Entrevista

Acercarse a los clásicos es probarse a sí mismo: Juan Gedovius

  • El artista gráfico habló sobre su interés por ilustrar El principito, Peter Pan y los relatos de Alicia

 

 

Juan Gedovius presentó su versión ilustrada de Peter Pan en la XXV FILU

 

David Sandoval Rodríguez

17/05/18, Xalapa, Ver.- La figura de Juan Gedovius, ilustrador autodidacta y músico, se levantó de la mesa ubicada en el foro infantil de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) en la que presentó Peter Pan, la clásica novela de James Matthew Barrie que vio la luz hace más de 100 años (1904), caracterizado como un pirata de casaca, tricornio y sable, lanzando preguntas a los niños y reconociendo que, hasta cierto punto, el icónico niño eterno y rebelde le “cayó gordo”.

Fue justamente el 30 de abril que Gedovius, autor de varios libros infantiles como El más gigante, Trucas y su versión de El Principito, conversó con los niños y sus padres para posteriormente responder las preguntas sobre la tarea que implica ilustrar un libro que es considerado un clásico de la literatura.

 

Presentaste Peter Pan sin contar la historia, ¿cómo has logrado acercarlo a los niños?

Lo hago así porque la intención es que lean el libro, no es sólo decir “aquí está el libro para que lo lean” y ya cumpliste con tu hora de lectura; al contrario, es intentar contagiar estas ganas para descubrir lo que hay dentro del texto.

 

¿Cómo llegas a este momento, retomando los clásicos, de los que, reconoces, nadie lee?

Todos tenemos ubicados a los clásicos y en eso encontré la veta más rica, más preciosa, pues los clásicos nunca son contados como son, entonces la gente me pregunta mucho: ¿cómo abordas un clásico? Así, leyéndolo y abordándolo tal cual es, porque, de verdad, se da uno cuenta que están muy cambiados, las versiones que conocemos son totalmente distintas; es lindo reencontrarse con el espíritu original del libro y ver qué nos dice.

 

¿Qué es lo que más te emocionó de ilustrar Peter Pan?

Una de las cosas por las que no hacía clásicos es porque están muy hechos, muy bien hechos, y es una suerte de probarse a uno mismo y decir hasta dónde puedo ser realmente alternativo a una misma idea. Eso para mí es una prueba interesante sobre todo ahora que estoy explorando otros textos, como en el caso de El Principito, prácticamente nadie lo ha hecho afuera del canon original, muy pocos se han aventurado fuera de la versión original.

Con Peter Pan se conocía menos porque hay pocas ilustraciones al respecto. Ahora estoy haciendo Alicia (en el País de las maravillas y Al otro lado del espejo), que esa sí tiene muchas versiones, muchas películas y muy buenas; para mí también es una suerte de probarme a mí mismo y se cuente lo que se ha perdido o desdibujado con el tiempo desde una manera distinta, desde mi experiencia, para que tenga mi estilo.

 

Hablaste de tu identificación con la historia y con los personajes, ¿cómo fue con Peter Pan?

Yo jamás voy a hacer algo que no me guste, no puedo sacar un libro que no me gustó porque no sería honesto. Cuando doy un regalo necesito que me guste a mí. Si a alguien le gustan las ranas y me dicen dale ranas, digo: no. Debe de gustarme a mí para regalarlo.

Esto es para mí una especie de regalo y si no me divierto primero yo, ¿cómo voy a exigir a alguien más que se divierta con lo que estoy haciendo? Para mí ese es el proceso.

 

¿Por qué consideras que El principito es en realidad un libro triste?

Es muy triste y muy autobiográfico también. Ésa es la magia del arte, hay una versión original y luego cada quien lo expresa desde donde le gustó y conecta con sus antecedentes y sus experiencias.

He oído versiones loquísimas de mis propios libros que jamás me hubiera imaginado que iban a avanzar por ahí, es muy interesante ver cómo los libros cobran su propia existencia cuando cambian de ojos; creo que es parte de la suerte de todos estos textos, no sé si tocan ciertas fibras especiales o si cada quien los interpreta; creo que son comodines, son estándares que va uno acomodando a sus propias experiencias, eso lo hace muy rico para cada interpretación, que es diferente aunque todas tienen el mismo principio.

 

¿Hubo algún personaje de El Principito con el que te identificaste?

No lo sé. Es una pregunta que nunca me he hecho. En realidad, definitivamente con El Principito no, para nada. Quizás, irónicamente, un poco con el piloto, que no sabía dibujar y quería dibujar, que no entendía que alguien estuviera en un desierto y pidiera un dibujo; me identifico con esta capacidad de sorprenderte por algo que no debiera estar ahí, como un niño en medio del desierto que pregunta cosas.

Esto me pasa más con Peter Pan, identificarme de muchas maneras con los piratas, con los indios, con los adultos que aparecen y son bien relevantes, más allá de los niños perdidos. Me parece que esta fantasía de no querer crecer está en todos porque de alguna manera tenemos miedo a envejecer, pero me parece bien relevante lo que sucede alrededor de los adultos que aparecen en la historia, con todos ellos me identifico más que con el no querer crecer de Peter Pan.

 

Ahora trabajas en los relatos de Lewis Carroll, ¿pero cuando comenzaste El Principito te imaginaste que iba a ser una colección de clásicos?

No fue tanto así, en realidad era un terreno que no había pisado y de repente, por estos accidentes lindos de la vida, lo pisé y me gustó mucho; creo que de todas maneras lo iba a hacer y fue en la editorial misma, Alfaguara Infantil, que me dijeron: “hagamos una saga, está hecha para ti”, y me pareció una oportunidad maravillosa para explorar otras cosas, para hacer y explorar un mundo que no conocía y del que estoy aprendiendo mucho en el camino.

Estoy muy contento porque ha sido un experimento muy lindo y tiene mucha tela de donde cortar, creo que el problema ha sido descartar cuál sigue porque se está haciendo una fila de libros que me muero de ganas por ilustrar.

 

¿Qué te llevas de la experiencia con los niños que pidieron una dedicatoria para su libro?

Es una experiencia fantástica pues realmente están escuchando lo que tienes que decir. Esta respuesta que tienen cuando hacen preguntas y escuchan es muy valiosa y me hace sentir que algo estoy haciendo bien porque esto es para ellos, no es para nadie más, es para todos aquellos que quieran echarse un clavado voluntario o involuntario en este libro porque tal vez muchos de estos niños no tenían intención de leerlo y ahora sí, quizá se les quedó un poco esta cosquilla en la cabeza.

Si puedo contagiar esas ganas por leerlo, ya la hice. Aparte siempre me siento en casa aquí, me siento muy contento y muy afortunado de ser tan bien recibido en esta feria, yo soy fan de Xalapa y de la FILU.

 

El ilustrador insistió en que debemos leer los clásicos porque realmente no los conocemos

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