- Fue realizado por Gerardo Ceballos, egresado del Doctorado en Innovación en Educación Superior de la Universidad Veracruzana
- Analizó cuatro años de vivencias estudiantiles, antes y después de la pandemia
- Propone aprovechar aulas híbridas y priorizar el bienestar del alumnado

Gerardo Yorhendi Ceballos, egresado del Doctorado en Innovación en Educación Superior del CIB
Paola Cortés Pérez
Fotos: Omar Portilla Palacios
06/08/2025, Xalapa, Ver.- Con el propósito de comprender a fondo las transformaciones vividas por los jóvenes universitarios antes y después de la pandemia por COVID-19, Gerardo Yorhendi Ceballos Marín, egresado del Doctorado en Innovación en Educación Superior de la Universidad Veracruzana (UV), desarrolló –durante cuatro años – un estudio cualitativo que ofrece herramientas útiles para redefinir las políticas institucionales en contextos de crisis.
Ceballos Marín explicó que su investigación “Experiencias de los jóvenes estudiantes durante y después de la pandemia: el caso de la UV”, buscó rescatar las voces y experiencias del alumnado desde un año previo a la pandemia hasta su reincorporación a la presencialidad.
El proyecto fue concebido para un periodo de dos años, pero se amplió a cuatro tras la retroalimentación recibida en congresos nacionales e internacionales, esto le permitió identificar no solo las afectaciones inmediatas, sino también las secuelas persistentes en la vida académica y personal del estudiantado.
El egresado del posgrado adscrito al Centro de Investigación e Innovación en Educación Superior (CIIES), utilizó una metodología cualitativa y de carácter longitudinal, lo que le permitió observar las transformaciones en el tiempo. Entre los hallazgos destaca el impacto económico como la mayor afectación, debido a que muchas familias de los estudiantes se desempeñaban en el comercio informal, situación que los obligó a buscar ingresos por cuenta propia, en algunos casos mediante emprendimientos relacionados con su carrera, como el de una alumna de Biología que se dedicó a la crianza de gusanos con vitaminas para la avicultura.

Desarrolló investigación sobre las experiencias de universitarios antes y después de la pandemia COVID-19
Asimismo, el estudio reveló un fuerte impacto socioemocional. Las y los jóvenes manifestaron sentimientos de incertidumbre, ansiedad y, en algunos casos, depresión, provocados por el encierro, la sobrecarga académica y la presión familiar. Las mujeres, en particular, asumieron más responsabilidades domésticas, mientras que los varones se vieron forzados a integrarse al mercado laboral para apoyar económicamente en sus hogares.
Para Ceballos Marín, el valor de su investigación radica en brindar elementos concretos para reformar o crear políticas universitarias que contemplen la diversidad de trayectorias y contextos del estudiantado.
Subrayó la necesidad de repensar el uso de las aulas híbridas –de las cuales 450 fueron instaladas durante la emergencia sanitaria, de ellas 160 están en Xalapa– no como un recurso temporal, sino como una oportunidad de inclusión, especialmente para estudiantes foráneos o de zonas marginadas.
Finalmente, Gerardo Yorhendi Ceballos propuso avanzar hacia una educación más humanista, integral e incluyente, que reconozca la heterogeneidad de vivencias estudiantiles: “La Universidad debe pensar en sus estudiantes, en su diversidad y en cómo apoyar para que tengan una mejor trayectoria académica”, concluyó.
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