Cultura

Universitarios recordaron a Pitol como editor, maestro y amigo

  • La mesa uno del homenaje póstumo se intituló “Memoria” y estuvo conformada por Mario Muñoz, Magali Velasco, Daniel Ayala y Omar Valdés

 

Mesa 1 “Memoria”, en el homenaje “El arte de una vida”

 

Karina de la Paz Reyes Díaz

28/05/18, Xalapa, Ver.- En el homenaje “El arte de una vida” que la Universidad Veracruzana (UV) realizó a Sergio Pitol, los protagonistas de la Mesa 1 “Memoria” hablaron de éste en su faceta como editor, maestro, pero también del amigo y el autobiógrafo.

En ella participaron el encargado de la dirección de la revista La Palabra y el Hombre, Mario Muñoz; la directora de la Facultad de Letras Españolas, Magali Velasco Vargas; el editor de la Biblioteca del Universitario, Omar Valdés Benítez; el profesor del Departamento de Letras de la Universidad de Guanajuato, Daniel Ayala Bertoglio, y Esther Hernández Palacios, en calidad de moderadora.

Omar Valdés habló de colecciones editoriales como Sergio Pitol Traductor y Biblioteca del Universitario, de la Editorial UV; Los Heterodoxos de Tusquets; y Línea de sombra: ensayos sobre Sergio Pitol de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como el “cruce de signos que se dan entre unas y otras”.

“La labor editorial de Pitol es una veta más, rica y generosa, para seguir conociendo su obra; y no como una labor secundaria o adicional, sino como una tarea clave para la conformación de su universo literario. Todo está en todas las cosas, sólo es cuestión de conectar”, remarcó el editor.

Magali Velasco habló de cuando conoció al escritor del Tañido de una flauta –siendo casi una niña–, anécdotas y formación literaria que recibió de él, por ejemplo: “En la primavera de 1994 se abrió la convocatoria para el Taller de Creación Literaria que Pitol ofrecería en la Facultad de Letras; los interesados debíamos entregar un texto para ser evaluados y seleccionados. Cuando me vi en la lista no cabía del gusto y del susto, sólo tenía un semestre en Letras.

”En la primera sesión Sergio Pitol nos preguntó a quiénes leíamos y por qué. Desde ahí comenzó un diálogo de lo más ameno y relajado en el que iban y venían los nombres de Chéjov –su favorito–, Tolstói, Gogol, Kafka, Joyce, Faulkner, Rulfo, Arreola, Castellanos, Galindo, Borges, Cortázar y otros que se sumaban al ser recordados por cada uno de los asistentes. El maestro nos estimulaba a imaginar argumentos. De las tantas cosas que pude haber aprendido –como el método de la imitación para luego independizar la pluma y crear un estilo–, definitivamente ahí entendí lo que es una trama.”

En su intervención, Ayala Bertoglio habló de la Autobiografía precoz (1966), mientras Mario Muñoz de la primera estancia de Sergio Pitol en Xalapa, cuando se desempeñó como director de la Editorial UV y de la revista La Palabra y el Hombre, así como profesor invitado en la Facultad de Letras Españolas, lo cual le implicó al académico esbozar la ciudad capitalina de aquellos años, con escasa actividad cultural, incluso narró el ambiente político y social de la época, así como las significativas aportaciones del autor de Infierno de todos.

“Durante el año y dos meses de su primera estancia en Xalapa, promovió a los escritores de su generación; modificó la portada adusta de La Palabra y el Hombre, abrió a los jóvenes las puertas de la impenetrable fortaleza del suplemento La cultura en México para publicar en esas páginas; rescató títulos olvidados como Los cuentos de Lilus Kikus de Elena Poniatowska y Tierra de Nadie de Juan Carlos Onetti; se integró al profesorado de la Facultad de Letras Españolas; estrechó lazos con un grupo de amigos que editábamos la revista estudiantil Academus, apoyándonos con entusiasmo en la programación de actividades literarias, un entusiasmo realmente sorprendente para aquella época.”

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