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Facultad de Nutrición celebró Día Mundial de la Alimentación

 

  • Alicia de la Caridad Martínez, investigadora cubana, presentó la ponencia “Seguridad alimentaria, retos y perspectivas”
  • “El hambre sólo se explica por la profunda inequidad que atraviesa América Latina”, aseguró

 

David Sandoval Rodríguez

 

En el marco del Día Mundial de la Alimentación, la Facultad de Nutrición y los cuerpos académicos (CA) Nutrición, Salud y Educación; Biomedicina y Nutrición; y Evaluación Diagnóstica y Estilos de Vida Saludables, celebraron un foro de investigación con la participación de académicos nacionales y extranjeros

Edith Yolanda Romero Hernández, directora de la Facultad, dio la bienvenida a los presentes en el aula magna de la Unidad de Ciencias de la Salud y destacó que el lema actual de esta conmemoración es “Protección social y agrícola para romper el ciclo de la pobreza rural”; su intención es promover la protección y la sensibilización sobre la agricultura familiar y los pequeños agricultores.

Romero Hernández señaló que en nuestro país el 36 por ciento de los alimentos son “producto del trabajo y el esfuerzo de cerca de cinco millones de productores de pequeña y mediana escala, quienes representan un papel estratégico en la seguridad alimentaria del país y cumplen roles sustantivos en la preservación de las tradiciones, del folclor y de la cultura local, y en la conservación de los recursos naturales y los servicios ambientales”.

Asimismo, María Concepción Sánchez Rovelo, directora general del Área Académica de Ciencias de la Salud, comentó que más del 75 por ciento de las personas que viven en condiciones de pobreza extrema y subalimentación crónica en países en desarrollo, habitan en zonas rurales y la agricultura constituye una parte importante de su subsistencia, sin embargo enfrentan diversos desafíos como un acceso limitado a medios de producción.

Alicia de la Caridad Martínez Tena, directora del Centro de Estudios para el Desarrollo Integral de la Cultura de Cuba.

Alicia de la Caridad Martínez Tena, directora del Centro de Estudios para el Desarrollo Integral de la Cultura de Cuba.

“Todos, pero en especial los nutriólogos, tenemos que seguir pugnando por una soberanía alimentaria y seguridad alimentaria para todos”, afirmó la funcionaria.

A continuación, Alicia de la Caridad Martínez Tena, directora del Centro de Estudios para el Desarrollo Integral de la Cultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Oriente de La Habana, Cuba, dictó la conferencia magistral “Seguridad alimentaria, retos y perspectivas”.

En su ponencia recalcó la importancia de considerar dos elementos fundamentales en la celebración del Día Mundial de la Alimentación: el hambre y la población infantil, ya que “pese a los progresos generales queda mucho trabajo por hacer para erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria en todas sus dimensiones”.

Agregó que en el informe 2015 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se señalan los principales factores que inciden en el problema de la alimentación, tales como el crecimiento económico, los mercados, la protección social y el conocimiento de las culturas locales.

“Es un problema multifactorial, multisectorial y requiere una mirada integradora con perspectiva inter y transdisciplinarias”, observó la ponente; “en los informes de la FAO se plantea que América Latina, como región, ha incidido de manera favorable y considerable en la reducción de los indicadores”.

De acuerdo con datos del mismo informe, en Latinoamérica 53 millones de personas, de las cuales nueve millones son niños, no tienen una alimentación adecuada, no obstante a que en la misma región se produce 30 por ciento más de los alimentos requeridos para alimentar a todos sus habitantes. “El hambre sólo se explica por la profunda inequidad que atraviesa América Latina, ésta es la realidad que socava cualquier aspiración al bienestar general y donde radica el más profundo obstáculo a la cohesión social latinoamericana”.

La investigadora enfatizó que se debe pensar la seguridad alimentaria desde las prácticas culturales ya que “el entorno natural es la fuente primaria de la alimentación, pero las preferencias de consumo y las técnicas de su preparación hacen parte de la cultura”.

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