabajos y no pagan impuestos, así el mandatario se compromete a restaurar su lugar privilegiado en la sociedad norteamericana. 

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