• Millones de mexicanos defecan al aire libre 

Cristian Morales dijo que los sistemas de salud deben ofrecer servicios curativos, preventivos, de rehabilitación y paliativos

Karina de la Paz Reyes Díaz 

17/06/19, Xalapa, Ver.- Cristian Morales Fuhrimann, representante en México de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ofreció la primera conferencia magistral del 5º Congreso Nacional de Educación en Salud Pública, en la que habló de los problemas de inequidad, cobertura y calidad de los servicios de salud que existen en América, concretamente en nuestro país. 

En este evento, organizado por el Instituto de Salud Pública (ISP) de la Universidad Veracruzana (UV) y la Asociación Mexicana de Educación en Salud Pública (AMESP) del 12 al 14 de junio, Morales disertó sobre “El compromiso de las Américas con la APS a 40 años de Alma Ata” (en referencia a la Conferencia Internacional de Atención Primaria de Salud, reunida en Alma-Ata en 1978). 

Tras dar un panorama general sobre el escenario mundial en cuanto al tema, así como citar estrategias, resoluciones, declaraciones y encuentros que se han generado con la intención de atender el problema, se enfocó en México. 

Al mismo tiempo mostró una lámina sobre el índice de desarrollo humano (IDH) en el país y comentó que existen municipios de primer y tercer mundo: “Tenemos realidades sociales, económicas y medioambientales muy diversas”. Como muestra, precisó que 2.13 millones de personas defecan al aire libre. 

Si la cifra se compara con el número total de habitantes del país, se trata de una minoría, “pero para un país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es absolutamente inaceptable”. 

Es más, indicadores como la cobertura de alcantarillado y saneamiento básico para población rural y urbana presentan una tendencia al mejoramiento, pero todavía con déficit importante. “El 43 por ciento de las escuelas mexicanas no tiene acceso a agua segura; entonces, no es de extrañarse que los niños tomen Coca-Cola y eso tenga el impacto que todos conocemos”, comentó. 

Cristian Morales mostró cifras que confirman que la respuesta del sistema de salud en el país es fragmentada y segmentada; que mientras la recomendación de la OPS del gasto público en salud es del seis por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), México sólo destina el 2.9 por ciento. 

Eso tiene consecuencias importantes porque al no haber gasto público, lo hay privado; en México el 40 por ciento de la salud se financia con el bolsillo de los hogares. Esto no sólo tiene que ver con equidad, sino con eficiencia económica, es decir, las personas se atienden cuando ya su estado es grave y por ende el gasto es mayúsculo. 

Remarcó la importancia de elevar el nivel de prioridad fiscal de salud pues países como Honduras, Panamá, Costa Rica y Guatemala “tienen mejor indicador que México en este ámbito, es decir, tienen un gasto público más elevado con respecto al PIB”. 

Recordó que frente a la situación generalizada de inequidades, en 2014 surgió la necesidad para los países de esta región del mundo de establecer una estrategia de salud, en cuanto a cobertura y acceso universal, cuyos servicios sean adecuados, oportunos, de calidad y que no exponga a los usuarios a dificultades financieras. 

En ese contexto citó las recomendaciones emitidas, entre ellas mejorar el gasto público pero también la eficiencia, así como eliminar el gasto del bolsillo de las personas. 

Para concluir, dijo que los sistemas de salud deben ofrecer servicios curativos, preventivos, de rehabilitación y paliativos; que promuevan la salud y para ello adopten una perspectiva intersectorial que aborde factores de riesgo y se preocupe de la determinación social y medioambiental de la salud. 

Asimismo, que estén bien financiados, pero sobre todo que tengan una rectoría fuerte que garantice el derecho a la salud de toda persona y que contribuya al alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.