Ciencia

Investigadora del Iice estudia causas de enfermedades de la próstata

  • Analiza la correlación de los sistemas endócrino y nervioso en la alteración de las células 
  • María Elena Hernández continúa una investigación que le ha llevado más de dos décadas 

 

María Elena Hernández Aguilar, académica del Instituto de Investigaciones Cerebrales de la UV

María Elena Hernández Aguilar, académica del Instituto de Investigaciones Cerebrales de la UV

 

David Sandoval Rodríguez 

Fotos: César Pisil Ramos y cortesía María Elena Hernández Aguilar

12/08/2025, Xalapa, Ver.- Los cambios en el sistema endócrino y del sistema nervioso que provocan diversas enfermedades, en particular las relacionadas con la próstata, son el objeto de estudio de María Elena Hernández Aguilar, académica e investigadora del Instituto de Investigaciones Cerebrales (Iice) de la Universidad Veracruzana (UV). 

Desde hace más de veinte años su línea de investigación se enfoca en analizar cuáles son los factores que intervienen en la generación de enfermedades en la próstata, sobre todo en el sentido de la regulación hormonal y nerviosa que tiene sobre esta glándula. 

La búsqueda se ha enfocado en poder establecer cuál de los dos sistemas es el que desencadena las patologías, o si los dos trabajan en conjunto para provocarlas. 

La investigación la desarrolla con ratas de laboratorio a las que le extraen la glándula para su análisis, ya que es muy similar a la de los humanos. 

“Histológicamente son muy similares, están constituidas por células epiteliales y por un estroma, tienen una irrigación y también una hidratación, funcionalmente son muy parecidas las dos glándulas, tanto la del humano como la de la rata”, observó. 

“Eso nos permite utilizar como modelo a la rata para poder hacer todos los estudios que requiero y ver cuáles son los cambios que se van generando desde una glándula sana a una enferma, ese es el propósito, observar cómo se va desarrollando la patología”. 

Explicó que la glándula tiene dos sistemas, uno es el hormonal, que regula la producción de la testosterona, porque es sexual accesoria al aparato reproductor. 

Su investigación analiza el ganglio pélvico y su correlación con los sistemas nervioso y endócrino

Su investigación analiza el ganglio pélvico y su correlación con los sistemas nervioso y endócrino

 

La otra hormona que analiza es la prolactina, más conocida por su participación en la lactancia; si sus niveles aumentan, entonces es posible que desarrolle patologías en la glándula. 

“En este sistema hormonal lo que quiero ver es cómo trabajan en conjunto estas dos hormonas para inducir las enfermedades, eso es en el aspecto hormonal”. 

También se sabe que hay dos nervios que regulan a la glándula, uno que se origina a nivel torácico y lumbar, o sea en la médula espinal, y el otro en segmentos más bajos, lumbares a sacros. 

El que se ubica en la parte superior se llama nervio hipogástrico y el que se localiza en la inferior se llama nervio pélvico. 

Ambos salen de la médula y convergen en otra estructura adyacente a la próstata, llamada ganglio pélvico mayor; de estos dos nervios surge la innervación que controla a la próstata, de hecho regula toda el área pélvica. 

Con base en sus resultados ha observado que ninguno de los dos es más importante, ambos generan enfermedades en la glándula; la diferencia radica en que al sistema hormonal le toma más tiempo propiciar las enfermedades que al nervioso autónomo. 

Con el sistema nervioso autónomo hay un lapso de 15 días mientras que con el hormonal comienzan a verse efectos en un mes aproximadamente.

Estudia las enfermedades relacionadas con la próstata, en la imagen uno de sus alveolos

Estudia las enfermedades relacionadas con la próstata, en la imagen uno de sus alveolos

 

“He tenido la hipótesis de que hay dos tipos de pacientes: Aquellos que generan hiperplasia, porque no todos los hombres generan los mismos síntomas, hay quienes desarrollan hiperplasia y jamás se dieron cuenta, pero hay otras personas que sí les provoca problemas porque la hiperplasia se desarrolla justamente en el sitio que está más pegado a la uretra”. 

Hernández Aguilar explicó: “Mi hipótesis es que la hiperplasia se desarrolla por la alteración de uno de estos dos sistemas, se altera el endócrino o se altera el nervioso autónomo y el cáncer se desarrolla justamente porque tienen alterados los dos sistemas, entonces es un efecto potenciado entre estos dos, esa es la hipótesis”. 

Refirió que cuando se altera el sistema nervioso o el endócrino en las ratas, la forma de sus células comienza a cambiar, a volverse irregular e incluso en sus estadios más avanzados se transforma completamente. 

Puede decirse que hay un proceso de cambio en la morfología de la célula, por ejemplo, del citoesqueleto (esqueleto de la célula), y cuando éste comienza a alterarse, ésta también se transforma. 

La pregunta que genera dicha evidencia es ¿cómo intervienen estos dos sistemas para cambiar al citoesqueleto y que la célula también lo haga? La siguiente cuestión es la tasa de proliferación, que significa qué tanto se reproduce la célula, o sea, qué tanto se divide y va acompañada de cualquier patología en la glándula. 

Esa es la razón por la cual se genera la hiperplasia, por una tasa de proliferación más alta; al igual que en el cáncer, “entonces cualquier enfermedad de la próstata no solo se acompaña de un aumento en la tasa de proliferación, sino también de cambios en la forma de la célula, y estos dos procesos son los que van generando las diversas patologías”, comentó.

Destacó la importancia de formar a los estudiantes en la labor de investigación dentro del laboratorio

Destacó la importancia de formar a los estudiantes en la labor de investigación dentro del laboratorio

 

“Ahí es donde nosotros queremos ver cómo están participando estos dos sistemas para que primero se enferme la célula, después pueda migrar y finalmente realice la metástasis”, afirmó la investigadora. 

Respecto a la formación de nuevos investigadores, comentó que en el Laboratorio de Neuroinmunoendocrinología del Iice las y los universitarios pueden comenzar incorporándose desde la licenciatura directamente al Doctorado en Investigaciones Cerebrales, facilitando así su inmersión al trabajo de investigación. 

“Lo ideal es que el estudiante empiece desde la licenciatura, significa que después de su formación inicial puede iniciar el doctorado y eso es muy bueno, es de cuatro años, abarca tanto la maestría como el doctorado, pero es más rápido porque no tienen primero que cursar la maestría”, detalló. 

Asimismo, imparte cátedra de fisiología en la Licenciatura en Ingeniería Biomédica, lo que le ha permitido conocer otras aplicaciones de la tecnología en el ámbito de la salud y despertar a su vez el interés de los jóvenes por incorporarse al trabajo de laboratorio en el sentido de generar equipos y procedimientos que mejoren y faciliten la detección, análisis y revisión de las muestras obtenidas.