- Coincidieron los investigadores Arturo Díaz y Mario Pérez, al participar en el Seminario interinstitucional “Etnografía pragmática”, realizado por el IIH-S
- Permite repensar al Estado y sus burocracias desde las prácticas cotidianas¨, así como entender los circuitos migratorios y las transformaciones de lo rural en contextos globalizados, expresaron

El IIH-S realizó el Seminario Interinstitucional “Etnografía pragmática”, con investigadores del Colmex y la UAM-Xochimilco
Paola Cortés Pérez
Fotos: Omar Portilla Palacios
01/09/2025, Xalapa, Ver.- La etnografía es relevante para comprender los procesos sociales contemporáneos, gracias a su capacidad para cuestionar categorías establecidas y visibilizar experiencias locales, así como por su carácter flexible, crítico y vivencial, apuntaron Arturo Díaz Cruz, profesor-investigador del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales (CEDUA) de El Colegio de México (Colmex), y Mario Pérez Monterrosas, profesor-investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de México (UAM), Unidad Xochimilco.
Lo anterior, al participar en la sesión VIII del Seminario interinstitucional “Etnografía pragmática”, realizado –en modalidad virtual– por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV).
A lo largo de la ponencia “Aproximaciones etnográficas sobre el estado y la burocracia en México”, Arturo Díaz mostró cómo la etnografía permite repensar al Estado y sus burocracias desde las prácticas cotidianas.
En su intervención, compartió dos de sus principales líneas de investigación: la inseguridad y violencia urbanas, y la gobernanza en temas de movilidad y transporte. La investigación etnográfica resulta particularmente productiva y relevante para estudiar el Estado y las burocracias, ya que su perspectiva permite trascender visiones normativas y mostrar la complejidad de las instituciones.
Asimismo, enfatizó que esta disciplina debe concebirse como un proceso colectivo, tanto en el trabajo de campo como en la producción teórica: “El trabajo etnográfico no puede llevarse a cabo sin tallerear, sin compartir los borradores, sin esa retroalimentación constante”.
En tanto, Mario Pérez en “Etnografía migratoria: procesos y recursos de investigación sociológica”, enfatizó su potencial para comprender los circuitos migratorios y las transformaciones de lo rural en contextos globalizados.
Centró su participación en la etnografía migratoria como recurso sociológico, en la que destacó tres ejes: la ruralidad compleja, la migración en circuito y la movilidad inmóvil.
A partir de su trabajo de campo en comunidades veracruzanas con fuerte migración hacia Chicago y otros destinos, argumentó que lo rural se ha transformado en un espacio social multisituado: “Una sola familia, un solo pueblo, puede tener habitantes y familiares migrantes en diferentes lugares de Estados Unidos”.
Planteó que es necesario romper con visiones simplificadas del campo: “La ruralidad tenía muchas facetas, ya era necesario mirarlo desde la sociología, pero también desde lo cultural”.
Consideró que la etnografía debe incluir tanto a quienes migran como a quienes permanecen en sus comunidades: “El concepto de migración incluye solo a las personas que se van, no a las que se quedan; sin embargo, ellas también viven las repercusiones de las ausencias, los dolores y las emociones”.
Pérez Monterrosas subrayó la importancia de incorporar emociones, objetos y corporalidades en los análisis, proponiendo lo que llamó una “etnografía encarnada y sensorial”.
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